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Doce años de prisión por intentar matar a un policía

El hecho ocurrió en octubre de 2009 durante un tiroteo con los uniformados que tuvo lugar en bulevar Oroño y Uriburu.


Un hombre de 35 años que protagonizó junto a otras dos personas un cinematográfico tiroteo con la Policía, durante el cual se dispararon cerca de 50 balazos, deberá purgar una condena de 12 años de cárcel por la tentativa de homicidio de un uniformado que recibió un plomo en la espalda. El hecho tuvo lugar en octubre de 2009 en el barrio Tiro Suizo, cuando dos integrantes dela Brigada de Homicidios dela Unidad Regional II pretendieron identificar a los ocupantes de un rodado, quienes intentaron huir y desataron una balacera. La lluvia de disparos tuvo como saldo tres sospechosos heridos –uno de los cuales terminó por suicidarse en el interior del auto– y un cabo baleado. El único detenido por el hecho argumentó ser remisero y dijo desconocer las intenciones de sus pasajeros, aunque esta versión fue desechada por el Juzgado de Sentencia de la 4ª Nominación, que en base a la prueba reunida consideró el acusado estaba armado y disparó contra los uniformados.

Cerca de las 14 del 13 de octubre de 2009, dos policías pertenecientes ala Brigadade Homicidios se encontraban en un auto particular marca Fiat Uno en la zona de Oroño y Uriburu, cuando cruzaron a un Fiat Siena con tres personas a bordo que, según fuentes policiales, intentaron identificar. Pero el rodado no se detuvo y se inició persecución.

De acuerdo con la causa, a la altura de San Martín al 4600 el automóvil comandado por la policía se cruzó en el camino del Siena y uno de los policías –el cabo primero Fabio Montoya– descendió de su vehículo con la credencial y el arma reglamentaria en mano. Según su testimonio, en ese momento los ocupantes del otro rodado comenzaron a disparar y cuando el uniformado se quedó sin balas intentó protegerse en un cantero. Recibió un balazo en el hemitórax izquierdo, circunstancia que los sospechosos aprovecharon para huir. Sin embargo, fueron detenidos en Estaban de Luca al 700. El conductor tenía un tiro en la pierna derecha, su acompañante un disparo en la pelvis y el tercer ocupante huyó del lugar herido, según algunos testigos. Tras su fuga, en el vehículo quedaron el chofer –identificado como Leandro Julio Godoy–  y su acompañante –Carlos María Priotti–, quien se efectuó un tiro en la cabeza cuando se vio cercado porla Policía. Falleciópoco después en el Hospital de Emergencias.

Se acuerdo con la pesquisa, del interior del vehículo de los sospechosos se secuestraron dos armas de grueso calibre y tres cargadores.

Godoy fue detenido, imputado por el hecho y luego fue procesado por el Juzgado de Instrucción de la 3ª Nominación. En su defensa, el acusado argumento ser un remisero trucho que trasladaba a dos pasajeros y se asustó cuando un auto de civil intentó detenerlo. Además, aseguró que el pasajero comenzó a disparar, aunque esta versión fue desvirtuada por los dichos de ocasionales testigos y de los dos policías que intervinieron en el caso.

El juez Julio Kesuani –titular del Juzgado de Sentencia de la 4ª Nominación– refirió en su fallo que está probado con certeza que el acusado se encontraba armado y efectuó disparos. También sostuvo que la intensión de Godoy fue matar a cualquiera de los dos policías. “El dolo estuvo dirigido a matar”, expresó el magistrado, quien remarcó que el sospechoso no logró su propósito debido a factores ajenos a su voluntad.

Con estos argumentos, Kesuani condenó a Leandro Julio Godoy a la pena de 12 años de prisión por el delito de “tentativa de homicidio calificado por tratarse la víctima de un empleado policial y portación de arma de guerra”, y lo declaró reincidente.

Los otros sospechosos

Priotti tenía 41 años y, al momento del hecho, se encontraba en libertad condicional. A lo largo de su vida, enfrentó varias causas en distintas jurisdicciones por robo y, según se determinó, se quitó la vida de un disparo dentro del Fiat Siena, luego de decirle al conductor –ahora condenado– “sacame, sacame”.

En tanto, tras abandonar el auto, el tercer sospechoso se habría fugado herido en un taxi luego de la demencial balacera. Más tarde, apareció un muchacho –identificado como Alberto A.– en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, con un balazo en el estómago. En aquella oportunidad, los investigadores apuntaron a este hombre como el tercer ocupante del vehículo. Pero el muchacho falleció casi un mes después como consecuencia de la herida recibida.

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