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Un crimen desató furia contra narcos

Por Lucía Demarchi.- La víctima tenía 34 años y fue atacada a tiros al lado de la construcción de ladrillos en la que vendían estupefacientes.


César Oviedo cayó herido de muerte en el medio de una placita, en Felipe Moré y Uruguay. En ese lugar, pasando las hamacas, se levantaba hasta ayer una construcción de ladrillos que, tras la muerte de Oviedo, ardió en llamas y luego fue tirada abajo por los vecinos. “Lo mató uno de los soldaditos que trabajaba ahí vendiendo drogas”, dijeron algunos de los testigos que veían caer la estructura rodeada de humo.

“Eso no es un quiosco. En un quiosco te venden caramelos. Eso es un búnker”, dijo ayer un muchacho antes de sumarse al grupo que, a fuerza de palas y mazas, tiraba la construcción de ladrillos ubicada al fondo de una plaza, a metros de la Vía Honda, en Uruguay y Felipe Moré. Unas horas antes, cerca de las 17.30, ese fue el escenario de un ataque contra César Oviedo, de 34 años, quien cayó herido de un disparo en el tórax al lado del bunker.

“Al mediodía fuimos a festejar el día del padre, porque el domingo no pudimos reunirnos. Después fuimos a la  reunión de una organización barrial. Cuando terminó nos fuimos a casa, acá a una cuadra, al lado de la vía, a tomar unos mates. César salió y vino para acá. Al ratito nos vinieron a avisar que estaba acá tirado”, contó a El Ciudadano Mónica, la cuñada de la víctima, una de las primeras en socorrer al hombre.

Enseguida un vecino ofreció su auto para cargar al herido y llevarlo al hospital. “Cuando a las 18.30 me avisaron que había fallecido no lo podía creer”, dijo la chica, quien aseguró que fue en ese momento cuando los vecinos comenzaron a reunirse. Primero incendiaron el bunker.

Después, cuando sólo quedaba humo, algunos de treparon al techo y, con palas y picos, comenzaron a derribar lo que quedaba. “La otra vez vino la Policía, y a los diez minutos estaba funcionando de nuevo. Ahora no vuelven más”, expresó Mónica, quien aseguró que en ese punto de venta de estupefacientes trabajaban sólo adolescentes, entre ellos, el matador de César. “Están arruinando a los pibes del barrio”, se lamentó la chica.

“César salía a cirujear con el carro, hacía algunas changas. No sabemos por qué lo balearon”, concluyó la joven, quien detalló que la víctima era oriunda de Cabín 9, pero hace unos años comenzó una relación con la hermana de Mónica e inició su vida en ese sector de la zona oeste.

El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción en turno, junto con la Brigada de Homicidios y la comisaría 19ª.

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