Ciudad

Fallo

El altísimo costo de no frenar

El conductor de un automóvil fue condenado a pagarle una cifra cercana al millón de pesos a un motociclista por no haber respetado la señal de “ceda el paso” en Urquiza y Riccheri y producirle graves secuelas, algunas de por vida.


La Justicia condenó al conductor de un auto a pagarle una cifra cercana al millón de pesos a un motociclista –esto es contando los intereses y demás costas– por atropellarlo en la intersección de Urquiza y Riccheri tras no respetar un cartel de “ceda el paso”.

Asimismo, se responsabilizó a quien manejaba la moto con un 30 por ciento de lo ocurrido por desplazarse a alta velocidad y no tener carné de conducir.

El accidente ocurrió el 11 de agosto de 2008 y fue entre una moto Honda que circulaba por Urquiza y un Fiat Palio que circulaba por Riccheri. Por el hecho, el motociclista sufrió graves secuelas, ya que debió ser operado en la pierna derecha y en la cadera, padeció la perdida de la visión en un ojo y camina con serias dificultades.

El Tribunal de Responsabilidad Extracontractual Nº 1, integrado por Mariana Varela, Susana Igarzábal y Paula Sansó, responsabilizó al motociclista con un 30 por ciento de lo ocurrido porque se desplazaba a 70 kilómetros por hora y además no tenía carné de conducir.

Para el Tribunal “es una velocidad impensable en el radio urbano y denota una conducta peligrosa y desaprensiva”.

Según se destaca en la resolución de los magistrados “la prioridad de paso no es un derecho absoluto de llevarse todo por delante y agrava los riesgos de la circulación”.

En un principio el conductor del auto fue condenado a pagarle al motociclista 361.000 pesos, pero el paso del tiempo y la adición de los intereses terminaron elevando el monto a una cifra cercana al millón de pesos.

Cabe recordar que el cartel de “ceda el paso” obliga a todo conductor a, justamente, permitir el cruce en la próxima intersección a los vehículos que circulen por la vía a la que se aproxime o al carril al que pretende incorporarse, deteniéndose o no según las circunstancias. Cuando en la intersección exista una línea discontinua a lo ancho de uno o varios carriles, cuando no exista visibilidad y sea necesario detener el vehículo, el conductor lo puede hacer después de la línea donde exista visibilidad.

El titular de la Dirección de Tránsito, Gustavo Adda, recordó que “el cartel de «ceda el paso» indica que en la vía que se va a cruzar tiene prioridad absoluta el que viene por la intersección aunque se tenga la derecha”, esto es, aunque el otro vehículo se aproxime desde la izquierda.

“En este caso no hace falta detener el auto pero sí fijarse cautelosamente si alguien está por pasar. Cuando el que se presenta es el cartel de «pare» ahí sí estamos en la obligación de detener nuestro vehículo como si estuviéramos frente a un semáforo en rojo”, añadió.

“Los carteles de estas características se ponen en las esquinas con mayor registro de siniestros. Cuando vemos que en determinadas intersecciones se repiten los accidentes primero se pone un cartel de «ceda el paso» y si los siniestros continúan se procede a colocar el de «pare»”, destacó el funcionario.

Por último –y sobre el cartel de «pare»– cabe recordar que hace algunos años la Justicia condenó fuertemente a un conductor por no haberlo respetado en la intersección de Riobamba y Corrientes.

Allí los jueces recordaron que “la ley nacional de Tránsito dispone que la prioridad del que viene por la derecha se pierde ante una señalización en contrario”.

Alcoholemia positiva para dos taxistas el último fin de semana

Dos conductores de taxis dieron positivo en los test de alcoholemia que se les realizaron luego de recibir denuncias en la línea telefónica 147. Uno de ellos tenía 1.94 gramo de alcohol en litro de sangre y el otro, además, no tenía licencia de conducir. Los hechos ocurrieron tanto en la madrugada del sábado como en la del domingo.

El primer caso se dio en la madrugada del sábado, cuando agentes de Seguridad Vial detuvieron a un taxi de Rosario en Pérez. El chofer del Chevrolet Classic patente MCI 705 y RA 3588 se vio obligado a detenerse y a soplar el alcoholímetro, que marcó 0.82 gramos. Además, el conductor tampoco contaba con licencia de conducir, por lo que se produjo la remisión del vehículo al corralón.

El otro caso ocurrió el domingo a la madrugada cuando se recibió una denuncia de que un taxista guiaba alcoholizado.

Luego de realizarse el seguimiento por GPS se identificó el Renault Logan patente MZE 589 y RA 3890 detenido en la estación de servicio de España y Pellegrini y al realizarse el test de alcohol a quien estaba al volante el resultado dio 1,94 gramos, siendo éste el registro más alto de todo el fin de semana contabilizando todos los controles que se dieron en la ciudad.

El taxi fue remitido al corralón y al conductor, que era el propio titular del vehículo, se le retuvo la licencia.

Cabe recordar que si bien el límite de alcohol en sangre para los conductores de autos es de 0,5 gramo, para quien se desempeñe en los servicios públicos es directamente 0.

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