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Confuso crimen en zona sur

La principal hipótesis del crimen indica que tanto el hombre asesinado, de 47 años, como sus atacantes, viajaban en un mismo auto. La víctima fue hallada con marcas de golpes y un puntazo en la cabeza. Hasta anoche no había detenidos.


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Un transportista de cargas peligrosas de 47 años falleció durante la madrugada de ayer luego de ser atacado por dos personas. El confuso episodio tuvo lugar en barrio Acindar, cuando la víctima descendió a la carrera de un auto y fue perseguida una cuadra y media por dos personas que se encontraban junto a él en el vehículo. El hombre llegó hasta una plaza y allí los atacantes le propinaron una feroz golpiza y cortes hasta que quedó tendido en la cinta asfáltica, refirieron las pesquisas. Cuando la Policía llegó al lugar, el hombre ya había fallecido y, al cierre de esta edición, la Unidad Fiscal de Homicidios Dolosos trabaja en determinar el móvil del hecho e identificar a los autores.

Según las fuentes, Javier Fernando Morales trabajaba como transportista y ayer alrededor de las 4.30 fue hallado sin vida cerca de una plaza ubicada en Sabattini al 3300. A raíz de un llamado telefónico, efectivos del Comando Radioeléctrico fueron comisionados al lugar donde se toparon con el cuerpo sin vida de Morales.

De acuerdo con la reconstrucción del hecho que realizaron los pesquisas, la víctima se trasladaba en un automóvil Volkswagen Suran del que, por motivos que se intentaban establecer, se bajó y comenzó a correr. Enseguida, otras dos personas que descendieron del mismo auto comenzaron a perseguirlo. Le dieron alcance luego de recorrer unos 150 metros, frente a una plaza, donde lo atacaron ferozmente. El hombre quedó tendido en la calle con el rostro completamente ensangrentado.

El médico legista que lo revisó luego de su muerte determinó que la víctima presentaba un puntazo en la cabeza y diversas lesiones producidas por los golpes recibidos.

Los investigadores detallaron que a escasos metros del cuerpo se encontró un cuchillo de cocina que fue secuestrado, al igual que el vehículo en el que viajaban víctima y victimarios, que quedó abierto a una cuadra y media del lugar. Ambos elementos fueron sometidos a peritajes, especialmente unas manchas de sangre que se hallaron en el auto. Según testimonios que recabó la pesquisa, los agresores huyeron a la carrera y si bien tienen en cuenta la presencia de un búnker a metros del lugar del hecho, al cierre de esta edición no había elementos que vincularan la muerte de Morales con el quiosco de drogas.

Por su parte, una vecina que brindó declaraciones a la prensa sostuvo que en el momento del hecho se escuchó a la víctima gritar que dejaran de golpearla mientras que otro testigo señaló la existencia del búnker, los problemas que éste genera y los ruidos que escuchó en ese lugar previo a la muerte de Morales.

Dentro del vehículo sólo se encontraron algunos papeles, entre ellos una factura y un recibo de sueldo. Un vocero de la investigación detalló que la víctima no tenía efectos personales entre sus ropas por lo que presumen que se los sustrajeron.

Respecto a la causa de la muerte, la fuente sostuvo que un primer informe forense sostiene que el deceso se produjo como consecuencia de un shock que sufrió Morales por la situación violenta a la que estaba siendo sometido, a la vez que constató los golpes y el puntazo recibido.

El caso es investigado por la Fiscalía de Homicidios Dolosos, a cargo de Miguel Moreno, con colaboración de la Brigada de Homicidios.

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