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Dando el pulso de “la” época

Los rosarinos Ana Julia Manaker y Guillermo Haddad fueron nominados al premio Cóndor de Plata en los rubros mejor dirección de arte y vestuario por su labor en “Días de Mayo”, el film de Gustavo Postiglione.

En las películas, los rubros dirección de arte y vestuario suelen quedar ocultos durante la promoción, y ocasionalmente el nombre de alguno de los encargados trasciende a la altura de la fotografía o la producción. Sin embargo, a algunos films, estos rubros les dan un carácter exclusivo que realza el curso de los acontecimientos de la historia narrada. En los de época suelen dar el relieve necesario para pautar la etapa y el contexto, y los más logrados quedan en el imaginario público como aquellos que están “muy bien ambientados”, ignorando el exhaustivo trabajo que puede haber detrás de ellos. La Asociación de Cronistas Cinematográficos Argentinos entrega todos los años los premios Cóndor de Plata a los distintos rubros que integran las producciones nacionales estrenadas el año anterior. Esta vez, en la edición 2010 que se entregará durante mayo en Buenos Aires, en los de dirección de arte y vestuario hay dos rosarinos nominados. 

Se trata de Ana Julia Manaker y Guillermo Haddad, ambos seleccionados como mejores directores de arte y mejor vestuario por su trabajo en Días de Mayo, film de Gustavo Postiglione. Los dos artistas tienen una amplia trayectoria en esos rubros; Manaker trabajó en arte y vestuario en varias películas de Postiglione, entre otras, en La Peli y El paradigma Brandazza; en La llegada del gato en tren a la estación, cortometraje de Andrés Nicolás; en El Hombre Apnea, mediometraje dirigido por Francisco Pavanetto; trabajó también en Pasajero, una miniserie de 13 capítulos para el canal porteño Ciudad Abierta, y en la actualidad se encuentra desarrollando su tarea en el cortometraje de Gustavo Postiglione que forma parte del film colectivo Bicentenario. 200 minutos 25 directores.

En los rubros dirección de arte y escenografía Guillermo Haddad puso a funcionar su imaginación en films como Tremendo Amanecer e Ipanema, de Gustavo Postiglione; en Fontanarrosa se la cuenta, de Mariana Wenger; en Ilusión de Movimiento, de Héctor Molina; en ¿De quién es el portaligas?, de Fito Páez, entre otros; para algunos de ellos también construyó maquetas que contribuían a la ambientación escenográfica prestando el relieve que requerían soportes como la animación o la reproducción a escala.

En una conversación que intentó definir el alcance de estas facetas artísticas en una producción fílmica, y particularmente en Días de Mayo, donde ambos desarrollaron una concienzuda labor que recreó con absoluta fidelidad el contexto de la época tratada, los finales de los 60, Manaker y Haddad acordaron con la idea de que la dirección de arte “le da sentido a un montón de cosas y cuenta un montón de cosas también; por eso la dirección de arte es narrativa: hay que entender bien de qué van los personajes y la película para poder después hacer una propuesta que haga viable la historia”. A continuación, ambos amplían los conceptos y hacen evidente la estatura del compromiso que asumieron en el film por el cual fueron nominados al Cóndor de Plata.

Un momento de “Días de Mayo” en el que se aprecian detalles de la época.
Un momento de “Días de Mayo” en el que se aprecian detalles de la época.

Acerca de qué implicancia tenían el arte y el vestuario en un film, Manaker señaló: “Depende mucho del director, cuál es su competencia, también depende mucho de cómo esté planteado el guión, la estética, el rodaje, eso varía en cada película, en cada guión y con cada director; en el caso de Días de Mayo, el director de arte estuvo a cargo de la elección de las locaciones, nosotros arrancamos el trabajo buscando los lugares más propicios para rodar; para mí, encontrar una locación era como tener el 80 por ciento resuelto en lo que competía a la dirección de arte”, y agregó: “Acá se trataba de hacer coincidir los lugares con la época que quería representar la película, para mí es importante que el director de arte participe de lleno en la búsqueda de las locaciones porque desde ahí se va creando ese espacio; obviamente después entra a tallar la producción en cuanto a las posibilidades o no de utilizar determinados lugares y entra quien hace fotografía para ver si está bien o no. Yo trabajé en otras películas donde las locaciones las elegía el fotógrafo”.

