Rodrigo Arévalo
La pifió. O quizás sea lo que realmente piensa. El papa Francisco señaló en el avión de regreso de su visita a Irlanda que “hay muchas cosas para hacer por medio de la psiquiatría” ante la consulta de un periodista, que le preguntó qué le diría a los padres que detecten orientaciones homosexuales en sus hijos. El subsecretario de Políticas de Diversidad Sexual de la provincia, Esteban Paulón, recordó que “enviar a un homosexual al psiquiatra demuestra una ignorancia muy grande” y calificó los dichos del Pontífice como “muy peligrosos”.
La Organización Mundial de la Salud quitó en 1990 a la homosexualidad de la lista de enfermedades psiquiátricas. La Ley de Salud Mental argentina prohíbe a psiquiatras tratar, diagnosticar o medicar a una persona por su orientación sexual o identidad de género.
“Lo que dijo el Papa atrasa 30 años”, dijo Paulón a El Ciudadano. El referente de la comunidad LGBT no se sorprende porque, si bien Francisco “intentó marcar cierta apertura hacia la comunidad LGBT con mensajes políticamente correctos, hubo siempre un ida y vuelta que de daba poco sustento y convicción a esas declaraciones”.
Francisco es una figura que moviliza a millones de personas en todo el mundo. Sus palabras tienen llegada, por eso Paulón las consideró “peligrosas”, ya que pueden “alimentar los discursos de odio que hay en todo el mundo contra homosexuales, lesbianas y trans”.
El Papa visitó Irlanda el pasado fin de semana, donde pidió perdón por los abusos sexuales de sacerdotes a menores de edad.
Irlanda es considerado el país más católico del mundo y al mismo tiempo está entre los que se registran más abusos en la Iglesia Católica.
Su primer ministro es Leo Varadkar, abiertamente gay y casado con Matthew Barrett.
Diagnóstico aberrante
Aunque parezca un chiste de mal gusto, en el siglo XII todavía existen psiquiatras que diagnostican a niños por su orientación sexual o identidad de género. Incluso, según Paulón, hay algunos casos en la provincia de Santa Fe: “Recibimos denuncias que tienen que ver con personas que por desconocimiento o convicciones personales llevan a un niño o niña a algún profesional de la salud mental por su identidad de género. Habiendo caído en manos de profesionales poco serios, diagnostican figuras más abiertas como trastorno de la personalidad, ansiedad o bipolaridad”.
Paulón dijo que luego del diagnóstico, estos niños “son medicados y sometidos a terapias muy crueles”.
Por otra parte, se refirió a comunidades religiosas que plantean la idea de “curar” la homosexualidad. “Utilizan personajes que vienen a decir que la ideología de género es parte del colonialismo yanqui. Estos contenidos de odio se expanden, por lo que estamos muy atentos a cada una de estas presentaciones”, señaló el funcionario provincial.
Sin embargo, aclaró que en todo caso “si un niño o niña expresa algo en torno a su orientación sexual, su familia puede recurrir a psicólogos y educadores para acompañarlo a él o ella y a su entorno afectivo en una niñez feliz en la que exprese abiertamente su orientación sexual o identidad de género”.
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