La presidenta Cristina Fernández cortó ayer a la tarde el discurso del titular de la Auditoría General de la Nación (AGN), Leandro Despouy. En el acto de inauguración del remozado edificio de la AGN, que se realizó por medio de una videoconferencia entre un microestadio de Morón, donde se encontraba Cristina, Despouy inició un breve discurso para resaltar las obras de restauración del edificio que data de las primeras décadas del siglo pasado. Pero no pudo terminar sus palabras.
El diálogo entre ellos no había comenzado de la mejor manera. Cuando llegaron las primeras imágenes del acto del edificio de la AGN, la jefa del Estado le pidió a Despouy que “cambie la cara”.
“Un poco de buena onda, Despouy”, le reclamó Cristina al radical, que la escuchaba con seriedad, parado junto al subsecretario de Obras Públicas, Abel Fatala, investigado en la causa en que se estudia el desvío de fondos del Programa Sueños Compartidos.
En febrero último, la AGN publicó un informe muy crítico sobre el manejo de esos mismos fondos, que manejaba la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
“Cambie la cara Despouy que tiene un edificio nuevo”, le pidió la presidenta al radical y reclamó además que “ponga buena onda”. La ironía de Cristina con el representante de la Auditoría se produce luego que ese organismo de control difundiera una serie de informes críticos a la gestión del Ejecutivo, en materia de política energética, del Presupuesto y el manejo de Aerolíneas Argentinas. “Cuéntenos Despouy qué opina de este edificio que está restaurado, cuéntenos cómo está”, insistió la presidenta, que recordó que “ustedes saben que el titular de la Auditoría siempre es un representante de la oposición”. Despouy hizo uso de la palabra y señaló que se encontraba “muy contento” pero le retrucó: “Pierda cuidado que a pesar que nuestro trabajo hace que a veces aparezcamos demasiado serios, hoy estamos muy contentos”. Pero cuando
Despouy comenzó a recordar que los planes de restauración “comenzaron en 2002” (un año antes de la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada), Cristina lo cortó para decir que “en 2002 estaba destruido el país, no sólo la Auditoría”, y nunca más le devolvió el uso de la palabra.
Antes, Cristina cargó duro ayer contra el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, por haber dicho que si llega a la Presidencia terminará con “el curro de los derechos humanos” y reclamó a los precandidatos a la sucesión que se pronuncien sobre las políticas que llevarán a cabo en esa materia. En un acto en un polideportivo de Morón donde funcionó el centro clandestino de detención Mansión Seré, Cristina dijo que palabras como las que pronunció Macri “no dan rabia, dan pena”.
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