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EE.UU., imán para centroamericanos

La matanza de 72 migrantes hace un año en una hacienda del estado mexicano de Tamaulipas no ha disuadido a miles de centroamericanos de intentar llegar a Estados Unidos a través del peligroso territorio azteca, con la esperanza de salir de la pobreza.

La matanza de 72 migrantes hace un año en una hacienda del estado mexicano de Tamaulipas no ha disuadido a miles de centroamericanos de intentar llegar a Estados Unidos a través del peligroso territorio azteca, con la esperanza de salir de la pobreza.

“Mientras siga la pobreza en nuestros países, Centroamérica seguirá siendo un expulsor de personas que quieran ir a Estados Unidos, pese al riesgo que representa ese viaje”, dijo a la agencia de noticias AFP el director adjunto de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopalde Guatemala, el brasileño Mauro Verzelletti.

“Por el peligro que representa, lamentablemente México se ha convertido en un cementerio para los migrantes en el segundo milenio” de la era cristiana. “México, más que un territorio hostil, se ha convertido en un cementerio debido a la falta de voluntad y de políticas a favor de los migrantes”, insistió.

Verzelletti lamentó que a un año de la masacre de los migrantes en un rancho en San Fernando, Tamaulipas, cerca de la frontera con Estados Unidos, el horrendo crimen siga sin esclarecerse.

En la masacre fueron identificados once guatemaltecos, aunque unas treinta víctimas fueron sepultadas sin identificar.

“Es muy lamentable la falta de voluntad política y que los narcotraficantes ahora se ensañen con los migrantes”, agregó, en alusión a que las autoridades mexicanas responsabilizan al cartel Los Zetas de esta matanza.

Asimismo, criticó que los diez candidatos presidenciales a las elecciones del 11 de septiembre en Guatemala no tengan propuestas para el tema migratorio, pese a que 1,3 millón de guatemaltecos están expatriados, el 95 por ciento en Estados Unidos.

Los migrantes envían anualmente más de 4.000 millones de dólares en remesas familiares al país, que se han convertido en motor para la precaria economía de Guatemala, donde el 51 por ciento de sus 14 millones de habitantes vive en la pobreza.

Muchos migrantes centroamericanos que son deportados desde Estados Unidos vuelven a intentar ingresar ilegalmente a ese país al poco tiempo. Para disuadirlos,la Dirección Generalde Migración de Guatemala yla Organización Internacionalpara las Migraciones (OIM) lanzaron en marzo pasado un programa para darles oportunidades laborales en el país.

“Se busca la reintegración sostenible de los repatriados. La estrategia con el sector privado se centra en la reintegración socioeconómica de los migrantes vulnerables, mediante el establecimiento de alianzas e iniciativas con responsabilidad social empresarial”, dijo el jefe dela Misióndela OIMen Guatemala, Delbert Field.

El director general de Migración, Enrique Degenhart, dijo recientemente que la idea es conseguirles empleo aprovechando las experiencias que adquirieron en Estados Unidos.

El programa contempla asistencia básica a los deportados vía aérea desde Estados Unidos, con la entrega de elementos de higiene personal, apoyo psicológico, asesoría legal y transporte a sus ciudades y aldeas.

Los de Tamaulipas no han sido los últimos migrantes guatemaltecos asesinados en México: el pasado 8 de agosto murió lapidado Julio Cardona, de 19 años, en un suburbio de la capital mejicana, un crimen que conmocionó a Guatemala por la supuesta complicidad de policías del país azteca.

Cardona había participado en la caravana “Paso hacia la paz” en México, que en julio recorrió la peligrosa ruta desde la frontera con Guatemala a la de Estados Unidos, para exigir que se localice a unos 800 migrantes desaparecidos.

De acuerdo conla Direcciónde Migración guatemalteca, durante este año, hasta el 15 de agosto, 38.715 centroamericanos habían sido deportados vía terrestre desde México a través de Guatemala. De ellos, 20.355 eran guatemaltecos.

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