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Dudas en el inicio del juicio por el crimen de Caminos

“No vamos a tener pruebas directas pero sí muchos indicios que implican a los imputados”, dijo la fiscal.

El juicio por el homicidio del ex líder de la barra brava de Ñuls, Roberto Pimpi Caminos, ocurrido en marzo de 2010, comenzó ayer por la tarde en los Tribunales provinciales. Durante la primera jornada, y tras la formulación de las acusaciones en contra de los tres imputados, declararon familiares de Pimpi y policías que participaron de diferentes procedimientos para capturar a los sospechosos. “No vamos a tener pruebas directas pero sí muchos indicios que implican a los acusados en el crimen”, aseguró la representante dela Fiscalía.

“Homicidio calificado por el concurso real de dos o más personas, premeditación y uso de arma de fuego” fue la acusación quela Fiscalíaefectuó en contra de René Ungaro, de 25 años; Carlos Alberto Godoy, alias Betito, de 26; y Emanuel Suárez, de 24; los tres jóvenes que llegan a la instancia de juicio oral sospechados de ser coautores de la muerte de Roberto Pimpi Caminos.

La misma acusación, pero con el agravante de alevosía, fue realizada por los querellantes, quienes remarcaron el hecho de que Pimpi fue asesinado no de un tiro certero sino que recibió algunos plomos en las piernas para luego ser rematado cuando se encontraba indefenso en el piso.

El hecho que se les achaca a los tres sospechosos ocurrió la madrugada del 19 de marzo de 2010, en la puerta del bar Ezeiza, en Zeballos y Servando Bayo.

Según se desprende del procesamiento del Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación, en el cual el juez Javier Beltramone encausó a René, Betito y Emanuel, a las 5.25 de ese día, llegó al lugar un grupo de personas a bordo de un Fiat Uno color blanco. Un muchacho de gorrita descendió del vehículo y le efectuó cinco disparos a Pimpi, que estaba en la puerta del bar. Caminos fue llevado en un BMW por amigos hasta el Hospital Carrasco, donde murió a poco de ingresar.

“Seguramente intervinieron más personas en el homicidio, pero acá tenemos a los que lo llevaron a cabo, que conduce a otros autores intelectuales, aunque hayan ocultado el rostro”, expresó la fiscal Nora Marull, quien junto con su colega Marcelo Vienna representan al Ministerio Público a lo largo del juicio.

Sin embargo, la funcionaria admitió, al finalizar la acusación, que las pruebas de las que se valdrán para demostrar la culpabilidad de los acusados no son “directas”, sino que poseen “muchos indicios que los implican en el homicidio”.

En tanto, al hacer su descargo, los abogados querellantes Rubén y Gabriel Navas remarcaron que durante la autopsia en el cuerpo de Pimpi se encontraron, además de las balas que lo llevaron a la muerte, “otros plomos de vieja data” de un ataque previo cuya autoría se les achaca (aunque informalmente) a René y a su hermano Chapita.

“Nosotros no buscamos venganza sino justicia, para que los conflictos se resuelvan aquí en Tribunales y no las 5 de la madrugada en Ezeiza”, dijeron los letrados.

Luego de que las partes acusadoras expusieran sus argumentos, el Tribunal presidido por el juez de Sentencia 5ª, Gustavo Salvador, e integrado por sus pares José Luis Mascali y Julio Kesuani, dio lugar a que los imputados utilizaran o no su derecho a decir unas palabras y responder preguntas de las partes.

Tanto René –asesorado por su abogado Mario Ducler–, como Betito –defendido por Fausto Yrure–, renunciaron a su derecho, mientras que Emanuel Suárez, representado por Marcelo Piercecchi y Fernando Mellado, optó por hacer su descargo, aunque se negó a responder preguntas.

“Yo no tengo nada que ver en todo esto”, dijo el joven, quien, a pesar de entrar en contradicción con sus declaraciones anteriores, dijo que la noche anterior al crimen se juntó a comer una pizzas por el nacimiento de su sobrina en Teniente Agnetta y Cerrito y que se quedó jugando a los videojuegos y bebiendo cerveza con unos amigos hasta la mañana siguiente.

Con respecto a sus dichos anteriores, en los que aseguraba que René y Betito habían dado muerte a Pimpi, dijo que los había efectuado en sede policial tras recibir una golpiza y en Tribunales luego de ser presionado por el secretario del Juzgado de Javier Beltramone.

Enseguida fue el turno de los testigos. Tres de ellos fueron empleados policiales de distintas reparticiones que participaron en procedimientos para dar captura a los tres imputados. Los otros tres fueron Rosa y Maira Caminos, hermanas de Pimpi, y Rubén César, sobrino del ex  jefe de la barra brava.

Según el testimonio de los familiares de Caminos, tanto antes como después de la muerte de Pimpi sufrieron intimidaciones por parte de los hermanos Ungaro, de Betito y de Cachorra (Jonathan Creciente). De hecho, Lelio Ungaro, alias Chapita, y Cachorra, fueron detenidos junto a René y a Betito en el bar El Sótano, de Mitre al700, afines de mayo de 2010, aunque luego recibieron falta de mérito.

“Pimpi no denunció nada porque era un hombre de códigos”, dijo Rosa, en referencia a cuando Caminos fue baleado en 2007 en la puerta del cantobar Tokio (ver aparte) y otro hecho ocurrido el 31 de diciembre de 2008, cuando René y Betito balearon el auto en el que se desplazaba Pimpi con algunos familiares, según la acusación. “Un mes después de que mataran a mi hermano se pararon René y Cachorra al lado nuestro en un semáforo y nos mostraron un arma. Nos persiguieron 10 cuadras. Yo sí los denuncié, porque yo no tengo nada que ver con ellos”, agregó Rosa.

Tras las declaraciones de los seis testigos, el juicio pasó a un cuarto intermedio hasta hoy a las 15.

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