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CGT: los personajes están, falta el autor

Caló asomaba como candidato "puesto" para la CGT disidente, pero hay dudas.

Sin un candidato firme para liderar el sector, el bloque de opositores a Hugo Moyano comenzó una silenciosa disputa por la composición del próximo órgano de conducción que quedará establecido a partir del Congreso del 3 de octubre. Se trata del Consejo Directivo, el brazo ejecutor de la CGT, cuya integración dependerá de una complicada ingeniería entre todos los grupos internos que aspiran a una nueva central obrera más afín al gobierno.

El Consejo Directivo es un órgano integrado por 35 miembros que históricamente debió respetar la correlación de fuerzas entre sindicatos. Con Moyano al frente de su propia CGT, sus rivales tendrán que repartir espacios entre tres o cuatro grupos: los gordos de los grandes gremios de servicios; los autodeterminados independientes alineados con el gobierno y los ex colaboradores del camionero, reunidos en el Movimiento de Acción Sindical Argentino (Masa). A ellos puede sumarse a último momento el gastronómico Luis Barrionuevo, líder de su propia CGT Azul y Blanca.

El Masa, encabezado por el taxista Omar Viviani, dedicó las últimas semanas a sumar sindicatos para exigir, en el próximo Consejo Directivo, al menos la mitad de las secretarías. El argumento es que el sector que antes reportaba a Moyano había logrado reunir casi 70 organizaciones gremiales bajo el mismo sello.

Tanto los gordos como Armando Cavalieri (Comercio), Carlos West Ocampo (Sanidad) y Oscar Lescano (Luz y Fuerza), como los independientes Andrés Rodríguez (estatales, UPCN), Gerardo Martínez (albañiles, Uocra) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) acordaron que el reparto en la conducción deberá darse por partes iguales. Es decir, con la división por tres (o cuatro, en caso de ingresar Barrionuevo) y en modo alguno con la mitad para el Masa. El argumento, explicaron, es que de otro modo volverían a una CGT como la de Moyano, en la que la conducción unipersonal del camionero impidió el ejercicio de decisiones colegiadas.

Esta semana la atención estará puesta en ese reparto y en la definición de un conductor para el espacio. Víctima de sus propias complicaciones y de una posible interna de la UOM, la alternativa de Antonio Caló pasó a un segundo plano. Ricardo Pignanelli, por su parte, declaró que su colega metalúrgico “tiene todo el apoyo” del Smata y aclaró que su aspiración es concluir el mandato en el gremio de los mecánicos que comenzó hace pocos meses.

El único dirigente que no registra cuestionamientos y es considerado por todo el arco opositor en la CGT como candidato viable no tiene interés en encabezar la central obrera. Es Naldo Brunelli, jefe de la seccional San Nicolás de la UOM y hombre con poderío territorial y sindical propio. Cuando fue sondeado, Brunelli alegó que prefería quedar como reserva del gremio metalúrgico frente a un posible escenario de confrontación con el gobierno.

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