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Declaran a tres barrios de la ciudad libres de analfabetismo

Por: Luciana Sosa.- El próximo 14 de junio 450 personas se gradúan, los que se suman a las 729 que aprendieron a leer y escribir en 2011 y 2012.


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Hasta hace unos años, casi 1.200 vecinos tenían una vida diferente. Rosa se incomodaba al no poder ayudar a sus hijos con la tarea escolar; Gladys nunca había podido salir de su barrio por no saber distinguir los colectivos, y tampoco conocer el nombre de la calle donde bajarse. Juan enviudó y tenía inconvenientes para leer las recetas médicas cuando sus hijitos se enfermaban; en tanto Héctor no podía trabajar como fletero con su camioneta, porque no podía sacar su licencia de conducir. Esta realidad cambió desde que comenzaron las clases del programa de alfabetización Yo Sí Puedo. El próximo 14 de junio se realizará el acto de graduación de todos ellos y además se declarará a tres barrios de Rosario libres de analfabetismo, gracias al sistema de origen cubano que se desarrolla desde 2011.

Los alumnos, o mejor dicho, los valientes en atreverse a un desafío que les ha permitido cambiar su vida en varios aspectos, son cerca de 450 este año, que se suman a las 729 que se han graduado entre 2011 y 2012, aunque otros organismos han estado alfabetizando desde 2009. Asimismo, el objetivo de declarar a Rosario libre de analfabetismo en 2015 está cada vez más cerca, dado que en dicho acto se podrá distinguir a tres de los doce barrios en los que se trabaja este año: Cerámica, La Lagunita y barrio Toba Municipal.

“La experiencia en este programa es increíble y sumamente emotiva”, resumió Elisabet Crettaz, coordinadora del plan de alfabetización municipal. En diálogo con El Ciudadano, Crettaz compartió “los cambios que se observan en la vida de cada uno de los estudiantes” y es por eso que “para que ellos mismos noten este avance”, registran al grupo con una foto en la primera y en la última clase de Yo Sí Puedo. La coordinadora mencionó que además de las clases de alfabetización, los asistentes suelen tener charlas sobre higiene y cuidados en la salud familiar. Es por eso y por el simple hecho de “pertenecer” a un grupo, que con el paso de los encuentros “las mujeres se arreglan un poquito, se cortan las uñas, se peinan más. También se puede escuchar que entre ellos se cuentan algún problema familiar, hacen comentarios, algún chiste, se van soltando. Hasta hemos llegado a saber recién en los últimos encuentros, de qué provincia han llegado algunos”.

Conducir, leer y escribir

En muchos de los barrios, la situación laboral de algunos vecinos es compleja, sobre todo si la demanda viene de la mano de una persona que no sabe leer ni escribir.

La Ley Nacional de Tránsito exige saber leer y escribir para tener la licencia de conducir. Es por eso que desde el Programa de Alfabetización Municipal (PAM), se hizo un convenio con la Dirección de Educación Vial y se abrieron grupos de alfabetización en la Dirección de Tránsito, además de los ya existentes en los barrios periféricos. “De esta manera –explicó Crettaz– los interesados aprendían a leer y escribir y en la última etapa del programa se les enseñaban los contenidos teóricos, entre ellos las señales de tránsito, pudiendo así rendir y tener su licencia”.

El año pasado el único grupo tuvo a 15 graduados, mientras que este año se ofrecieron clases para dos grupos, de los cuales ya hay nueve futuros graduados de una de estas divisiones.

“Uno muchas veces no se da cuenta de todo lo que se logra, o a lo que se accede al haber aprendido a leer y escribir, en este caso estos adultos lo vieron como un freno laboral, por eso, tal vez más por obligación que como desafío personal, se inscribieron y lograron su objetivo”.

Por otra parte, la coordinadora mencionó el caso de varias madres y padres que confesaban sentirse avergonzados ante el pedido de ayuda de sus hijos en las tareas escolares y ellos no poder responderles, como tampoco poder leer las notificaciones de la escuela, o ver la libreta de calificaciones. “Todo esto tiene mucho que ver con la exclusión social y la autoexclusión. Porque afortunadamente, a pesar de la situación que atravesaban a diario con sus hijos, ellos pudieron tomar la decisión y comenzaron las clases y hoy están a punto de finalizar el curso. En tanto, otros se quedan en que no saben y no se animan a aprender”, lamentó.

Y van por más

La experiencia de salir del analfabetismo no queda sólo en la graduación al final del curso (que dura entre tres y cuatro meses, de acuerdo a las dificultades que presente cada estudiante). “Hemos tenido encuentros con los voluntarios y coordinadores y registramos una demanda interesante de los graduados de seguir estudiando una vez terminado el curso. Es el diez por ciento de todos los graduados, que para algunos puede ser poco, pero para nosotros es mucho, y es muy gratificante”, relató Crettaz. Por tal motivo se está trabajando junto al Ministerio de Educación para poder insertar a los graduados del programa municipal en las escuelas de adultos cercanas a su domicilio. Hasta el momento se pudo insertar a los interesados del barrio Cerámica.

“Es bueno que sigan interesados en seguir estudiando, seguir aprendiendo, porque eso demuestra que quieren avanzar, que tienen confianza en ellos mismos para incorporar más conocimiento. Lamento que muchos otros digan que a su edad no van a aprender nada más, porque habiendo finalizado el curso mismo saben que han dado un paso gigante en su vida, su nueva vida”.

Según informaron desde el PAM, se han incorporado mediante la articulación con la Dirección Municipal de Empleo, 12 jóvenes al programa Jóvenes Por Más y Mejor Trabajo. En articulación con el Ministerio de Educación de la provincia, se han incorporado 24 personas a terminar la escuela primaria de adultos, y otros 170  han pasado por los talleres específicos creados con el equipo pedagógico de la Dirección de Educación Municipal.

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