Por su lado, Haddad sostuvo: “Mucho tiempo antes de empezar a filmar empezamos a diseñar el arte de la película; por supuesto que hablábamos con Gustavo (Postiglione), que nos tiraba algunas ideas; empezamos en enero y se rodó en julio; durante ese tiempo hicimos un trabajo de investigación exhaustivo, fuimos a las hemerotecas para ver los diarios de la época, nos fijamos en los años previos para ver qué existía, se tratase de autos, electrodomésticos o de cómo se vestía la gente”. “Conseguimos una colección impecable de revistas Claudia de esa época que después usamos como escenografía y también vimos documentales. Con respecto a las locaciones tomamos la decisión de que la estética remita más a los 60, entonces elegimos casas tal vez más antiguas pero que tuvieran la onda de casas de los 60, eso fue fundamental”, aseguró.

Respecto de los parámetros que decidieron fijar para encontrar aquello que realmente necesitaban, Manaker deslizó: “La idea era plantear una estética de los 60 en la Argentina, teníamos la idea de algo más afrancesado, sobre todo respecto a los protagonistas, en su vestuario y en las locaciones debíamos buscar lo más vanguardista de esa época”.

Sobre lo operativo, sobre salir a recorrer barrios, calles, esquinas, Haddad recuerda: “En un momento empezaron a aparecer una gran cantidad de cosas que eran icono de los 60 y que en el trajín diario pasan desapercibidas; en mi caso me remitía a la infancia, era como volver a encontrar todos esos lugares de la infancia que tenía en mi memoria”. Manaker amplía la descripción: “Cuando veíamos una casa que nos gustaba ya pensábamos en las situaciones que podrían desarrollarse dentro. Para mí era muy importante participar en la elección de los espacios que iban a usarse”.

En cuanto a aquello que la dirección de arte otorga a un film, Haddad sostiene: “Le da sentido y cuenta un montón de cosas, apoya la producción en general; cuando se hace la descripción de un personaje en una película, por ejemplo si se trata de un depresivo absoluto y toma café todas las tardes, no lo voy a meter en el (bar) Savoy, sino en algún bolichón, se apoyan esas situaciones con un bar más denso, más oscuro, por eso para mí la dirección de arte es narrativa, tenés que entender bien de qué van los personajes y la película para poder después hacer la propuesta; a veces uno se va al carajo y reafirma algo demasiado, si el tipo es alcohólico no hay que ponerle cinco botellas tiradas en el piso”. Manaker agrega: “Para mí tiene una función corporativa esencial en el film. Hay cosas que a veces aparecen clarísimas desde el principio pero otras se complican hasta dar con lo que buscás. Molina (Héctor, director de fotografía) decía que era muy difícil hacer una buena fotografía si antes no había una buena dirección de arte”.

  “Es clave tanto en el vestuario como en el arte saber cuáles son los límites, en un film de época es cuando más se luce; en uno más contemporáneo, cuando no te lucís es cuando mejor hecho está. Para mí el límite está en función de una historia, hay films donde el arte sobrepasa la misma historia, hay quienes creen que su rubro es protagonista, pero lo único que hay que buscar es que el espectador crea que se encuentra en la época; por el contrario, si vos remarcás mucho la época es como si lo estuvieses sacando de ese contexto”, reflexiona Manaker.

  Acerca de lo que representa para ambos las nominaciones a los premios Cóndor, Haddad reconoció: “Me da mucha satisfacción que reconozcan el trabajo que hicimos, creo que el laburo está bien y que fue muy exigido”, mientras que Manaker explicó: “Lejos fue el trabajo más difícil que hice, así que como llevó mucho esfuerzo, fue tan exhaustivo, el reconocimiento vale más, está bueno que lo noten”.

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