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Confirman procesamiento por homicidio de futbolista

La Cámara de Apelaciones rechazó el planteo de la defensa del dueño del boliche donde murió Pablo Conti.

La Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario, confirmó anteayer el procesamiento contra Daniel Ángel L., el dueño de un boliche de Pérez acusado de asesinar de un puntazo en la puerta de su local al futbolista Pablo Conti, de 25 años, en marzo pasado. Además de desestimar los agravios de la defensa, los jueces llamaron la atención a los defensores del imputado, quienes tildaron de “animosa” la actuación de juez de Instrucción que dictó el procesamiento en primera instancia.

Daniel L., dueño del boliche Galileo de la localidad de Pérez, fue procesado en julio pasado por la presunta comisión del delito de homicidio simple y lesiones leves. Está acusado de asesinar, el 3 de marzo de este año, a Pablo Javier Conti, un futbolista de 25 años que aquella noche había salido a bailar al local del imputado y terminó muerto tras recibir un puntazo en el pecho cuando se encontraba en medio de una gresca que se inició frente al local nocturno. Por el mismo caso, pero por el delito de lesiones leves, fue procesado Josué T., quien cumplía funciones de custodia en el lugar.

En un principio, la causa había sido caratulada como homicidio en riña, pero luego de la declaración de Josué ante el juez a cargo de la instrucción, Juan Andrés Donnola, la investigación dio un vuelco y terminó bajo la carátula de homicidio simple. Es que el patovica, en su indagatoria, dijo al magistrado que había visto cuando Daniel L. le asestaba la puñalada a Conti.

Tras conocer la resolución de Donnola –titular del Juzgado de Instrucción de la 7ª Nominación– los defensores de Daniel L., Marcos Cella y Germán Mahieu, apelaron el procesamiento.

En sus agravios, los letrados sostuvieron que existía “animosidad” por parte del juez y remarcaron que, a su entender, “Conti y sus amigos son integrantes de una patota y fueron los que golpearon a Daniel L. y los que provocaron la batahola”. Además, los abogados remarcaron que “Daniel es una persona de bien”, y no “el pretendido homicida que quieren hacer creer”, por lo que solicitaron la revocación del procesamiento.

Por su parte, la fiscal de Cámaras destacó que “la defensa ha tratado de presentar a la víctima como un sujeto indeseable, a los testigos como fabuladores y al imputado como una inocente víctima, afirmando que ha habido muchos testigos que han indicado los hechos”.

Al respecto, el juez Otto Crippa García –integrante de la Sala III– consideró que “plasmar a la víctima como una persona con tendencia a la pelea y la disputa (…) no puede tapar el obrar del imputado en el caso ni el fatal resultado derivado de su actuar voluntario y dirigido a lesionar” a Conti.

Además, el magistrado entendió que la versión de los hechos que Daniel L. proporcionó en sede judicial “carece o es altamente suspecta de veracidad, ya que declara que no tuvo contacto con Conti esa noche, cuando no sólo lo sindican varios testigos”, sino que además “el coimputado e íntimo amigo y socio, Josué T., indica que él estaba cerca de L. y Conti y que vio cuando L. le pegó un puntazo a Conti.

Por tales motivos, Crippa García –al igual que sus pares Ernesto Pangia y Benjamín Prunotto Laborde– consideró que “L. ha sido, con altísimo grado de probabilidad, el autor de la lesión mortal sufrida por Conti”, por lo que el procesamiento en su contra debe ser confirmado.

Asimismo, los magistrados llamaron la atención a los defensores “por la indebida e inadecuada calificación que se hace de la actividad de Donnola, a quien se puede criticar la decisión si no se la comparte, pero no peyorativamente ni atacando y calificando de «hostilidad» su actuación, pues eso es la «animosidad»” que los letrados refirieron.

El homicidio de Pablo Javier Conti ocurrió en la madrugada del sábado 6 de marzo, durante una pelea que se produjo en la puerta del boliche Galileo, ubicado en la esquina de 9 de Julio y avenida Belgrano, frente a la plaza principal de Pérez.

A partir de aquél momento, comenzaron a circular varias versiones.

Después de tomar una decena de declaraciones, Donnola concluyó que la serie de hechos que desencadenó en la muerte del futbolista comenzó en el interior del boliche, cuando un amigo de la víctima mantuvo una discusión con Daniel L. A raíz de esta pelea, los patovicas del lugar echaron a Conti y a sus amigos. Enojados por la situación, al grupo intentó ingresar nuevamente al boliche, pero los encargados de la seguridad se lo impidieron.

Según se desprende de la investigación, la pelea entonces siguió en la calle y luego en la plaza ubicada frente al boliche, adonde el propietario del local nocturno agredió a Conti con un arma blanca, provocándole una “herida punzocortante en el tórax izquierdo que le perforó un ventrículo del corazón y que le provocó la muerte horas más tarde en el hospital Provincial”, especificaron los peritos.

En tanto, un amigo de Conti, José L., recibió un puntazo, por lo que debió ser hospitalizado. A esta versión –reconstruida en base a varios testimonios– se le sumó la palabra de varias personas que vieron salir “como loco” del boliche a Daniel L. e ir directamente a atacar a Conti, quien pedía a gritos que pararan porque estaba malherido. Algunos incluso señalaron que el joven, mientras mostraba su pecho ensangrentado, decía «ya está, viejo» y «paren, paren que me cortaron». Sin embargo, sus atacantes no oyeron nada.

Si bien en un primer momento se mencionó que dos patovicas lo levantaron, lo hicieron cruzar la calle y le golpearon varias veces la cabeza contra una columna de cemento, otros testigos mencionaron que quien lo golpeó fue el propio Josué T., remarcaron las fuentes.

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