Policiales

Culpable y reincidente

Condenaron a un changarín por matar a una quiosquera en barrio Gráfico

Daiana Giménez fue asesinada de un tiro en el rostro dentro del comercio que atendía, frente a su hija y una hermana. Su marido señaló a los autores y dijo que la agredieron en represalia a que él les había frustrado un robo cuando trabajaba como empleado de seguridad en un country que merodeaban


La fiscal Georgina Pairola.

Un changarín de 28 años fue condenado como autor del homicidio de Daiana Dédora Gimenéz, una joven asesinada de un tiro en la cara dentro del quiosco que atendía en barrio Gráfico en septiembre de 2017. Tenía 19 años y murió en el lugar, frente a su pequeña hija y su hermana. Según se ventiló en el juicio, esa noche el acusado Jonatan Benítez junto a otro sospechoso que no fue detenido discutió con la quiosquera y terminó el conflicto de un disparo. Días antes, la pareja de la víctima había recibido amenazas. Este jueves, los jueces Pablo Pinto, Patricia Bilotta y Mariano Aliau condenaron a Benítez a 18 años de prisión efectiva, la misma pena solicitada por la fiscal Georgina Pairola durante el debate oral por los delitos de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, portación ilegítima y abuso de armas.

Daiana fue asesinada poco después de las 22 del 8 de septiembre de 2017, dentro de un quiosco ubicado en Magaldi al 8700 de barrio Gráfico, a metros del Mercado de Concentración de Fisherton en el noroeste rosarino. Según la teoría de la Fiscalía, Benítez y otro joven se acercaron al quiosco, mantuvieron una discusión que terminó con un solo disparó en el rostro de Daiana, frente a su hija de un año y medio y una hermana. Luego ambos se fueron del lugar y dispararon al aire para asegurar la huida. Esa misma noche, la Policía allanó una vivienda ubicada a pocas cuadras del lugar, en Noccheto al 1100, y se llevó detenido a Benítez, quien hacía pocos meses había recuperado la libertad tras cumplir una condena de cinco años de reclusión.

El joven negó cualquier participación en ese ataque y aseguró que en ningún momento salió de su casa. En ese sentido pidió que se investigue bien qué ocurrió esa noche y se declaró inocente durante el juicio, donde contó con patrocinio de un defensor público. Su abogado también resaltó que nunca se secuestró la ropa que según los testigos de la Fiscalía vestían los atacantes y que su cliente nunca estuvo prófugo ya que no salió de su casa.

Pero los jueces tuvieron en cuenta la hipótesis de la Fiscalía, que se basó en el testimonio del viudo, quien dijo que conocía a Benítez y al otro muchacho que lo acompañaba por ser empleado de seguridad de un country al que, supuestamente, ambos sospechosos habían merodeado con intenciones de robo.

Ese sería el móvil del crimen, ya que los días siguientes al homicidio se mencionaron gran cantidad de hipótesis, entre ellas que era un ajuste por la venta de drogas en la zona y hasta se llegó a decir que le dispararon porque no les quiso vender cerveza.

Con todo, y basados en un reconocimiento positivo de Benítez por parte de un testigo, el tribunal condenó a 18 años de cárcel a Benítez y lo declaró reincidente, por lo que la pena será casi en su totalidad de cumplimiento efectivo.

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