Lucas Bernardi tuvo un lunes inolvidable. Los 200 partidos con la casaca rojinegra fueron sólo un número más, pero permitieron que hinchas y compañeros lo usaran como excusa para llenarlo de elogios en una jornada que el capitán leproso vivió a pleno.
“Lo disfruté mucho. Nunca imaginé que el tema iba a tener tanta trascendencia, pero el cariño que me dieron todos fue tan grande que no pude evitar emocionarme”, admitió Bernardi en diálogo con El Hincha.
—¿Imaginabas que iba a generar tanto tu partido número 200?
—Para nada. No creía que fuera para tanto. Es un número más y lo había tomado como tal. Pero cuando percibí todo lo que pasaba alrededor de ese número me puse muy contento por el cariño que recibí de parte de todos. Las cosas han cambiado para bien y eso me hace saber que el camino fue el correcto.
—¿Cómo viviste el día?
—Lo disfruté muchísimo. A la noche le decía a mi señora que fue un día inesperadamente grato. Sin mis compañeros no hubiera podido llegar tan lejos. Hay un grupo humano buenísimo. Desde que volví en 2009 sólo encontré apoyo y amigos. Esto es gracias a ellos, que muchas veces me empujaron para seguir, que nunca me dejaron caer. Cuatro años es mucho, nunca pensé cuando volví que iba a aguantar tanto. Pero siempre recibí confianza y eso me permitió continuar.
—Sabías que iba a haber algún homenaje, pero cuando viste a las nenas ¿qué sentiste?
—El Tata nos había dicho en la charla que iba a suceder algo y no debíamos desconcentrarnos. Ahí empecé a imaginarme algo, pero lo de las nenas no lo esperaba. Ellas son la razón de todo junto a mi mujer; las que miro para contenerme cuando todo está mal, y con las que disfruto los momentos buenos. Mi familia fue fundamental en el momento crítico del año pasado y mis hijas son todo. No me esperaba tanto cariño, tantas emociones. Son momentos únicos, recuerdos inolvidables.
—Después de algunos momentos bravos, también debe ser grato recibir el cariño genuino de los hinchas…
—El fútbol es así, es duro a veces y otras veces te pone feliz. Tanto cariño me dice que acerté al quedarme. Pero también sé que sin el Tata hubiera sido difícil tener este momento. No me quiero olvidar de Roberto (Sensini) que me dio la confianza en un momento donde se dudaba mucho de mi rodilla. El club también me dio un lugar, me dejó participar en muchas cosas. Todos tienen un poquito de este momento.
—Fuiste el primero en volver, ¿te sentís parte de estos regresos de Maxi, Heinze, Nacho Scocco?
—Sentía que debía volver. Quería estar acá. Ser el primero o el último es un detalle. Somos de acá, disfrutamos de esto. Nos enseñaron a querer a Newell’s, a jugar con el corazón, a ganar por la camiseta. Por eso todos quieren volver, porque afuera podés conseguir muchas cosas, pero nada se compara con lo que te hace vivir Newell’s.
—¿Te permitís ilusionarte?
—No vemos más allá del objetivo que debemos ver: lograr tres puntos cada fin de semana. Si desviamos la vista podemos equivocarnos.
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