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Crimen se quedó sin imputados

Dos colombianos fueron sobreseídos por el homicidio de Martín Zamora.


Dos hombres de nacionalidad colombiana que fueron detenidos y acusados del homicidio de Martín Nicolás Zamora fueron sobreseídos por el hecho. A fines de agosto de 2011 la víctima fue encontrada en inmediaciones de Ovidio Lagos y Rueda con heridas de arma blanca que 40 días después le provocaron la muerte. Una testigo indirecta llevó la pesquisa hasta la casa de dos hombres nacidos en Colombia donde –según apuntó– se produjo el ataque, aunque los acusados sostuvieron que un ladrón ingresó al domicilio tras romper la puerta y se trabó en lucha con ellos. El Tribunal a cargo de la investigación, luego de analizar diferentes pruebas, concluyó que no existen elementos suficientes para determinar que las lesiones de Zamora se produjeron dentro del domicilio de los acusados y que el fallecido haya sido la persona que ingresó al domicilio con fines de robo. Ello derivó en el dictado de falta de mérito a favor de los sospechosos que actualmente se convirtió en sobreseimiento.

La madrugada del 30 de agosto de 2011, Martín Nicolás Zamora, de 29 años, caminaba tambaleante por la zona de avenida Ovidio Lagos y Rueda; sus ropas estaban manchadas con sangre ya que presentaba heridas de arma blanca, por lo que fue asistido por su padre quien lo trasladó al Heca, donde fue operado en dos oportunidades. Nunca logró recuperarse de las lesiones y falleció el 10 de octubre, sin poder contar qué le había ocurrido.

Pero la pesquisa había comenzado la noche misma del hecho y tuvo un dato aparentemente concreto sobre el caso tres días después, cuando una joven escuchó de boca de algunos vecinos del barrio que Zamora había sido herido en una casa de pasaje Dublín al 2800, donde observó manchas de sangre en la vereda.

Cuando los policías llegaron al lugar se enteraron que había ocurrido un incidente con sus dos moradores. Los sospechosos, de 25 y 34 años, refirieron que esa madrugada un hombre rompió la parte inferior de la puerta de ingreso con fines de robo y se generó una pelea con uno de ellos, quien sufrió escoriaciones en la cara, tórax y espalda y que su compañero había repelido la agresión con un arma blanca, a la que nombró como puñaleta.

El mayor de los sospechosos adujo que tomó esta actitud por miedo, ya que el intruso lo amenazó y le amagó con algo que tenía debajo de su campera, como si tuviera un arma de fuego, y se llevó 5 mil pesos que pertenecían a la empresa de cobranzas para la cual trabajaba, y un teléfono celular.

Durante la instrucción se comprobó el deterioro de la puerta del domicilio, el arreglo que se hizo de la misma, a lo que sumó el testimonio de una vecina que afirmó haber escuchado un fuerte ruido durante la madrugada y vio la puerta rota. Pero no se pudo establecer que la persona que ingresó a la casa fuera la víctima.

Tampoco se pudo determinar que los colombianos hubiesen herido a Zamora. La víctima no pudo dar su versión de los hechos atento a su estado de salud y la única vecina que sostuvo la presencia del joven en la casa de los acusados es un testigo de oídas.

El elemento más importante fue un estudio genético realizado sobre las manchas de sangre que se hallaron en el domicilio de pasaje Dublín al 2800. El peritaje determinó que algunas de las muestras no pertenecían al grupo sanguíneo de la víctima y en otras no se obtuvo perfil genético alguno.

La jueza de Instrucción de la 12ª Nominación entendió que no existen en la causa elementos determinantes que vinculen el crimen con el robo narrado por los acusados y que los motivos y circunstancias que llevaron a la muerte a Zamora no habían sido comprobadas de modo determinante y con la inmediatez que exigía el esclarecimiento del hecho, refiere el fallo. Con este fundamento, la magistrada dictó en junio pasado una falta de mérito para Hugo Andrés G. y Jhoni Ferney C. O. lo que se transformó recientemente en un sobreseimiento.

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