Espectáculos

De los cuerpos revolucionarios

Se pone en marcha el ciclo “Cuerpos subterráneos, danza en el subsuelo”, que ofrecerá cinco montajes locales, todos de producción reciente, unidos por una serie de interrogantes acerca del cuerpo en escena como productor de sentido.


“Cuerpos subterráneos, danza en el subsuelo, ahondando en la profundidad del cuerpo”. Así se llama (en versión extendida) el atractivo ciclo que este viernes, a partir de las 21, se pondrá en marcha en el subsuelo de la Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza) y que a lo largo del mes, en los viernes sucesivos, ofrecerá cinco propuestas vinculadas con las artes escénicas, la danza y el movimiento, de producción reciente en la ciudad.
El cuerpo como paradigma del nuevo milenio, el cuerpo como gran interrogante, el cuerpo que desafía los límites de las estéticas imperantes de la danza y el teatro y siempre se reinventa, el cuerpo en sí mismo en su revolucionaria presencia, parecen ser algunas de las aristas por las que transitan las propuestas del ciclo que arrancará el viernes con Cinco, ficción física, último trabajo de Marcelo Díaz codirigido con Alejandra Anselmo, en cierta forma heredero del elogiado Diego y Ulises, e inspirado en El Entenado, de Juan José Saer, para continuar con C y Tres veces Fedra, el viernes 15, bajo la dirección de Claudia Zima y Julieta Ferraro, respectivamente. Por su parte, el viernes 22, será el turno de Morir tampoco tiene sentido, de Paula Manaker, para cerrar, el 29, con Semilla del aire, de Alicia Boggián.
“Este ciclo nos da la posibilidad de corrernos del lugar de la pregunta acerca de si hacemos danza, danza-teatro o lo que sea, para poder hacernos otras preguntas acerca de esos bordes, porque hablamos de acontecimiento escénico y del espectador como un testigo de ese acontecimiento que estamos presenciando, pero no buscamos definir un género”, expresó, a modo de enunciado del ciclo, el director Marcelo Díaz.
El creador, cuya carrera está marcada por la experimentación tanto en el territorio de la danza como del teatro y también del teatro con objetos, analizó el presente de la producción local en el campo de una serie de materiales que parecieran buscar nuevos sentidos. “Argentina en general y Rosario en particular tienen una producción escénica que ha sido reconocida en el exterior; no me estoy refiriendo a grandes festivales comerciales sino a aquellos espacios, como este que aparece ahora en Rosario, donde se ponen en jaque algunos lenguajes establecidos. Creo que se puede trazar una línea desde los 90 y El Periférico de Objetos en adelante como grupo argentino que marcó nuevos recorridos, pero si pensamos en nuestro contexto está el Grupo Llanura de Santa Fe o el local El Rayo Misterioso que también configuran este panorama”, expresó Díaz, quien agregó: “El recorte para este ciclo que ha hecho la curaduría de Plataforma Lavardén remarca los interrogantes; estamos en un momento en el que nos encontramos en las preguntas y, sobre todo, en el mayor de esos interrogantes, que implica pensar qué es estar en escena, incluso pensando a los escenarios como espacios políticos, la realidad como ficción y la ficción como realidad. Creo que es un gran momento, porque en lugar de ponernos a reafirmar grandes verdades estamos más atentos a los interrogantes. Y, como somos artistas, pensar qué es estar en escena es preguntarnos, al mismo tiempo, qué es estar en la realidad”.

“Cinco, ficción física”

Cinco, ficción física, espectáculo que abrirá el ciclo este viernes, “es un acontecimiento escénico generado desde la improvisación y autoría colectiva, con procedimientos de la danza contemporánea, cercano a lo que podría definirse como un teatro de estados físicos”, sostuvo Díaz, quien agregó: “Presenta una estructura flexible y aleatoria que hace que cada función sea un hecho singular e irrepetible; invita al espectador a ser testigo íntimo de relaciones, momentos y atmósferas que se despliegan durante el suceso”.
Luego de montar Diego y Ulises, inspirada en el universo cinematográfico de Gus Van Sant, que participó en importantes festivales nacionales e internacionales, “llegó al grupo Gerry, otra película de Gus Van Sant –continuó Díaz—; la vimos y trabajamos acerca del procedimiento que plantea la película en relación con el tiempo y el espacio pero no con la historia. En el medio de ese proceso, aparece como lectura El Entenado, de Saer, pero tampoco como una ficción que narra una historia más o menos conocida sino que lo empezamos a pensar como un tratado escénico, donde hay un protagonista que es el único que sobrevive y queda como testigo de su cultura. Y entendemos que ese es el lugar del espectador y que de alguna manera es, también, el lugar de los actores. Leímos esa novela pensando en cómo habla del cuerpo, del hecho humano y de la ficción; también podría llegar a ser un tratado sobre lo escénico”. De Cinco, ficción física participan Mauro Cappadoro, Ulises Fernández, Charly Fiocatti, Juan Orol y Diego Stocco.

“C” y “Tres veces Fedra”

En C, que se verá el viernes 15, Cecilia Ippolito, bajo la dirección de Claudia Zima, se adentra en un relato físico donde recorre con un material personal la tensión entre la fragilidad y la potencia. “Un intento de develar lo impermanente. Un relato particular, una mirada descarnada y sin respiro sobre el destino de una mujer. Nos propusimos a través de lo simple poner en valor la fuerza de la interpretación”, sostienen ambas creadoras.
Por su parte, en Tres veces Fedra, que se ofrecerá después de C, la bailarina y coreógrafa Julieta Ferraro busca ahondar en el drama de Fedra a través de tres momentos: su huida, su casamiento y su muerte. “El enigma de este personaje, sumergido en un pasado que la lleva al desafío extremo, es explorado a través de tres recursos: la danza, el teatro y el video”, adelantan, acerca de esta propuesta que cuenta con imágenes de Andrés Lasarte.
“Morir tampoco tienen sentido”

El viernes 22 será de la partida el último trabajo de Paula Manaker, Morir tampoco tiene sentido, del que participan Yanina Silva, Mauro Carreras y Federico Tomé. “Lo que planteamos fue una «plataforma ficcional», y en el caso de estos artistas fui yo quien les propuse dirigir sus materiales que me habían resultado particularmente interesantes, porque además son cada uno de un universo diferente. En ese momento salimos de la idea de laboratorio de investigación y pusimos los cuerpos y sus materiales en el contexto de pensar una obra. Entonces, apareció algo que ya se instala dentro del proceso cuando les propongo la reescritura biográfica, y que tiene que ver con aislar esas situaciones. Son detalles de un momento o de una emoción particular, como si miráramos un recuerdo”, explicó Manaker.

“Semilla del aire”

“Tiempos del hombre”, poema de Atahualpa Yupanqui, sirvió como fuente de inspiración para crear Semilla del aire, obra interpretada por la bailarina Alejandra Valdés que, bajo dirección de Alicia Boggián, se presentará el viernes 29, tras su regreso de México. “La obra indaga en mi historia; es una búsqueda genealógica, fuimos hilando eso que aparecía a través del movimiento, donde empezaron a generarse imágenes, lugares, personajes. Con eso que aparecía en las improvisaciones fuimos armando la pieza; encontramos en algunos poemas de Yupanqui un anclaje que nos sirvió mucho, en especial en «Tiempos del hombre», que habla de las mutaciones y la transformación que es un poco de lo que habla la obra, la transformación constante que pasa por diferentes energías o estados”, describió Alejandra Valdés, oriunda de Santiago del Estero y radicada en Rosario hace poco más de una década.

Comentarios