El buen humor durante un entrenamiento da indicio de muchas cosas. Juan Martín Del Potro practicó en un clima alegre, distendido, casi como olvidando sus molestias físicas antes de que la lluvia empezara a estorbar nuevamente, como es costumbre en Wimbledon.
“Me pude entrenar durante casi 45 minutos. La rodilla sigue estando igual, lo bueno es que no empeora. Mientras esté igual, sigo pensando en jugar el torneo, en el rival que me toca. Practiqué bastante el saque, que para el miércoles es fundamental. Ahora voy a descansar el resto del día y prepararme lo mejor posible”, dijo el tandilense después de su sesión del martes.
El miércoles enfrentará a David Ferrer, futuro número 3 del mundo, un jugador que demanda hasta el límite en el aspecto físico. El valenciano también arrastra una molestia en su tobillo, producto de una fuerte torcedura la semana pasada.
Tras vencer al croata Ivan Dodig, Ferrer dijo que prefería jugar contra el italiano Andreas Seppi antes que con Del Potro, a quien considera muy peligroso en esta superficie. “Yo también prefería a Dodig que a Ferrer, de eso no hay dudas”, dijo entre risas, al tiempo que cree que “David está teniendo una gran temporada, está muy sólido, sin importante la superficie. Va a ser un partido súper difícil”.
“(Novak) Djokovic, (Andy) Murray y el resto de los jugadores son peligrosos, pero David tiene un plus: siempre te pone una pelota extra adentro de la cancha, como si fuese polvo de ladrillo en vez de césped. Uno tiene que arriesgar, que es la única forma de ganarle”, planteó el tandilense.
Durante la práctica, “Delpo” se movió un poco más que como lo hizo el lunes. Sigue algo estático, sin poner en riesgo su rodilla. Pero las risas permanentes junto a su entrenador Franco Davín y Martiniano Orzani, preparador físico, hace suponer que la lesión evoluciona favorablemente.
La mayor parte de su práctica, casi un tercio, se la dedicó al servicio, acaso el arma más desequilibrante que tuvo en este torneo. Él sabe que ante Ferrer va a necesitar ese golpe en su máxima capacidad.
“El saque fue muy bueno en todos los partidos que jugué, pero ahora lo necesito más que nunca. Debo aumentar mis porcentajes, meter más aces y saber que enfrente tengo una de las mejores devoluciones del circuito. Para mi juego, lo importante que es el saque, lo tendré que utilizar mejor que en los otros partidos”, auguró el número 8 del planeta.
Sobre la estrategia a emplear en el próximo duelo, Del Potro expresó: “Todavía no estoy pensando en el partido, pero si no salgo a atacar y arriesgar yo va a ser muy difícil. Él, además de ser un gran contragolpeador, también tiene tiros muy buenos, ataca bien, sabe cuándo hacerlo y devuelve muy bien. El que más fino esté, el que más concentrado esté en los momentos importantes y el que arriesgue con mayor prolijidad y acierte, va a sacar diferencia”.
Luego de su victoria ante Seppi, la “Torre de Tandil” confesó que salió a jugar pese al dolor luego evaluar las cosas positivas que podía tener el partido. Una vez más, lo anímico juega un papel fundamental, por eso su tranquilidad y buen humor.
“Obviamente que las victorias ayudan mucho al estado del ánimo, a la motivación. Haber venido a jugar acá ya era muy importante, me volví a sentir adentro del circuito después de varias semanas ausente. Siempre cuando uno gana se hace todo mucho más fácil, más distendido y las ganas de seguir mejorando aumenta”, describió.”Creo que es un gran torneo, estar entre los últimos ocho es muy importante y son muchas cosas lindas para disfrutar”, insistió.
Finalmente, Del Potro mostró sus sensaciones por el torneo, pero sin dejar de tener los pies sobre la tierra. “Estoy tranquilo, disfruté mucho de la última victoria y ahora es momento de empezar a pensar el partido ante Ferrer. Para mí es un buen torneo y tengo muchas ganas de seguir adelante. Pero tengo que ser consciente de mi próximo rival, tengo que poner lo mejor de mí y hacer el mejor partido que pueda”, concluyó.
Después de casi 45 minutos de práctica, “Delpo” se va, entre chicos que le piden autógrafos y él los firma amablemente. No se siente incómodo y la rodilla de a poco lo acompaña nuevamente. Aunque la batalla que viene será dura, las ganas de pelearla no las perdió.
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