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Debuta nuevo índice de precios

El gobierno lanzará este jueves el IPCNu correspondiente a enero. Relevará todo el país y tomará como parámetro la mayoría de los valores incluidos en la canasta de Precios Cuidados. Busca recuperar la confianza perdida en las estadísticas oficiales.


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El gobierno nacional prevé lanzar esta semana el nuevo Índice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPCNu), correspondiente a enero, que relevará todo el país y tomará como parámetro la mayoría de los valores incluidos en la canasta de Precios Cuidados, con lo cual espera empezar a recuperar la confianza perdida por denuncias de manipulación del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

El primer índice de inflación nacional (IPCNu) realizado con la nueva metodología se conocerá el jueves 13 de febrero y corresponderá a la variación de precios de enero, confirmó el Indec.

El organismo difundió su plan de producción estadística para 2014, que será el primer año bajo plena responsabilidad del actual ministro de Economía, Axel Kicillof.

El IPCNu tomaría como referencia la mayoría de los productos incluidos en la canasta de Precios Cuidados, por lo que ya despierta recelo entre consultoras y consumidores, ya que se vienen registrando subas en muchos de los que quedaron fuera de ese acuerdo.

El nuevo índice de precios llegará al cumplirse siete años de la intervención del Indec, cuyas estadísticas vienen siendo puestas en tela de juicio por la comunidad de negocios y cuestionada por el Fondo Monetario Internacional.

El gobierno debió acordar con el FMI esta nueva metodología de medición, y el organismo multilateral se tomará un año para determinar si la considera válida, en el marco del acuerdo internacional sobre estadísticas.

Ese acuerdo fue el que, entre otros, le costó una severa advertencia a Grecia, uno de los países más golpeados por la crisis internacional, a la que se acusó de falsear sus estadísticas.

Ahora bajo control total del ministro de Economía, Axel Kicillof, la Argentina deberá demostrar estar dispuesta a encaminar esta estadística clave.

Es que a partir del índice de precios se construyen otros indicadores, como los niveles de pobreza e indigencia, y el sector privado elabora sus previsiones.

Fue tal el descrédito en el que cayeron las estadísticas en la Argentina que la comunidad de negocios comenzó a regirse por índices elaborados por consultoras privadas para formular sus proyecciones.

Igual camino adoptaron los sindicatos, que desde hacer años vienen reclamando aumentos por el triple del IPC, los cuales terminan siendo convalidados no sólo por el sector privado, sino también por el Estado nacional y las provincias.

Así, mientras el índice de precios arrojó, para el Indec, una variación del 10,9 por ciento en el 2013, la mayoría de los gremios reclaman aumentos que rondan el 30 por ciento.

En el mismo sentido, la inflación difundida por legisladores de la oposición sobre la base de un promedio de relevamientos realizados por consultoras privadas arrojó un crecimiento del 28,4% para 2013.

Para el gobierno porteño, la inflación fue del 4,8 por ciento en el primer mes del año en la ciudad de Buenos Aires, según informó la Dirección General de Estadística y Censos porteña.

Las cifras de enero duplican el 2,3% registrado en diciembre de 2013, y a su vez son las más elevadas desde enero de ese mismo año.

Por otro lado, el Indec informó ayer que el 27 de marzo será la nueva base de cuentas nacionales y producto bruto provincial.

Asimismo, el instituto precisó que el 15 de septiembre próximo comenzará el Censo Nacional Agropecuario.

“La inflación, sin control”

El líder del Frente Renovador, Sergio Massa, recorrió ayer almacenes en el conurbano bonaerense, aseguró que “el «control» o «cuidado» de precios no funciona” y denunció que “la inflación sigue sin control”.

“No es cuestión de hacerse el guapo gritando o acusando, sino de poner el acento en las «tres I»: inflación, inseguridad e inversión. Porque, en definitiva, la clase media y los laburantes miran una pelea de declaraciones y carteles, mientras la plata se le va como agua entre los dedos”, sostuvo el diputado nacional.

En una recorrida por el conurbano, Massa se acercó a diversos almacenes de barrio para charlar con los vecinos sobre los precios: “Recorrimos varios almacenes de barrio, charlamos con la gente y corroboramos que lo que dicen unos y otros, empresarios y funcionarios, no tiene nada que ver con la realidad”, sostuvo.

“La realidad es que los distribuidores no entregan productos de precios cuidados, y encima los precios siguen subiendo. El «control» o «cuidado» de precios como se llama ahora, no funciona”, denunció el tigrense.

A su vez, el diputado sostuvo que “la inflación sigue sin control, y quienes más la están sufriendo son los jubilados, los trabajadores, los que hacen changas, y la clase media”.

“La verdad sobre los precios esta acá en los barrios, y los precios están disparados”, apuntó Massa y agregó que “acá no se trata de ver quién tiene la culpa, no es cuestión de hacerse el guapo gritando o acusando. Hace falta una política integral de lucha contra la inflación”.

“La intervención del Indec, en enero de 2007, respondió a un plan deliberado”  

La intervención del Indec dispuesta en enero de 2007 respondió a un “plan deliberado” para aprovechar ingresos tributarios provocados por la inflación sin afrontar el “costo político” de esa decisión, advirtió el ex director de Estadísticas Económicas del organismo y economista de la UBA Víctor Beker. A siete años de la intervención del Indec –cuestionada por la comunidad de negocios, consumidores y gremios–, Beker consideró que esa medida fue el inicio de un “modelo inflacionario del cual el gobierno debía aprovechar los beneficios pero evitar pagar los costos políticos”.

El 30 de enero de 2007 Kirchner ordenó separar del cargo a la directora del Índice de Precios al Consumidor, Graciela Bevacqua, tras “negarse a introducir cambios en el procedimiento de cálculo del índice que se apartaban totalmente de la metodología entonces vigente”, recordó Beker. “Esta decisión fue la directa consecuencia de otra: la de poner en marcha un modelo inflacionario del cual el gobierno debía aprovechar los beneficios que le reportaba el impuesto inflacionario pero debía evitar pagar los costos políticos de dicha medida”, dijo.

El economista de la UBA explicó que ese impuesto “consiste en la pérdida de poder adquisitivo de las tenencias de dinero a raíz del aumento de precios”. En esa línea, la recaudación ha venido creciendo a un ritmo promedio del 25 por ciento anual, en paralelo con la inflación relevada por consultoras privadas.

Beker explicó que “esta pérdida para los particulares es ganancia para el fisco, que utiliza la emisión monetaria para financiar sus gastos”. “De lo que se trataba era de ocultar la escalada de precios que la creciente emisión monetaria indefectiblemente iba a generar, como si eso fuera a modificar las conductas que adopta la gente ante la inflación”, sostuvo. Explicó que “para eludir el impuesto inflacionario, el público trata de desprenderse del dinero lo más rápido que puede y busca el ahorro en dólares”.

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