Espectáculos

Chucho Valdés en concierto a teatro lleno

El cubano estará junto a The Afrocuban Messenger el domingo 19 en el Parque España, con entradas agotadas. Ganador de 7 Grammy, Valdés está considerado uno de los mejores pianistas del mundo y es la figura jazzística más importante de Cuba.

Por Ricardo Salton / ambito.com

Hijo del legendario Bebo Valdés. Pianista, compositor, arreglador, director, maestro de músicos. Ex integrante de la Orquesta cubana de música moderna y fundador de Irakere, junto a Paquito DRivera y Arturo Sandoval, entre otros. Dionisio de Jesús «Chucho» Valdés Rodríguez nació en Quvicán, Cuba, en octubre de 1941. Ha grabado más de 80 discos y participado en otros 30, y ha compartido escenarios con Chick Corea, los hermanos Branford y Wynton Marsalis, Carlos Santana, Joe Lovano, Dizzy Gillespie, George Benson, Jack Dejonnette, Ron Carter, Eddie Gómez, Gato Barbieri, Tito Puente, Pablo Milanés, Diego El Cigala, Concha Buika o Charles Aznavour entre tantos otros.

El presente de «Chucho» se reparte en dos giras simultáneas, con las que está presentando sendos discos: una junto a Omara Portuondo y otra, que es con la que llegará esta vez a la Argentina, junto a los Afro-cuban Messengers, con quienes grabó «Chuchos Steps». Su visita incluirá una única presentación en el teatro Gran Rex el jueves 16 de junio, y el domingo 19, a las 21 horas se presentará en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España. Dialogamos con él:

Periodista: Nos sorprendió saber que está viviendo en España, siendo que usted siempre había hablado de su placer por vivir en Cuba. ¿Su mudanza tiene que ver con cuestiones políticas?

Chucho Valdés: No, para nada. Quería estar cerca de mi padre, que ya está muy mayor -tiene 93 años-. Finalmente, después de mucho tiempo de vivir en Suecia, decidió cambiar el frío del norte de Europa por el clima más amable de Málaga. Y por eso llegamos aquí también nosotros, con mi esposa y mi hijo más pequeño.

P.: En este momento, usted está en medio de dos giras simultáneas, ambas por muchos lugares. ¿Después de tantos años de trabajo, le sigue resultando placentero estar tanto tiempo fuera de su casa?

C.V.: Seguramente que es muy duro, pero también imprescindible. Es el modo que un artista tiene para desarrollar su banda, para mostrar lo que está haciendo, para no perder el contacto con el público. Y como tú dices, estamos con dos giras paralelas. Hicimos un disco con Omara, a quien conozco y admiro desde hace años, en la que tuvimos a Wynton Marsalis como invitado y estamos viajando con eso. A la vez, estamos llevando -como ocurrirá ahora con Buenos Aires- el disco que hicimos con The Afro-Cuban Messengers. Ése es un trabajo con una orquesta de siete músicos además de mi hermana, la cantante Mayra Caridad Valdés. Es un disco de jazz afrocubano, con una fuerte presencia del tambor batá -que lo toca Dreiser Durruthy Bombalé, un percusionista cubano que parece un pulpo más que un músico-, que tiene trompeta y saxo, y con el que están saliendo cosas buenísimas.

P.: Usted ha trabajado junto con los más grandes. ¿Ese placer por buscar en lugares tan distintos, tiene que ver con su afinidad con el jazz?

C.V: Puede ser. Pero de lo que estoy seguro es que me da mucho gusto. Con Omara hemos grabado juntos por primera vez en el 97, y siempre admiré su estilo intimista. Trabajé con Pablo Milanés que es otro cantante tremendo. Lo mismo que con Concha Buika, o con Charles Aznavour, al que «cubanizamos» en el disco que hicimos en 2006. Con El Cigala salí a cubrir una gira de presentación del disco que hizo con mi padre, porque ya estaba demasiado mayor para tanto viaje. Y como de tantos otros con que hemos tocado juntos, siempre he aprendido algo, he sacado una experiencia valiosa. Pero sobre todo, como te decía, me da mucho placer estar con grandes colegas sobre un escenario.

P.: La Argentina es un país que está ligado a su vida. ¿Qué le significa volver una vez más a nuestro país?

C.V.: Para mí es un país distinto por muchas razones. Por cuestiones familiares, por supuesto [su esposa y manager es la treintañera argentina Lorena Salcedo, con quien tiene un hijo de cuatro años]. Pero además porque el argentino es un público verdaderamente especial, que demuestra su afecto y su calor, y entonces uno toca mejor cuando siente esa respuesta de la gente. Así que voy, como siempre, con mucha emoción a presentar estos Afro-Cuban Messengers, y espero que les gusten.

P: ¿Vivir en España lo ha alejado de la realidad cultural y musical cubana?

C.V: No, para nada. Porque estoy permanente en contacto con Cuba y porque voy muy a menudo.

P.: ¿Puede decirme entonces, puesto que en la Argentina no se sabe mucho de lo que pasa allí, cómo ve el panorama actual de la música en su país?

C.V: La música cubana sigue teniendo la misma vitalidad que le hemos reconocido siempre. Wynton Marsalis, que anduvo por allí con su Lincoln Center Orchestra, se sorprendió al ver el grado de excelencia de los estudiantes de música en mi país. Por estos tiempos, los jóvenes parecen estar volcándose mayoritariamente hacia la timba, que es un género bailable muy popular -una especie de modernización del son- y, como es tradición, al jazz latino. En este sentido, hay una lista muy interesante de pianistas jóvenes que ustedes deberían descubrir. No hablaré ya de Gonzalo Rubalcaba porque ha alcanzado ya renombre internacional, pero sí puedo mencionar por ejemplo a Aldo López Gavilán, a Harold López Nussa, a Alexis Bosch, a Roberto Fonseca. Por allí está seguramente buena parte del futuro de la música de Cuba.

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