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Básquet

De Buby a Cata, pasando por Pablo, el legado de pasión del básquet rosarino

En el día del jugador del básquet rosarino, el permanente recuerdo y homenaje a Víctor Hugo Le Bihan, y en este caso el repaso al éxito internacional de Catalina Creolani y el enorme momento de Pablo Fernández y su Provincial


Cata y Pablo, dos historias del básquet rosarino, dos exitosos que continúan el legado de Le Bihan. Foto de Juanjo Cavalcante

Tal vez Cata Creolani tenga que recurrir a sus padres o entrenadores para conocer quién fue en el básquet Buby Le Bihan. Para Pablo Fernández la referencia es más cercana, casi familiar. La diferencia de edad y vivencias generan esa lógica distancia generacional entre una promesa de apenas 14 años y un consagrado que atravesó los 40.

Pero la esencia de ambos los une con la de Buby en muchos aspectos, su pasión por el básquet, su amor incondicional con el club, y las ganas de mejorar a cada paso. Además, claro, todos se dieron el enorme gusto de ponerse la camiseta de la selección argentina.

Desde el 20 de mayo de 2020 Rosario le rinde homenaje cada 27 de junio a Víctor Hugo Le Bihan y a todos los jugadores y jugadoras del básquet de la ciudad. Su fecha de nacimiento, allá por 1941, fue la elegida para festejar y recordar a quien fue enorme representante de Sportsmen, Provincial, Rosario, Santa Fe y Argentina incluso hasta veteranos. Y a quién también como DT marcó época en Provincial y Santa Paula, entre otros, con recordados éxitos.

Su legado está, lo sepan o no, en cada uno de los jugadores de básquet que dejan el alma en los entrenamientos y batallan cada noche en las canchas rosarinas; ni hablar de aquellos que trascienden las fronteras para llevar a Rosario lejos en el país o el mundo.

Cata, medallista americana

La interna rosarina Catalina Creolani generó que Rosario se escuche otra vez a nivel nacional con su exitosa participación en el Fiba Américas de México, en el que Argentina logró el impresionante doble objetivo de clasificar al Mundial U17 del año próximo y quedarse con la medalla de bronce. La jugadora de Náutico, multicampeona de inferiores con las Panteras y los seleccionados locales y provinciales, venía de ser campeona en el Sudamericano. Ya no queda mucho lugar para las medallas en casa.

“Tuvimos un balance muy positivo, somos un equipo que ya venía trabajando desde el año pasado y estamos muy contentas ya que cumplimos con el objetivo planeado, que era lo más importante”, repasó y aunque, humilde, no quiso arriesgar las razones por la que las seleccionadoras la tienen en cuenta en todos los seleccionados: “Habría que preguntarle a Paula (Budini, la entrenadora), pero desde mi lugar lo que hago es seguir entrenando con responsabilidad, seguir con plan de trabajo y con un cuidado de todos los aspectos”.

Pero la base local es muy importante en su vida, a punto tal que con familia y amigos prácticamente vive en el club: “En Náutico disfrutamos jugar ya que hace muchos años venimos compartiendo cancha y creciendo como personas y como jugadoras. El objetivo que tenemos ahora es poder jugar todo lo que podamos y llegar al Argentino de Clubes”.

Y claro, ya tiene sus primeras armas en la máxima categoría a tan corta edad. “En la primera ya me han convocado a jugar, me sentí muy cómoda”, cerró Cata.

Pablo Fernández, el regreso esperado

Pablo Fernández y su compinche Adrián Boccia también representaron a Argentina en varias ocasiones. Y también, como Cata, fueron importantes en una categoría que en aquel momento de llamaba cadetes. Pero el recorrido fue muy extenso y el círculo virtuoso los encuentra de vuelta en casa para la búsqueda de la gloria con el club que aman. Lo muestran a nivel nacional con el éxito en la Liga Federal, a nivel local con ascenso y punta en Rosario y a nivel provincial con el título en la Copa Santa Fe. Y lo muestran en cada día de entrenamiento en el Bonilla.

A horas de pasar a la final del Federal y a días de empezar la final por el ascenso, el símbolo del Rojo puso en palabras sus sensaciones: “Lo primero es alegría, por el club en que nos criamos, por las familias que están en el día a día, por la gente que apostó y apuesta a esto, por el trabajo de equipo que se está haciendo en la relación básquet-club. El otro día sucedió algo muy lindo, desde la escuelita, el femenino, los chicos de mantenimiento (que están haciendo un trabajo bárbaro para que juguemos estos días de humedad), las otras disciplinas, la oficina de deportes, hasta el cargo más alto del club que es el presidente, todos estuvieron festejando y alentando. Esa energía se transcribe en las palabras Somos Provincial. Y para uno, nacido y formado en el club, no hay nada más lindo. También sirve para reafirmar la dirección que se está dando y el camino a transitar, en generar estructura, que es largo pero que se está sembrando día a día”.

La expectativa es alta y la invitación al duelo del viernes, renovada: “Todos y todas están invitados a ver básquet de nuestra ciudad. Esta vez nos tocó a nosotros, pero lo más importante es poder dar ese paso que tanto lo pide y lo necesita la naranja en Rosario. Sentimos el apoyo de todo el ambiente de Rosario y hay que ser agradecido y valorarlo, para nosotros es importante”.

El acento rosarino del plantel genera identificación y para Pablo este no es un detalle más para el éxito de Provincial: “No sólo es importante por ser surgidos de Rosario sino por la calidad de personas que son los compañeros, ver la mejora en todos los aspectos desde el día 0 al día de hoy, el compromiso y la dedicación que tienen en el día a día. El sabor extra para mí es poder volver a compartir en nuestro club con Adrián, que más allá de la amistad hermandad que tenemos es un jugador distinto, un crack (palabra aplicable solo a algunos pocos de argentina) y qué lindo es poder también disfrutarlo como compañero”.

Y claro, todo empieza donde empezó, con la referencia a Buby, uno de los que sembró el ejemplo: “Lo primero que se me viene a la cabeza es su sonrisa (hay una foto que suelen publicar que lo grafica muy bien), ya que cuando me veía siempre tenía alguna anécdota graciosa para contarme por la amistad que tenía con mi viejo. De punta a punta del país cuando alguien se enteraba que yo era de Rosario, se me acercaba y me decía ‘¿lo conocés al Buby? Qué jugador !!!! Mándale saludos de…’

“Buby tenía la facilidad de en 20 segundos explicarte o decirte lo que la mayoría de la gente demora 20 minutos. En lo basquetbolístico siempre estuvo predispuesto y voy a estar agradecido de las mañanas que ha ido al club conmigo y me enseñó movimientos de pies en el poste que no los he visto en ningún otro lado”, cerró Pablo, quien usó largamente esos recursos y los utiliza en su prolífica carrera.

Es el día de Buby, pero también de Cata y de Pablo. Es el día de todos los jugadores y jugadoras de básquet nacidos en estas tierras. Gracias por la pasión.

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