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Ciudad: otro año con miles de niños y niñas sin vacante en la escuela pública

A pesar de estar garantizado en la Constitución, el derecho a la educación en la Ciudad no se cumple. Marcha de familias y organizaciones al Ministerio de Educación porteño


Noviembre es un momento de estrés para las familias de la Ciudad que buscan inscribir a niños y niñas en el sistema de educación pública. El siniestro sistema de asignación de vacantes porteño deja a miles de personas afuera, especialmente en el nivel inicial, de 45 días a 5 años.

El derecho a la educación está garantizado en la Constitución porteña desde los 45 días, sin embargo conseguir un lugar no sólo es difícil sino que a veces requiere llegar a presentar un amparo ante la justicia para que el gobierno porteño reciba el pedido.

El sistema de vacantes en la Ciudad es complejo. La etapa de inscripción se abrió del 7 al 20 de octubre a través de internet, en las escuelas o en los portales inclusivos que la Ciudad instaló en algunos barrios. Este lunes 25 se conocieron los resultados de la asignación y con eso llegaron los festejos por entrar y el padecimiento de los miles de chicos y chicas que quedan en listas de espera, que en algunos casos superna los 90 nombres.

El principal problema ocurre en el nivel inicial y, sobre todo, en las salas de 45 días hasta 3 años, donde no hay suficientes instituciones para cubrir la creciente demanda.

Según cifras de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), querellante ante el Estado porteño desde 2006 por falta de vacantes, la lista de espera en el nivel inicial creció en estos doce años de gobierno del macrismo un 76 por ciento.

ACIJ registra que menos del 40% de los inscriptos en 2019 consiguió su lugar, el resto debió recurrir a instituciones privadas o a los Centros de Primera Infancia (CPI), la solución que propone la Ciudad en vez de construir más establecimientos.

Los CPI son instituciones que no dependen del Ministerio de Educación sino de Desarrollo Social y que en gran parte son jardines privados en los que la Ciudad terceriza la educación.

Al iniciar la primera gestión de Macri como jefe de gobierno, los Centros de Primera Infancia eran poco más de 20. Doce años después son casi 80. “Han proliferado especialmente en los dos últimos años y funcionan sin ningún tipo de control ni centralización, mientras no han construido ni una sola escuela infantil nueva. Muy por el contrario, las cierran, como con la del Hospital Ramos Mejía. En otros casos, las dejan caer a pedazos”, afirmó Patricia Pines, del colectivo Vacantes para tod@s en las escuelas públicas.

La organización Vacantes para tod@s se moviliza este miércoles 27 a las 13 frente al Ministerio de Educación porteño (Paseo Colón 255) para exigir que la ministra Soledad Acuña atienda a las familias que dejaron afuera del sistema público de educación. “Más de 12.000 niñxs quedan en lista de espera y 10.000 más asisten a los Centros de Primera Infancia”, señalan.

El Secretario General de UTE, Eduardo López, se refirió a la falta de vacantes. “La vacante en la escuela es un derecho, es una obligación de la Ciudad garantizar las vacantes. Recién en marzo del año que viene sabremos cuantos chicos quedaron sin vacantes, porque no hay información”, contó el gremialista en diálogo con el Destape Radio.

“Hace 4, 3, 2, y 1 año hay 15.000, 17.000, 19.000 y 20.000 vacantes que faltan”, indicó y estimó que por eso cree que “este año van a faltar 25.000 vacantes en las escuelas de la ciudad de Buenos Aires”. “La gente no elige la privada, no consigue vacante en la pública y necesita ir a laburar”, concluyó.

Uno de los ejes de los reclamos de familiares es en relación a la inscripción online. Allí puso el foco la ex candidata a vicejefa de gobierno Gisela Marziota, quien acompañó en la fórmula a Matías Lammens. “Es imperiosa la necesidad de generar un sistema de inscripción mixto porque quedó demostrado que la inscripción online es un fracaso desde que empezó a aplicarse, además de ser discriminatoria porque deja afuera a muchas personas que no tienen acceso a esta metodología”, indicó y agregó: “Hay gente que vive a tres o cuatro kilómetros de la escuela, sin ningún tipo de prioridad, e ingresan, y otros que están dentro de las diez cuadras y no lo logran”.

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