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Domínguez admitió errores y llamó a pensar en el futuro

El titular de la cartera de Agricultura dijo en Rosario que “el mundo mira lo que la Argentina ha hecho”.

El ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, y el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, coincidieron anoche en sus discursos durante la cena por el 127º aniversario de la Bolsa de Comercio de Rosario, en la necesidad de “agregar valor en origen” a la producción primaria. Pero el mandatario local, también candidato a presidente, le agregó un condimento de divergencia: “Tenemos que sembrar confianza, no vamos a tener inversiones si no hay reglas claras”, dijo, y expuso como ejemplos los casos del trigo y el maíz, sensible al bolsillo y los intereses del hombre dela Bolsa.

Tras las palabras del vicepresidente dela Bolsa, Víctor Cabanellas (ver abajo), quien habló en nombre del titular de la entidad Cristián Amuchástegui –ausente por enfermedad–, Domínguez exhibió un discurso conciliador, apuntado hacia el futuro y en el que, dijo expresamente, hay que olvidar las rencillas del sector con el gobierno, que ubicó “en el pasado”.

El funcionario nacional, quien en diciembre seguramente dejará la cartera para ocupar una banca enla Cámarabaja dela Nación, señaló que en el futuro crecerá “la demanda de alimentos del planeta” y, en esa línea, recordó que “esta región hizo la revolución de la siembra directa, que permitió que pasáramos de20 a34 millones de hectáreas sembradas”.

Como consecuencia de la misma revolución, agregó el funcionario, este año “tuvimos una cosecha récord de cien millones de toneladas” de granos. Con ese piso, Domínguez planteó el desafío hacia el futuro: “Crecer en 6 o 7 millones de hectáreas enla Argentinay aumentar la producción un 60 por ciento en los próximos diez años”.

Domínguez tuvo un tono conciliador, dijo que “esta Bolsa interpretó un modelo de producción enla Argentinay nos sentimos orgullosos”. También recordó que la entidad cerealista “fue crítica” con la gestión del gobierno nacional, pero la valoró con un agradecimiento. “Si debemos recoger un espíritu de este tiempo enla Argentina–dijo– es el del diálogo”.

“Reconocemos todos los errores”, admitió en referencia a los mercados de trigo y maíz.  Pero añadió que “las discusiones no nos han llevado a nada”, por lo que las envió “al pasado” e invitó a pensar “en el futuro”, que pronosticó promisorio para el país.

“Las críticas no nos molestan, permiten poner las cosas blanco sobre negro”, abundó Domínguez ante un auditorio lleno de asociados ala Bolsae invitados. Aclaró que “están las que paralizan e inmovilizan, y las que buscan nuevos horizontes”. Ubicó a la entidad local que cumplía años en este último grupo. “El diálogo no significa renunciar a lo que uno piensa, sino la posibilidad de cambiar lo que hicimos mal”, abundó.

También sostuvo el ministro que “el tiempo que viene está signado por el valor agregado en origen, para que la gente se quede en sus poblaciones”. “Hay un futuro que nos está esperando, y el futuro es el lugar donde vamos a vivir”, cerró, para recibir aplausos.

En esa línea se pronunció el gobernador Binner, quien afirmó que “Argentina tiene extraordinarias posibilidades”. Coincidió con Domínguez al asegurar que “hay un gran desafío: tiene que ver con la industrialización cerca de los lugares donde se produce la producción primaria”.

En esa línea, Binner dijo que “todala Argentinano puede vivir en el Gran Buenos Aires” y agregó que un camino posible es “la reprimarización de la economía, o generar valor, agregar conocimiento e industrializar”.

Sin olvidar su rol de candidato en campaña, el gobernador apuntó más tarde que “tenemos que sembrar confianza”, atento a que llegarán inversiones al país “si hay reglas claras” para los inversores.

“No se puede decir siembren trigo y después no se puede exportar”, criticó Binner delante de Domínguez, que ya había pedido disculpas por el tema y, sin nombrarlo, había asignado el inconveniente ala Secretaríade Comercio Interior que conduce Guillermo Moreno.

“Nueve mil millones de dólares se fueron del país en el primer semestre”, abundó en su crítica el gobernador santafesino. “Eso es falta de confianza”, arremetió, para agregar que “hay que recuperar la confianza entre lo público y lo privado”.

Antes había hablado el intendente Miguel Lifschitz, quien destacó el rol de la Bolsa de Comercio rosarino no sólo en el plano de los negocios y la producción agropecuaria, sino también en instancias culturales y sociales como la organización del Congreso de la Lengua en la ciudad. “Esta institución es un gran ejemplo de las organizaciones de la sociedad civil que se involucran en las democracia modernas”, afirmó también el intendente.

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