Ciudad

Barrio Toba

Datos de una realidad difícil

A partir del fallecimiento por desnutrición de un niño qom en el Chaco habló con El Ciudadano un dirigente de esa comunidad en Rosario. A nivel local “no hay mayores inconvenientes” en salud pero sí creció mucho la inseguridad.


La muerte de Néstor Femenía, niño perteneciente a la comunidad qom que se encontraba internado en el hospital Pediátrico de Resistencia por un cuadro avanzado de desnutrición y enfermo de tuberculosis, que con siete años pesaba apenas veinte kilogramos habilita preguntarse cuál es la situación de esta etnia en la ciudad, que ha sido uno de los principales destinos elegidos a la hora de migrar desde provincias como Chaco y Formosa. Oscar Talero, uno de sus máximos referentes, sostuvo que en la cuestión salud “no hay mayores inconvenientes” ya que el Estado está presente.

El dirigente apuntó como mayor problema el tema de la inseguridad. “Aparecen chicos de otros barrios y nos asaltan”, destacó. Otro punto interesante es que muchos integrantes de la comunidad, principalmente los mayores, se están volviendo a sus tierras por la seguridad que les da el cobro de subsidios otorgados por la Nación.

“Acá con las cuestiones de salud no hay mayores problemas, el mayor inconveniente es el tema de la inseguridad. La salud está más o menos cubierta, con problemas como en todos lados, pero está presente. Pero el tema de la seguridad está cada vez peor.
Últimamente vienen chicos de otros barrios que empiezan a deambular por la comunidad, ven alguna casa desocupada y la asaltan. Eso es algo cada vez más común y que nos preocupa mucho”, destacó el líder qom.

Regreso a la tierra

Al ser consultado sobre si todavía seguían llegando integrantes de la comunidad a Rosario buscando mayor bienestar que el que podrían alcanzar en sus lugares de origen, Talero comentó que, en realidad, “hay gente que se está yendo”.

“Están volviendo al Chaco o a Formosa, donde nacieron y se criaron. Esto ocurre principalmente con las personas más grandes, que han logrado conseguir algún subsidio nacional. Con esa seguridad deciden volver al lugar en su mundo, a su tierra. Por los datos que tenemos no son muchos los que están viniendo ahora”, añadió el hombre que llegó a la ciudad desde El Impenetrable chaqueño, en 1988.

Cabe recordar que un hijo de Talero fue asesinado en mayo del año pasado en barrio Empalme Graneros y fue encontrado en Juan José Paso al 2100. El caso aún está lejos de su resolución.

“Sigo peleando por el tema de mi hijo ya que todavía no sabemos nada y nos encontramos en una situación muy complicada. Nosotros sabemos quiénes fueron pero la Justicia no hace nada”, denunció.

El municipio ayuda

Por su parte, el titular de la Dirección de Pueblos Originarios, Ariel Illanes, recordó que se formó un consejo “que trabaja como organismo de representación”.

“La Municipalidad tiene una fuerte presencia en esos barrios. En Rosario hay una calidad de vida diferente a la del Chaco, hay barrios que se están construyendo, la semana pasada estuvimos en la zona de Travesía. Hemos hecho centros de salud, escuelas y demás lugares para lograr una mejor calidad de vida. Claro que las condiciones no son ideales y falta mucho, pero en eso se está trabajando”, señaló.

Por último, el funcionario dijo que “hay un ida y vuelta constante de los integrantes de los pueblos originarios”.

“Es muy común ver que viajan y vuelven a sus hogares los fines de semana y que muchos familiares vienen de visita. No están viviendo en el mejor de los mundos pero lo que se busca es mejorar esa condición”, concluyó.

Conservar la riqueza étnica como objetivo

El año pasado se creó en el municipio la Dirección de Pueblos Originarios, cuyo objetivo principal es “promover la construcción de ciudadanía plena para las personas que se autodefinen como descendientes o integrantes de pueblos originarios y sus comunidades, atendiendo especialmente a su cosmovisión y su riqueza étnica y cultura ancestral”.

En este marco, se puso en marcha el Consejo de Coordinación y Participación de Políticas Públicas Indígenas, que busca “profundizar la participación desde una perspectiva étnica e intercultural de las comunidades de los pueblos aborígenes en las políticas públicas”.

Comenzó a funcionar en diciembre del 2013 en reuniones mensuales y en él tienen representación las secretarías General, de Cultura y Educación, Promoción Social, Salud Pública, Gobierno, Producción e Instituto de la Mujer; dos ediles del Concejo Municipal en representación paritaria, y los 35 referentes de comunidades de pueblos originarios en la ciudad como la Iasom, Nam Qom, Tacuarita, Cariñito, Barrio Municipal, Villa Banana, La Boca, Luz y Esperanza, Qom Lma na Ihua, Taky Ongoy, Dalaxagaic Yogoñi, Qao’uoqté, Moqoit y Kolla, entre los cuales se incluye la presencia de jóvenes.

Las mismas comunidades que conforman este Consejo realizaron una propuesta para trabajar en comisiones temáticas vinculadas a cultura, salud, jóvenes, cooperativas, censo, tierra y vivienda, educación, iglesias, mujeres, seguridad y prensa.

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