“Era la sorpresa de fin de año: le íbamos a dar la mitad a cada uno de nuestros hijos”. Ése era el destino que los esposos Emilio y Matilde, ambos de 68 años, le iban a dar a los 21 mil pesos que ayer a la madrugada les robó un grupo de jóvenes que ingresó a su casa de la zona sur. Los desconocidos entraron sin violentar la cerradura, los amenazaron con armas de fuego y los dejaron atados de pies y manos y amordazados, mientras revisaban cada uno de los lugares donde podía estar el dinero que, según les dijeron los asaltantes, sabían que tenían escondido en algún sitio. “También se llevaron el plasma que compramos para el Mundial y cosas del quiosco”, contó Emilio, que es un profesor jubilado y ahora vive de lo que le deja el pequeño comercio ubicado al frente de la vivienda.
Todas las noches, antes de acostarse, Emilio y Matilde, quienes desde su juventud viven en una casa ubicada en Cepeda al 4000, repiten el mismo ritual: cierran la puerta de entrada con llave y le ponen adelante una silla de caño. “Así, si entra alguien, nos damos cuenta por el ruido”, contó el hombre, de 68 años.
Ayer, cerca de las 3.40, Emilio se despertó sobresaltado. “Escuché que la silla se caía, prendí la lámpara de la mesita de luz, y antes de que pudiera hacer nada entraron tres tipos con armas a la pieza”, dijo el hombre a El Ciudadano.
Según el relato del profesor de dibujo jubilado, quien dejó de trabajar hace un mes y ahora se dedica con su mujer a atender un quiosco ubicado en el frente de su vivienda, los desconocidos empezaron a gritar que los habían “vendido”, que sabían que tenían dinero y alhajas guardados.
Enseguida, los recién llegados obligaron al matrimonio a acostarse en la cama, los ataron de pies y manos con elementos que encontraron en el lugar y los amordazaron.
“Lo único que podíamos hacer era mirar cómo sacaban todas las cosas del placard buscando la plata”, detalló Matilde.
“Agarraban todas las cosas y si no les interesaban las tiraban”, contó el matrimonio. De ese modo, en un sobre que la pareja tenía escondido, encontraron 21 mil pesos. Ése fue el mayor botín que se llevaron los asaltantes y el que más les dolió a Emilio y a Matilde.
“Era la sorpresa de fin de año. Le íbamos a dar la mitad a cada uno de nuestros hijos”, dijeron ambos. Y, como se trataba de una sorpresa, están seguros de no haber comentado jamás que tenían esa suma de dinero ahorrada.
“Lo peor de todo fue haber pasado por esa situación. Estamos tristes por lo de la plata, pero de última eso va y viene. Nunca vivimos un momento tan doloroso”, dijo Emilio. Para Matilde, la peor parte fue la preocupación por la salud de su marido, que ya sufrió un infarto.
Además de los ahorros del matrimonio, los asaltantes se llevaron un plasma de 46 pulgadas que Emilio había comprado para mirar el Mundial de fútbol y ahora aprovechaba para ver los partidos de Las Leonas y la selección de básquet, un DVD y la recaudación del mes del quiosco. “También se llevaron cigarrillos y bebidas”, detallaron. Según contó la pareja, ellos vieron a los tres desconocidos que ingresaron primero, y luego a un cuarto hombre. Sin embargo, escuchaban ruidos que provenían del comedor, por lo que sospechan que la banda era más grande.
Con el botín en su poder y la pareja maniatada, los intrusos se marcharon, cerraron la puerta y se llevaron las llaves. “Escuchamos el motor de un auto y motos que arrancaban”, dijo Emilio, que cuando logró desatarse más tarde llamó al 911 y radicó la denuncia en la comisaría 16ª, con jurisdicción en la zona.
“Lo que más nos llamó la atención es que la cerradura no estaba rota. Es como si hubieran usado una llave”, consideró el hombre.
El hecho es investigado por el Juzgado de Instrucción de la 4ª Nominación y la comisaría 16ª, con jurisdicción en la zona.