Política

“Cuando Bussi visitaba los campos de concentración era como el ogro”

Declaró en Tucumán uno de los princiaples testigos del juicio contra Antonio Bussi, Luciano Benjamín Menendez y otros cinco represores, por la desaparición de de 22 personas entre 1976 y 1977. Bussi fue hospitalizado y dado de alta.

Cuando Bussi visitaba los campos de concentración era como el ogro. No tenía demasiado contacto con los prisioneros, pero cuando lo tenía era para golpearlos y torturarlos, en Nueva Baviera, vi a Bussi entrar a una oficina donde torturaban a un joven, allí ordenó que le pusieran una chapa metálica encima para que sienta más la tortura con picana”.

Así describió la conducta del ex represor el testigo Juan Martín Martín, un sobreviviente de esas cárceles de la dictadura, al declarar ayer en el juicio oral por la desaparición de 22 personas que fueron vistas por última vez en la Jefatura de Policía de Tucumán en 1976 y 1977.

Su testimonio, considerado el de mayor peso incriminatorio contra los siete acusados (los principales son Bussi y su jefe de entonces, el general Luciano Benjamín Menéndez), duró casi seis horas. Martín, ex responsable en la provincia de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) e integrante de Montoneros, recordó minuciosamente su secuestro y su cautiverio en los campos de concentración de Jefatura (donde estuvo más tiempo), Nueva Baviera y Arsenal desde agosto de 1976 hasta setiembre de 1978. El testigo dijo que vio, “en estado físico deplorable”, al presidente del Senado provincial, el peronista Dardo Molina.

Y escuchó gritar a Diana Oesterheld, hija del guionista de El Eternauta, en una de esas cárceles. “Estaba embarazada y gente de Inteligencia me dijo luego que había intentado cortarse las venas y que por suerte la habían salvado”, rememoró.

Mientras Martín contaba los detalles del horror que vivió mientras estuvo ilegalmente secuestrado, el ex Gobernador Antonio Domingo Bussi debió abandonar la sede del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán (TOF) para ser trasladado al hospital Centro de Salud de la Capital provincial. Fue, luego de sufrir un fuerte dolor en el pecho, mientras se desarrollaba una nueva audiencia del juicio que se sigue en su contra por los delitos de lesa humanidad cometidos en la ex Jefatura de Policía durante la última dictadura militar.

El ex represor fue sometido a una serie de estudios en la unidad coronaria de ese hospital público, tras lo cual los profesionales que lo revisaron (entre ellos, su médico particular, Ramiro Castellanos) decidieron darle el alta y aconsejaron que sea trasladado a su domicilio particular, en Yerba Buena, donde permanece en reposo.

Fuentes cercanas a Bussi indicaron que hoy será sometido a nuevos estudios (le practicarán un ecodoppler), a los fines de establecer la gravedad de su dolencia, teniendo en cuenta su edad, tiene 84 años y que, además, sufre de una afección cardiovascular. Esta no es la primera vez que el ex represor debe ser internado de urgencia en medio de un proceso oral en su contra:

El pasado 5 de agosto de 2008, minutos después de la lectura de las acusaciones en su contra, en el marco de la causa por la desaparición del ex senador peronista Guillermo Vargas Aignasse, ocurrida en 1976, Bussi protagonizó un episodio similar, por lo cual debió ser internado en un sanatorio privado. Tras permanecer en observación durante unos días, recibió el alta, el proceso siguió adelante y culminó con la condena a cadena perpetua de Bussi y de Luciano Benjamín Menéndez.

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