por Gabriel Pennise
Al menos Central empatando en Tucumán escapó una vez más al descenso directo. Esa lectura contempla la mitad del vaso lleno, la otra parte de la historia cuenta de los problemas, múltiples, que tiene el equipo para poder ganar un partido. Por más favorable que sea la situación. La última media hora del partido encendió una luz de alerta en el camino de los canallas, que parece ir de manera inexorable hacia la Promoción. Los seis puntos que le lleva Racing, cuando restan jugarse nueve, lucen como cosa juzgada. Pero lo que debe preocupar al mundo Central es la falta de capacidad del equipo para definir un partido ante un rival descendido. Que bien puede emparentarse a lo que será la futura Promoción.
El segundo tiempo, cuando se retira expulsado Herrera antes de los 10 minutos, marcó la locura de Atlético en donde los defensores eran delanteros y el arquero volante. Un desorden total por ir a jugar la heroica, dejando la sensación de ser un equipo amateur de cualquier liga pueblerina. Con tirar tres pases correctos alcanzaba para quedar en posición de gol. Lógica pura que se fue dando con el correr de los minutos. Pero el resultado no cambió. Y esa potencial goleada en gestación terminó en penoso empate.
Es real que los errores bases tienen un tiempo importante de maduración con Horacio Usandizaga y Ariel Cuffaro Russo como actores principales. Central está afrontando una instancia crucial con una cuarta división, apenas mejorada. La falta de referentes es una carencia fundamental a la hora de salir de situaciones adversas. Y ayer fue cuando más se notó. El equipo de Madelón, tuvo al menos seis contras en las que atacó con notable superioridad numérica de futbolistas (promedio 5 contra 2) y las terminó todas mal. Figueroa, De León, Núñez, Caraglio, Jonatan Gómez, etc….fueron dilapidando chances de manera casi grotescas.
Por eso al pedido de “paciencia” tantas veces utilizado por Madelón, hay que agregarle la falta de maduración de los jugadores (caso Martín Rivero, buen proyecto al que lo arrebataron porque no hay futbolistas para la primera), el desgaste de algunos muchachos que parecen haber cumplido su ciclo en Central, tales los casos de Gervasio Núñez y Emilio Zelaya. Otros en decadente estado físico como Lucho Figueroa (una acción le permitió mostrar sus cualidades, espléndido taco para el gol de Caraglio) y el propio Milton, que jugó bien porque es bueno en serio, pero carga con un cuerpo no apto para las grandes competencias.
Si es la Promoción lo que viene,el rival no saldría de Instituto, Atlético Rafaela, All Boys o San Martín de San Juan, jugando con la lógica que muestra a Quilmes y Olimpo ascendiendo de manera directa. Contra cualquiera de ellos Central debería triunfar, pero no será sencillo. No se invirtió en su momento, cosa que sí hizo Racing y hoy los resultados le dan la razón a sus dirigentes. Y tendrá como principal escollo el estado de nervios de sus jugadores, la mayoría juveniles a los que les pesa la situación.
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