Edición Impresa

Central: le queda Gigante

En Arroyito, el equipo no aparece. Apenas sumó la mitad de los puntos en juego.

Los números pintan con crudeza la dura realidad futbolística del equipo en el Gigante: sólo cosechó la mitad de los puntos.

Por: Guillermo Ferretti

No hay lugar a dudas. Los números son terminantes. Central no puede en el Gigante de Arroyito. Sobre 30 puntos en disputa, el equipo que ahora dirige Héctor Rivoira sólo cosechó 15, exactamente la mitad. Y con este promedio, flaco por donde se lo mire, el objetivo ascenso es hoy una utopía.

Para colmo, los males que padece el canalla parecen estar por encima de los planteos tácticos o de los directores técnicos de turno. Tanto con Reinaldo Carlos Merlo, a quien se lo criticaba por su propuesta mezquina, como con Héctor Rivoira, que al menos desde el esquema parece ser más osado que su antecesor, a Central siempre le costó ganar jugando en Rosario.

Ni hablar del tema del marco. Flota la sensación de que la presión que baja de las tribunas del Gigante está lejos de jugar a favor de un equipo que carece de personalidad, de una identidad definida. Algo difícil de entender teniendo en cuenta la riqueza del plantel, tanto en la cantidad como en la calidad de sus componentes.

Mostaza dirigió al equipo en cinco partidos disputados en el Gigante. Y se rescataron apenas ocho puntos, producto de dos triunfos (ante la CAI y frente a Deportivo Merlo), dos empates (con San Martín de Tucumán e Independiente Rivadavia de Mendoza) y una derrota (a manos de San Martín de Tucumán).

Casi lo mismo sumó en Arroyito el Chulo, un técnico considerado especialista de la categoría: siete unidades en cinco encuentros (dos victorias, ante Instituto de Córdoba y Tiro Federal; un empate, frente a Defensa y Justicia; y dos caídas, ante Gimnasia de Jujuy y Almirante Brown).

¿Y los esquemas? Entre Mostaza Merlo y el Chulo Rivoira, probaron varios. Pero además de no conseguir los resultados esperados, el equipo anotó muy pocos goles. Hasta acá, apenas siete (dos de ellos de penal) en los diez partidos disputados en casa: cinco en la era Merlo, y dos con el Chulo como DT.

Los números pintan con crudeza la dura realidad futbolística del equipo jugando en casa. Pero además, en varios partidos disputados en Arroyito, Central careció de la agresividad que exige la necesidad de ser protagonista en cada presentación.

A mitad del río, con nueve encuentros por jugarse en el Gigante, el canalla se quedó sin margen de error. Y lo hizo tras desperdiciar una excelente posibilidad en este arranque de año, sumando en casa un solo punto de seis posibles. Y falló justamente ante dos de los equipos más flojos del torneo jugando en condición de visitante, tales los casos de Defensa y Justicia, y Almirante Brown.

Que esta situación se modifique radicalmente dependerá, entre otras cosas, de que el equipo aparezca en la dimensión esperada. Algo que hasta acá sucedió en cuentagotas.

Comentarios

10