El fiscal general de Santa Fe, Julio De Olazábal, presentó un documento con las pautas que seguirán durante los próximos cuatro años los funcionarios del Ministerio de la Acusación en el marco de la implementación del nuevo Código Procesal Penal, prevista para el próximo 10 de febrero. Los lineamientos que expuso el fiscal general, junto a los defensores regionales de Rosario y de Venado Tuerto, estuvieron orientados a que se consoliden los nuevos procesos de investigación que lleva adelante la institución y a una mayor vinculación por parte de los funcionarios para con la población, en especial con la víctima. El encuentro se desarrolló en diciembre pasado.
En diálogo con El Ciudadano, el fiscal general de Santa Fe, De Olazábal, sostuvo que en febrero próximo el nuevo sistema procesal penal de la provincia entrará en vigencia y necesitará ser comprendido por todos los ciudadanos.
El funcionario aclaró que esta reforma beneficia a la población en general, ya que no sólo cumple con la Constitución –dato que para el fiscal no es menor “en un país como el nuestro, que despreció la carta magna durante tantos años”– sino que, además, tiene su base en las audiencias públicas y orales, donde la víctima recobrará el protagonismo.
Recobrar la confianza perdida
En ese marco, De Olazábal hizo una reminiscencia al 25 de mayo de 1810 a modo de ejemplo: “Cuando las personas exclamaban frente al Cabildo «el Pueblo quiere saber de qué se trata», ello era la base de la República. Lamentablemente, la ininteligibilidad del viejo Código no se dio por cuestiones de las personas, sino que surgió como consecuencia de un sistema que se había implementado. La Justicia penal no era apta para que el pueblo pudiera saber de qué se trataba. Estaba basada en el secreto, el escriturismo, las formulas, la repetición, donde era muy difícil que el ciudadano común pudiera saber qué estaba pasando. Creo que eso pudo subsistir por siglos porque era otra la sociedad, era otra la confianza que había en la autoridad, se confiaba en la autoridad por la autoridad misma. Pero todo eso desapareció y ahora la confianza hay que ganársela”, consideró.
“Estamos convencidos y vamos a poner todo nuestro empeño en tratar de volver a ganarnos la confianza de la población. Abrir las puertas para que la gente sepa qué es lo que está pasando en la Justicia. El nuevo sistema está basado en audiencias públicas, que serán orales, donde habrá un cambio importante en la forma de investigar y acusar”, enfatizó el funcionario.
Con respecto a las pautas delimitadas a los integrantes del Ministerio de la Acusación, el fiscal general de Santa Fe describió que “estarán encargados de dirigir la investigación, de buscar nuevas formas de investigar, de no seguir apegados a formas que no dan resultado frente a una modalidad delictiva que ha ido cambiando a través del tiempo”.
Los nuevos lineamientos, la importancia del trabajo en equipo y la incorporación de nuevas tecnologías estarán acompañados de un cambio muy importante con respecto al lugar en que se situaba a la víctima. “Como consecuencia de un sistema mundial, el Derecho Penal perdió de vista a la víctima, que llegó a molestar en las viejas prácticas. Se convirtió en la ocasión del delito pero, producido el mismo, se concebía sólo al ilícito como un acto de desobediencia que había que corregir para restaurar la autoridad. La Constitución decía otra cosa al establecer que el delito es una lesión que se produce a otro”, refirió el representante del Ministerio Público para aclarar que se hizo “tan etérea la lesión al otro que se terminó por separar a la víctima, que comenzó a molestar”.
“Las nuevas leyes dan una vuelta total a este punto, donde el primer deber del fiscal será tratar de solucionar el problema a la víctima, castigar al delincuente pero teniendo en cuenta a la víctima”, esquematizó De Olazábal.
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