Policiales

En procedimiento abreviado

Condenaron a un ex empleado municipal a tres años de prisión por robo de autos con inhibidores

Gianni Siciliano trabajaba en el Ente de la Movilidad. Algunos hurtos los cometía antes de su ingreso al empleo legal. Una constante: ofrecía a la venta lo hurtado en Marketplace. Su novia es hija de la Tata Medina, condenada por narcomenudeo en zona norte. El chapeo que no sirvió


“Soy hijo del secretario del intendente. Mi papá tiene contactos con el ministro de Seguridad. No voy a quedar mucho tiempo. Esto va a quedar en la nada”. Eso les dijo el joven de 23 años a los policías que lo detuvieron durante una entrega controlada el 24 de febrero último. Se llama Gianni Siciliano, y cayó al cabo del seguimiento de una banda dedicada a robar pertenencias del interior de vehículos estacionados usando inhibidores de alarmas. Exageró sobre sus contactos, pero su padre es empleado de planta del Concejo y él trabajaba en el Ente de la Movilidad de Rosario. Además, tiene otros vínculos con los que no le convenía “chapear”: es novio de una hija de Olga “Tata” Medina, considerada líder de una banda de narcomenudeo que opera en zona norte. Este jueves, en un procedimiento judicial abreviado, lo condenaron a tres años de prisión efectiva y a pagar una reparación económica de 200 mil pesos.

Gianni fue hallado culpable de los delitos de encubrimiento agravado por ánimo de lucro (dos hechos), defraudación y hurto calificado por uso de llave falsa.

 

Cómo lo agarraron

El fiscal de la Unidad de Armas Pablo Socca le atribuyó haber “recibido, adquirido u ocultado con animo de lucro una notebook Vaio” que fue denunciada como robada el 24 de febrero pasado del interior de un Volkswagen Fox estacionado en Mitre y cortada Ricardone.

El dueño del vehículo y la portátil se metió en internet y vio en un perfil de Marketplace que se estaba vendiendo su equipo informático por 25 mil pesos. Hizo la denuncia, y el mismo día a las 20 se pactó una entrega controlada en la que intervino personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) que simuló ser comprador. La cita fue en la estación de servicios de Pellegrini e Iriondo. Allí detuvieron a Siciliano, que no pudo hacer valer supuestos vínculos con el poder político para zafar del arresto.

Es más, tras caer en la estación de servicios, la Brigada Operacional de la Unidad Regional II informó que lo estaban siguiendo desde hacía meses como integrante de una banda dedicada a robar en el interior de autos estacionados usando inhibidores para las alarmas. Fuentes judiciales confirmaron luego que el grupo cometía los robos, preferentemente, en la zona delimitada por bulevar Oroño, Córdoba, Cafferata y avenida Pellegrini.

La investigación determinó que Siciliano y sus cómplices vendían lo robado a través del perfil de Facebook “Martín Fernández”, en la herramienta Marketplace de la red social.

 

Alquilar lo ajeno, abuso de Marketplace

Fiscalía también le imputó a Siciliano defraudación por alquilar como si fuese propio un inmueble en la localidad de Funes. Desde un perfil falso de Facebook, realizó dos publicaciones en Marketplace en enero del año pasado. Allí, como con los artículos robados de los autos, ofreció casas quintas en alquiler con fotos de los respectivos inmuebles.

En el ardid cayó una persona. En febrero del mismo año, la víctima se contactó con el falso locador por el numero de Whatsapp que figuraba en el aviso. Acordó un alquiler temporario por tres días a 9 mil pesos, con pago de la tercera parte por adelantado, como seña, y el resto al momento de ingresar a la casa. Siciliano fue hasta el domicilio del incauto, se anunció con un DNI denunciado como extraviado y entregó un contrato de alquiler fraguado. Tomó los 3 mil pesos de seña  y enseguida bloqueó el contacto de su víctima para que no pudiera reclamarle.

 

Inhibidor finalmente inhibido

Uno de los robos en el interior de vehículos fue el 12 de febrero último, pasao el mediodía, en Mendoza al 3300. El joven condenado inhibió la señal del cerrojo electrónico centralizado cuando lo accionaba el conductor del vehículo, lo abrió y sacó un GPS con su cargador, un pendrive, un adaptador tipo encendedor y un cargador de teléfono. No se percató que el auto tenía una cámara de videovigilancia dentro, que registró todo. A él y a un cómplice.

Gianni recurrió al mismo método el 7 de enero pasado, alrededor de las 8 en Francia y San Juan. Ahí tampoco le fue bien: el conductor, que no se había alejado demasiado, lo descubrió cuando manoteaba un celular y comenzó a perseguirlo. En la huída, unos vecinos lo atraparon a dos cuadras, en Marcos Paz y Vera Mujica. Le sacaron el teléfono robado pero no consiguieron retenerlo al cabo del largo tiempo que aguardaron la llegada de un móvil policial tras la denuncia de que estaban inmovilizando a unn ladrón.

 

Los palos de golf, y de nuevo internet

La Fiscalí le atribuyó además al muchacho recibir o comprar, para revender, un bolso de golf con 12 palos de distintos tamaños, accesorios, un par de guantes para practicar el coqueto deporte y veinte pelotas. Todo había sido robado con la modalidad del inhibidor de un auto estacionado en Italia al 800, el 8 de febrero último.

El dueño del equipo deportivo lo reconoció a la venta, otra vez mediante un perfil de Facebook, el 24 del mismo mes. El precio pedido por el conjunto era 10 mil pesos.

 

Familiares políticos

Tras la detención de Gianni, el fiscal Pablo Socca ordenó allanar su domicilio y el de su pareja, Loana F., una de las hijas de la “Tata” Medina, condenada como jefa narco de la zona norte de Rosario. Allí encontraron un inhibidor de señal.

De las intervenciones telefónicas ordenadas en la investigación surgieron indicios de los delitos, que Siciliano le contaba a su novia.

En una oportunidad, incluso, le relató uno fallido, del que salió medio estropeado físicamente. “Loana, me agarraron. Me cagaron a palos. Me sacaron el aparato (inhibidor). Estoy todo roto, todo sangrado, moretoneado”, le dijo a su pareja por teléfono, con la referencia de que esas circunstancias fueron poco antes de su ingreso al trabajo en el Ente de la Movilidad de Rosario: una changa antes del empleo legal.

Siciliano vivía en Manuel Suárez al 3400, un domiclio que había sido allanado en el marco de una causa contra la llamada banda Los Colombianos, que se dedicaba a préstamos usurarios, amenazas, balaceras y a la que le adjudicaron hasta tentativa de homicidio. Allí había fijado domicilio uno de los integrantes del grupo.

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