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EE.UU. canceló una visita a Israel y estalló el conflicto

Obama suspendió viaje a la región de emisario tras anuncio hebreo de continuar construcción en Jerusalén.

El enviado a Medio Oriente del presidente estadounidense, Barack Hussein Obama, suspendió ayer una visita a la región por la decisión israelí de construir 1.600 casas en Jerusalén Este, donde cientos de palestinos se enfrentaron ayer con policías en medio de una abrupta escalada del conflicto. En tanto, pese a las crecientes tensiones y a que la crisis entre Israel y Estados Unidos, su principal aliado, es una de las peores de la historia, el canciller israelí, Avigdor Lieberman, dijo ayer que las exigencias de cancelar el proyecto en Jerusalén Este –que viola la ley internacional– son “irracionales”.

Cientos de jóvenes palestinos lanzaron piedras a la policía y quemaron cubiertas de auto y contendores de basura en varios barrios del sector este de Jerusalén, en los enfrentamientos más graves en meses en la ciudad, que alberga el sitio más sagrado del judaísmo y dos de los templos más venerados del islam. Mientras los disturbios conmovían a Jerusalén y se extendían a Cisjordania, el movimiento islamista Hamas, que gobierna los territorios palestinos de la Franja de Gaza, llamó a un nuevo levantamiento general (intifada) contra la ocupación israelí.

En tanto, la policía israelí reprimió a los manifestantes con balas de goma, gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento y arrestó al menos a 43 palestinos, informó el vocero policial Micky Rosenfeld.

Ocho palestinos y dos policías resultaron heridos, dijeron fuentes médicas palestinas y fuentes policiales israelíes.

El enviado estadounidense George Mitchell tenía previsto llegar ayer a Israel para mediar en conversaciones entre las partes, pero el diálogo indirecto quedó en el aire luego de que los palestinos lo condicionaran a la cancelación de los planes israelíes para Jerusalén Este y de que el Estado judío rechazara la exigencia.

La oficina del presidente israelí, Shimon Peres, dijo que la embajada de Estados Unidos le notificó ayer la postergación del viaje de Mitchell, por lo que quedó suspendida una reunión programada para ayer a la tarde entre el jefe de Estado israelí y el enviado estadounidense.

Washington calificó de “insultante” el proyecto israelí, que se anunció la semana pasada cuando el vicepresidente estadounidense visitaba la región y que amenaza frustrar meses de esfuerzos de Mitchell para convencer a los palestinos de participar de las negociaciones, que están interrumpidas desde fines de 2008. Mientras que la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea también condenaron el plan israelí. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, defendió ayer “42 años” de construcciones ininterrumpidas en Jerusalén Este y dijo que los planes no afectan “para nada” a los palestinos, mientras que su canciller insistió ayer en que el Estado judío no tiene ninguna intención de dar marcha atrás.

Las exigencias de detener los planes de construcción para Jerusalén Este “son irracionales por lo que a nosotros respecta”, dijo Lieberman.

Israel anexó Jerusalén Este tras arrebatársela a Jordania en la Guerra de los Seis Días, de 1967. La comunidad internacional no reconoce la anexión y considera ilegales tanto los barrios judíos de esa parte de la ciudad como las colonias israelíes en los territorios palestinos de Cisjordania.

El negociador en jefe del gobierno autónomo palestino, Saeb Erekat, dijo que la crisis actual pone en evidencia que Israel desafía a la comunidad internacional.

Los palestinos dicen temer que la reinauguración sea el preludio de un intento de Israel de tomar control de la amplia explanada donde se sitúan los sitios sagrados, en la Ciudad Vieja.

Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Rodham Clinton reclamó ayer “el pleno compromiso de israelíes y palestinos” con el proceso de paz en Medio Oriente.

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