La semana pasada estaba previsto que se desarrollara en los Tribunales provinciales un juicio oral que perdió protagonismo cuando las partes resolvieron pactar un juicio abreviado.
José Armado Solís, de 35 años, estaba acusado de ser partícipe secundario en el crimen de Víctor Leiva, asesinado en la puerta de su casa de la localidad de Cañada de Gómez en septiembre de 2010. De acuerdo con la investigación, el caso estuvo atravesado por un tema de drogas, ya que se sospecha que la víctima había protagonizado una mejicaneada que le costó la vida. Al debate del caso sólo llegó Solís, sindicado como el entregador de la vivienda donde residía la víctima. Sin embargo, cinco días antes de iniciar el juicio oral, la Fiscalía actuante y la defensa acordaron, con la anuencia del acusado, una condena de 5 años y 4 meses por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en calidad de partícipe secundario y la declaración de reincidencia.
La muerte de Víctor Antonio Leiva Eguren, un albañil de 32 años que era conocido por sus allegados por el apodo de Malón, se produjo la noche del 25 de septiembre de 2010 en la puerta de su casa, ubicada en Rafael Obligado al 1100 de la localidad santafesina de Cañada de Gómez.
Aquél día, un amigo de la víctima se había presentado en la vivienda, por lo que el trabajador de la construcción salió a recibirlo a la puerta. En esa instancia aparecieron varios hombres. Uno de ellos sacó un arma de grueso calibre y efectuó al menos ocho disparos, cuatro de los cuales impactaron en el cuerpo de Leiva. Algunos vecinos de la zona lo trasladaron al hospital local, adonde arribó ya sin vida, especificaron los voceros.
Durante la etapa de investigación del hecho, los pesquisas determinaron que la tarde anterior a su muerte, Leiva –quien contaba con varios antecedentes delictivos por tenencia de estupefacientes– se había trasladado en una motocicleta junto a otro hombre hasta la vecina localidad de Carcaraña, donde habrían protagonizado el robo de un paquete de droga que transportaba un hombre a bordo de un Renault 12. El destino del estupefaciente era un búnker ubicado en el cruce de las calle Río Colorado y Rivadavia de esa ciudad. Este episodio derivó en la pronta venganza del grupo antagónico, que ubicó a la víctima y saldó su deuda a los tiros.
En el caso se produjeron algunas detenciones, entre ellas la de José Armando Solís, quien fue arrestado ese mismo año en la ciudad de Carcaraña y fue el único acusado que llegó a juicio.
Sin embargo, cinco días antes del inicio del trámite oral de la causa, la Fiscalía y la defensa acordaron realizar un juicio abreviado.
José Solís aceptó cumplir 5 años y 4 meses de prisión y ser declarado reincidente –ya que contaba con una condena anterior por robo–.
Según el acuerdo, fue sentenciado por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en carácter de partícipe secundario.
El acuerdo fue homologado por el Juzgado de Sentencia de la 2ª Nominación, a cargo de la magistrada María Isabel Más Varela, que entiende en el caso.
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