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Creció el número de jóvenes que sigue la vida en otra casa

Según el titular de la Ceir, en la última década aumentó en la ciudad el número de adolescentes que dejan el lugar donde crecieron para armar un nuevo hogar. De acuerdo con el Indec, el fenómeno es nacional.

Solos, en pareja o con amigos, son cada vez más los jóvenes que tempranamente abandonan el hogar en que nacieron para conformar uno propio. “Lo venimos viendo en los últimos años, al ritmo de la mejora económica respecto a 10 o 15 años atrás. Hoy tenemos muchos estudiantes que vienen de una misma localidad y se agrupan en un departamento para compartir gastos y experimentar el desafío de estar en una ciudad distinta. También tenemos amigos jóvenes rosarinos que se van a vivir juntos para economizar, aunque en menor medida”, sintetizó Marcelo Gustafsson, titular de la Corporación de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Ceir). El fenómeno no es sólo local sino de alcance nacional: en las grandes urbes lo impulsa la presencia de universidades, con migración de jóvenes de localidades más pequeñas para continuar estudios; pero todo indica que quienes se quedan en los pueblos también lo están protagonizando, al formar nuevas familias a edades tempranas, si tienen la oportunidad. Según una reciente encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Censos a chicas y chicos de entre 15 y 29 años de todo el país, casi el 40 por ciento de ellos conformó un nuevo hogar, y sólo el 7,4 por ciento, por distintas dificultades regresó a su primera casa.

El sector inmobiliario, en constante crecimiento tanto en lo que refiere a la oferta como la demanda, se vio ampliamente fortalecido por este fenómeno que condujo, por ejemplo, a una flexibilización de requisitos  de garantías, uno de los principales impedimentos para acceder a una buena oportunidad.

“Hay mucho movimiento de jóvenes que se vienen volcando al alquiler. Variaron un poco las expectativas en general, también para la compraventa. Hacia fines del año pasado la gente estaba más preocupada, pero la actividad de nuestro sector se ha ido destrabando y las operaciones se fueron concretando más fluidamente”, agregó el titular de Ceir.

El éxodo de jóvenes que dejan sus hogares familiares, sumado a la caída de la actividad, condujo a que los propietarios de inmuebles dejaran de lado la condición de  poseer garantías propietarias: un escollo clave a la hora de alquilar una propiedad. En ese sentido, Gustafsson contó que “se tratan de buscar alternativas”, como seguros de caución o recibos de sueldo de familiares del futuro inquilino. Eso sí, deben –al menos– duplicar el Salario Mínimo, Vital y Móvil, que desde el pasado 1º de agosto quedó oficializado en 5.588 pesos y pasará a 6.060 el 1º de enero de 2016. “Es muy efectivo eso y viene funcionando muy bien. Y cuando los «fiadores» son los padres o parientes directos es mucho más simple”, completó Gustafsson.

Según fuentes del sector inmobiliario local, durante el último trimestre de 2014 se atravesó por un ciclo de caída que alarmó a todos: por primera vez se registró un retroceso en las operaciones del 16 por ciento.

“Ahora se ha recuperado el movimiento tanto en demanda como en la incorporación de unidades al mercado. El tiempo de vacancia de los departamentos se ha recortado y hoy vemos una situación de equilibrio. Ya no tenemos más departamentos que están varios meses sin alquilar”, analizó al tiempo que reveló que “lo mismo sucede con los locales comerciales”, que también se encontraban, en su mayoría, desocupados. “Hoy ya se ven casi todos ocupados nuevamente”, cerró.

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