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Contrapunto

Código Civil desnuda dualidad en la Corte

La Corte Suprema de Justicia de la Nación reunió esta semana a jueces y camaristas para la presentación formal del nuevo sistema,


La Corte Suprema de Justicia de la Nación reunió esta semana a jueces y camaristas para la presentación formal del nuevo Código Civil y Comercial. El acto contó con la participación del oficialismo, y sirvió como un reflejo de las dos posiciones que hoy por hoy se reparten la escena en el máximo tribunal del país. Los discursos de Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco no sólo tuvieron un estilo diferente, sino que enviaron mensajes hacia distintos sectores.

En el acuerdo de ayer, la agenda volvió a estar dominada por firmas de cuestiones poco significativas (sólo un fallo de corto alcance que confirma el modelo sindical actual), en una postal que también es significativa de la actualidad que se vive en las alturas de la Justicia, en donde las mayorías son ahora más esquivas.

El denominador común del discurso de Lorenzetti fue el futuro. Convocó a los jueces y a los funcionarios de la Corte a tener un rol protagónico en la implementación del nuevo Código unificado y los llamó a construir la jurisprudencia del mismo. “Esto no tiene dueños, todos somos protagonistas”, recordó el justice en una réplica calculada a aquellos sectores que vinculan la reformulación del Código con una contienda sigilosa por la primacía de los codificadores.

 

Recorrido sinuoso

 

El ciclo del Código, que entrará en vigencia en el segundo semestre de este año, completa ahora su giro circular.

El anuncio de la reforma generó un entusiasmo indisimulable en jueces, académicos y organizaciones civiles. Tiempo después, el proyecto en sí mismo fue fustigado por colegios de abogados, empresarios, religiosos y luego por el mismo gobierno, que pidió cambiar decenas de artículos. Y ahora, a meses de la promulgación, vuelve la discreta competencia por la autoría que ya no parece ser entre los integrantes de la comisión codificadora, sino entre el kirchnerismo y la propia Corte.

Amplio y conflictivo

Tal como reflexionó el martes Lorenzetti, la reforma del Código representa un avance con amplia representación de sectores, pero es esa misma apertura la que sigue generando críticas en el interior del Poder Judicial y de la misma Corte Suprema. El cuestionamiento central no es el fondo sino el origen de la reforma que tuvo lugar en la Corte, a pesar de que es en el propio tribunal donde luego se debe velar por la aplicación de las normas. Lo mismo ocurrió con la reforma del Código Penal que encabezó Eugenio Zaffaroni, cuando se cuestionaba que la Justicia se arrogaba el rol legislativo y dictaba la norma antes de fallar sobre la misma.

 

Pareja despareja

 

Highton de Nolasco marcó hace horas el contrapunto con Lorenzetti cuando se inclinó por el pasado y sostuvo que el Código de Vélez Sarsfield era “un Código de la oligarquía” y que el Código nuevo es el de “los vulnerables”. Luego fue más allá, y deslizó una crítica sutil para con aquellos jueces que por momentos “se exceden en su rol” al declarar inconstitucionales las leyes aprobadas en el Congreso.

Un señalamiento hacia el interior de la Justicia difícil de encontrar en las alocuciones del titular de la Corte, lo cual es obvio: el tribunal que en los últimos años presidió Lorenzetti es el mismo que siempre avaló el derecho de los jueces a entender como inconstitucionales normas sin que previamente fuera necesario el planteo de alguna de las partes.

El emponderamiento de los magistrados que parece irritar a Highton de Nolasco es el mismo que ha transformado a Lorenzetti en la figura central de un poder de Estado que es, a la vez, el principal sustento de un justice que no precisa de apoyos externos para validar su rol hacia el interior de los tribunales.

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