La salud cardiovascular es una de los aspectos más dañados en los últimos tiempos. La mala alimentación, la poca actividad física, el estrés, la hipertensión y las emociones profundas son factores que afectan el funcionamiento del motor del cuerpo humano: el corazón. El cardiólogo Luis Keller, integrante del servicio de unidad coronaria del hospital de emergencias Clemente Álvarez (Heca), detalló que cada vez son más los jóvenes y adultos que consultan por dolores de pecho y que los problemas cardiovasculares integran la primera causa de muerte en el país entre mayores de 40 años: son 30 mil víctimas anuales.
El médico confió: “Es necesario que la gente tome conciencia de la importancia que tiene sólo un cambio de hábito en su rutina: pensar más en sí mismos. De esta manera, con un cuidado mínimo en las comidas, un poco de actividad física, tratar de escaparle al estrés y hacer un chequeo anual, la calidad de vida mejora en grandes proporciones, sobre todo con lo relacionado a la salud cardiovascular”.
Según el médico, cuyo equipo atiende unos 100 infartos anuales en el Heca, la enfermedad coronaria es la primera causa de muerte en Argentina y todo el mundo occidental: “Eso tiene impacto en las consultas por dolores de pecho y en todos los factores de riesgo, como la hipertensión, el estrés y el colesterol”. A su vez, manifestó que entre un 30 y un 40 por ciento de las consultas son “falsas alarmas”, con un dolor en el pecho, y en vez de tratar un problema coronario se registran casos de ansiedad, angustia, “son situaciones relacionadas con las emociones, pero está bien que las consultas se hagan: es mucho mejor descartar una enfermedad cardiovascular que descubrirla fuera de tiempo”.
Sin embargo, el médico remarcó que estos “sustos” se provocan en una edad muy temprana a las registradas décadas atrás al mencionar que “muchos jóvenes, mayores de 30 años, hoy se quejan por un dolor de pecho que puede ser signo de hipertensión o de estrés, lo cual tampoco es bueno que se viva a esta edad. Estamos acostumbrados a ser visitados por los adultos mayores por cuestiones específicas dentro de la salud cardíaca pero cada vez son más jóvenes los que están propensos a padecer este tipo de enfermedad”.
La edad es lo de menos
Keller destacó la labor de los médicos pediatras en el mensaje a padres sobre la mejora en la calidad alimenticia de sus hijos y de la importancia de realizar actividad física. Además, mencionó el ámbito escolar afirmando que “es una buena idea que haya proyectos en las escuelas de eliminar la comida chatarra de sus quioscos. Es fundamental que desde chicos se vayan cambiando y mejorando los hábitos para que de grandes gocen de buena salud”.
“En cuanto a las edades, los adultos mayores tienen problemas cardiovasculares bien definidos, que se agregan a los problemas cardiovasculares y de motricidad; hay que tener un enfoque más integral, interdisciplinario. En tanto, en los más jóvenes hay una mala combinación entre el estrés y el cigarrillo, lo cual le trae problemas cardiovasculares; es un dato preocupante”, dijo.
Por otra parte, y teniendo en cuenta la famosa recomendación de “tomar una aspirineta diaria para evitar infartos”, Keller aclaró: “La aspirineta diaria sirve por prevención pero debe ser tratado en casos específicos, porque si se da masivamente tiene efectos indeseables en el aparato digestivo, puede provocar hemorragias”. Y consideró necesaria la discriminación de los casos en pacientes de bajo riesgo y de alto riesgo: entre los primeros, al tomar una aspirineta a diario “se previene un infarto pero se tiene tres hemorragias digestivas”. En cambio, los de mayor riesgo con esta medicación “se previenen tres infartos pero tiene una hemorragia digestiva”.
Lápiz y papel: la prevención
“Un punto importantísimo es la actividad física, tener el tiempo y dejar de lado las excusas. Es por nuestro bien, lo ideal sería unos 45 minutos, tres veces por semana, hay que ser egoístas en ese sentido: es tiempo para mí y me hace bien a mí”, aseveró.
En cuanto a la alimentación, mencionó que es muy bueno tener un balance: lo ideal sería comer más pescado de mar, bajar el consumo de carne roja y aumentar el de frutas y verduras. “Lo bueno será bajar el consumo de sal, y comida chatarra. De hecho, bajar el consumo de sal repercute notablemente en el organismo. Aplaudo la ley en la provincia de Buenos Aires que sacó el salero de los restaurantes y al bajar el nivel de sal en el pan eso tiene un impacto en toda la población y se notará en los próximos años”, auguró.
Ante un caso de “falsa alarma”, Keller manifestó que se dialoga con el paciente y se le informa de la necesidad de “tener un cable a tierra”: “Es necesario que todos tengamos un poco de actividad que nos ayude a dispersarnos, un cable a tierra que nos haga sentir bien, que nos divierta, que nos aleje por un momento de nuestras responsabilidades, de nuestro cansancio, sobre todo mental”.
Es sabido que en esta última parte del año comienzan los balances personales y surge la ausencia del chequeo médico en la agenda anual y comienzan los estudios, las despedidas en un par de meses, y el cuerpo es uno solo y puede no resistir la vorágine. Sin embargo, el médico aseguró que no importa en qué etapa del año se hagan los chequeos de rutina. “Siempre es válido el chequeo y saber que estamos sanos, es preferible a tener que trabajar con algún problema instalado, así que si toca ver al médico de cabecera en esta época crucial del año, volvamos a ser egoístas, se trata de nuestra salud”.
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