El bajón futbolístico ya no se puede discutir. Central dejó pasar una chance increíble para volver a la cima de su zona. El equipo del Chacho perdió varias de las características que lo ponían como uno de los mejores equipos del país. Ayer, ante un limitado Vélez, dejó un invicto de 23 juegos jugando como local. Al Canalla se lo empataron minutos antes del final y se lo ganaron en tiempo adicionado. Pero antes sólo mostró cosas interesantes de Lo Celso, Ruben y Cervi.
Uno de los responsables absolutos de lo que no logró ante Vélez fue Javier Pinola. Quien inexplicablemente vio la roja por una irresponsabilidad al pegarle un codazo a Cubero delante del juez Darío Herrera, quien dirigió muy bien.
Central intentó imponer su juego desde el vamos. Intenso por los costados, Ruben movedizo y peleándolas todas. Claro que se encontró con un rival bien parado que apostó por un esquema 4-1-4-1 con el que quiso cortar cualquier sociedad de juego del Canalla. Sin embargo, un preciso centro de Montoya encontró la cabeza del goleador y una salida en falso de Aguerre. Con el resultado y el trámite del juego a favor sólo parecía que era cuestión de tiempo para que el equipo del Chacho ampliara la ventaja. Pero nadie podía suponer la infantil e irresponsable reacción de Pinola, que pese a sus 33 años le pegó un codazo a Cubero con el árbitro de frente. La expulsión cambió todo. Fue un quiebre en el partido y encima Vélez, en la primera que llegó, marcó el empate.
A pesar de la inferioridad numérica el técnico, entendiendo que tenía que ir por el resultado, mandó a Lo Celso a la cancha y dejó en el vestuario a Herrera. Obvio que el encuentro dio el segundo expulsado, esta vez Somoza, y la cosa se emparejó de manera cuantitativa.
El partido siguió siendo bravo. Pero el recién ingresado en la visita le dio frescura de tres cuartos de cancha para delante y fue él mismo quien dejó sin chances a Aguerre y marcar el segundo.
Esta vez, segundos después del gol, el Chacho buscó cerrar el partido pero el resultado fue el menos esperado. Es que no sólo se lo empataron, sino que se lo ganaron en tiempo adicionado.
Central dejó pasar la chance de recuperar la cima de cara a una seguidilla complicada de dos juegos de visitante. El equipo del Chacho se complica solo en la lucha por alcanzar el objetivo de jugar la final por la gloria. Tiene tiempo y de hecho seguirá protagonizando en lo inmediato el campeonato, pero ya no depende de sí mismo.
Ahora el entrenador necesita dar un golpe de timón antes de que llegue el tiempo de los arrepentimientos sobre el final del campeonato.
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