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De cómo bajarse a tiempo de la tevé

Mike Amigorena se refirió a las ventajas y desventajas de la pantalla chica.

mikeDespués del suceso televisivo que alcanzó como protagonista de la comedia Los exitosos Pells, Mike Amigorena asumió al unipersonal La noche antes de los bosques, de Bernard Marie Koltès, que se estrenó durante el fin de semana en el porteño Paseo La Plaza –y comenzará a girar por el interior del país a partir de marzo–, como “una purga sanadora”. “Hacer esta obra es como una purga, permite purgar el alma y ojalá esto mismo le pase al espectador”, señaló Amigorena en charla con Télam en la que hizo referencia a cuestiones vinculadas al quehacer televisivo, espacio en que se vino desempeñando y a partir del cual consiguió la popularidad que hoy ostenta.

Al analizar su paso por la pantalla chica, opinó que “la televisión es como una ciudad a la que no hay que ir ni con ínfulas ni con expectativas. Tenés que ir acompañando su movimiento, convivir con ella y saber salirse cuando hay señales que así lo indican”.

Continuando con esa imagen acerca de la TV, añadió: “Sigo estando muy lleno con lo que me dio Pells y ahora es un momento de tomar un té y no seguir comiendo”.

Con absoluta sinceridad, consideró: “No todo el mundo que hace televisión tiene la suerte de poder asumir una obra como ésta como para limpiarse, pero tampoco quiero criticar a ese medio y puedo decir que por ahora no tengo cicatrices”.

“Lo que tiene la TV como ventaja es que así como te usa porque es un aparato que golpea, tiene la ventaja de difundir y de mostrarte. Y yo creo que esa gente que consumió Pells puede acercarse también y regocijarse con otro tipo de textura como la que propone Koltès”, arriesgó.

El artista que también lidera el proyecto musical Ambulancia, dijo que la pieza “propone un viaje al interior de cada uno de nosotros, a la sencillez, al pasado, a los padres, al contacto con la naturaleza, a la nada misma, al desprendimiento, que es el camino a la felicidad”.

Conmovido ante el desafío que conlleva el texto teatral del dramaturgo, escritor y director nacido en Metz en 1948 y fallecido en París en 1989, aseguró: “Hago de un hombre solo y eso me lleva a trabajar a partir del alma y por eso no tuve que componer un personaje o adornarlo”.

El actor celebró enseguida que “la intuición es la que me guió y me llevó a incorporar esta obra súper visceral, íntima, profunda, y sensible de una manera mágica y amable”.

El intérprete nacido en Mendoza apuntó que la decisión de hacer un unipersonal es algo que viene pensando desde 2004, pero que fue quedando relegado por otros trabajos. “Quería ese desafío de sentir toda la fuerza del público y esa soledad escénica”, concluyó.

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