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Crece la tensión entre la Argentina y Brasil

La ministra de Industria, Débora Giorgi, envió una dura carta a su par brasileño.

La Argentina y Brasil ingresaron en una escalada de acusaciones por las trabas comerciales cruzadas impuestas por ambos países, y todo indica que las presidentas Cristina Fernández y Dilma Rousseff deberán sentarse a dialogar cuanto antes para evitar que el conflicto se salga de cauce.

Luego de que Brasil frenó el ingreso de autos argentinos, como presunta represalia por las licencias no automáticas de la Argentina, el día de ayer arrancó con una dura carta de la ministra de Industria, Débora Giorgi, al titular de la cartera de Desarrollo brasileña, Fernando Pimentel, a quien le dijo que son los productos argentinos los perjudicados en la relación comercial.  

“No sólo que no hay impactos negativos sobre las exportaciones brasileñas, sino que las medidas adoptadas son el reflejo de un problema estructural que debemos resolver rápidamente”, sostuvo Giorgi.

Para la funcionaria, “sólo una relación bilateral que genere una dinámica industrial equilibrada podrá ser sustentable, y de esta manera, no se obtuvieron los resultados esperados”.

El funcionario brasileño había expresado su preocupación por las medidas aplicadas por la Casa Rosada a las importaciones de productos del Brasil y su impacto negativo sobre las exportaciones de ese país a la Argentina.

Según la carta de Giorgi: “Las medidas que ha tomado y pudiera tomar el gobierno argentino, ya sea de defensa comercial, de monitoreo del comercio o de investigaciones aduaneras, se enmarcan en un todo en los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio y no tienen como destino a ningún país en particular y menos aún a Brasil, a quien consideramos un socio estratégico”.

De acuerdo con estadísticas elaboradas por Industria, en el primer trimestre de 2011 las compras argentinas de productos brasileños han crecido un 33 por ciento en términos anualizados, alcanzando los 4.700 millones de dólares en este período, con saldo positivo a favor de Brasil de 730 millones de dólares, que resultó mayor al registrado en el mismo período de 2010.

Por este motivo, Giorgi recomendó a Pimentel que “corrobore si los problemas (que argumenta el sector privado del Brasil para exportar a la Argentina) son justificados”. “Por citar sólo un ejemplo, la empresa Abicalçados nos informó que el supuesto atraso de 800 mil pares de calzado no existe”, sostuvo.

En este marco, la ministra recordó que desde 2003 “la Argentina ha venido planteando su preocupación por el persistente y creciente déficit que registra el intercambio comercial bilateral y la necesidad de adoptar medidas orientadas a atender los desequilibrios estructurales”, sobre todo en las manufacturas industriales.

A su vez, la funcionaria puntualizó que la Argentina “es el primer comprador de productos industriales brasileños, y –a valores 2010– esto significó adquisiciones por 16.200 millones de dólares, muy lejos del segundo cliente de Brasil que es Estados Unidos, con compras por 11.200 millones de dólares”.

“Estos datos refuerzan no sólo que no hay impactos negativos sobre las exportaciones brasileñas, sino que las medidas adoptadas son el reflejo de un problema estructural que debemos resolver rápidamente”, enfatizó Giorgi.

Asimismo, destacó que “los beneficios de las políticas implementadas por el gobierno argentino son apreciados por los empresarios brasileños a la hora de invertir en la Argentina en sectores tales como autopartes, textil, calzado, material de construcción, maquinaria agrícola y automotriz, entre otros”.

Tras esa carta, el ministro Pimentel invitó a Giorgi a una reunión en Brasilia con fecha a acordar para analizar el conflicto que involucra a ambos socios del Mercosur. Pimentel le envió una nota de sólo dos párrafos a Giorgi en la que le responde a la carta de seis carillas que le mandó la funcionaria argentina donde le dice que está en “disposición de tratar los temas de interés de ambas partes”.

Por su parte, los empresarios y economistas argentinos expresaron preocupación sobre el nuevo conflicto comercial con Brasil por la aplicación de licencias no automáticas de importación, y advirtieron que en una posible escalada “perdemos todos”.

El presidente de la Cámara de Exportadores (Cera), Enrique Mantilla, sostuvo ayer que “es lamentable que se haya pasado de un sistema institucional claro a una lógica de poder donde todos perderemos”.

Desde la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec) expresaron la “profunda preocupación ante las reacciones que están tomando los diferentes países y bloques en relación a las trabas impuestas por Argentina para limitar las importaciones”.

Por su parte, el economista Dante Sica señaló que “Brasil tiene el 35 por ciento de su nomenclador con LNA pero para el Mercosur siempre funcionaron como automáticas”.

Por último, la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) expresó su apoyo a “las gestiones de la ministra Débora Giorgi ante la aplicación por parte de Brasil de diversas medidas que restringen el ingreso de manufacturas de origen argentino”.

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