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“Cauce”, el policial de Santa Fe

El film relata una vertiginosa historia de crisis, despidos, escape y “una solución” que se sale de control. El rosarino Juan Nemirovsky encabeza el elenco que completan Alberto Ajaka, Luis Machín, Agustina Ferrari y Martín Slipak.


Ariel es un joven que por escapar de un mundo asfixiante se enfrenta con otro peor, de violencia y muerte. Esa es la historia que relata Cauce, el film santafesino del debutante director Agustín Falco que se conocerá este jueves en el complejo Arteón (Sarmiento 778).

El guión, del mismo director, cuenta la historia de un empleado de rango en una multinacional que de la noche a la mañana es despedido, no puede contarle esto a su familia e intempestivamente se vuelve a encontrar con un viejo amigo que le propone un negocio oscuro.

La idea de que todo ocurra casi en tiempo real, y con planos uno detrás del otro, inquieta y angustia no sólo al protagonista, cada vez más sumergido en un laberinto, sino también al espectador, que se convierte en su aliado y sufre tanto como él.

Para llegar a esta meta Falco, que había dado muestras de su talento con varios cortometrajes, entre ellos “Fábula”, de Historias Breves VII, contó con un elenco sólido, encabezado por Juan Nemirovsky y Alberto Ajaka, acompañados por Luis Machin, Martín Slipak y Agustina Ferrari.

El rosarino Nemirovsky es recordado por sus trabajos en El muerto y ser feliz y Brisas heladas, tanto en su versión teatral como en la cinematográfica, mientras que Ajaka es conocido por Secuestro y muerte, Viola, Castro y Todos tenemos un plan, entre otros.

En 2014, Falco tuvo su primera gran experiencia audiovisual en la televisión, cuando dirigió la serie Pioneros, en donde abordó a personajes importantes de la ciencia local, como René Favaloro, Luis Federico Leloir y Bernardo Houssay.

Sobre el film y la desesperante historia de su protagonista, Falco confesó que había pensado en otra idea para su primer largometraje, pero trabajando en otro proyecto, Remanso (hace unos tres o cuatro años), surgió la historia de Ariel. “Los dos títulos tienen que ver con la geografía, con los ríos, que es algo que me entusiasma: la idea de naturaleza. Mi meta es trabajar alrededor de la geografía cuestiones que, en contextos similares, tengan distintos tonos de género”, contó.

La historia transcurre en el delta del Paraná, a la altura de la ciudad de Santa Fe. “El río que se ve se llama Ubajay, cerca de la ciudad de Santa Fe, muy angosto y por eso mismo perfecto para el conflicto central que tiene lugar allí –describió–. Me interesaba mucho la cuestión de contexto con cierto malestar de crisis económica en la clase media, así como una serie de personajes masculinos que, de alguna manera, intenté retratar de manera creíble. Hombres de clase media observados con una mirada crítica, como el protagonista, su compañero de trabajo que también es su jefe, su suegro, incluso el dueño del boliche”. En esta trama protagonizada por hombres, donde la virilidad se puede ver a prueba, también hay una cuota de machismo que el mismo director reconoce pero aclara que no es explícito: “En especial cuando David se cruza con el Tano, el dueño del boliche, que es una manera de hablar de la sociedad en la que uno vive y trasciende la sofisticación que se puede llegar a ver en una ciudad capital, que mejora sus formas pero en el fondo sigue siendo la misma de viejos tiempos. También está la idea de cómo se sostienen algunas fantasías, las que llevan al personaje a trabajar en off. También hay cuestiones locales, como el crecimiento del narcotráfico”.

A su vez, Ariel, su protagonista, “es arrastrado por otros, pero también la idea es que él mismo está tomando una decisión que lo puede llevar adonde no quiere ir”, agregó.

En cuanto a los planos y secuencias, Falco mencionó haber tratado los planos continuos como en las películas Después de hora de Martin Scorsese y El Asaltante de Pablo Fendrik. “Pero no quise que fuese un virtuosismo. La idea era que la relación espaciotemporal en continuado tuviese cierto efecto, para mostrar el laberinto en el que el personaje se iba metiendo. La idea es el uso de lo secuencial como un acelerador de los tiempos, es decir que también trabaja en el ritmo de la edición y la tensión que es magnificada por la violencia que se desata. También hay unos planos separadores en negro, que ayudan al espectador a poder pensar qué es lo que ocurre en el medio de esas dos secuencias y alguna forma también lo hacen respirar”.

Una empresa multinacional, la casa familiar, el boliche nocturno y el paraje perdido a orillas del río, los distintos espacios que dieron contexto a este primer largometraje de Falco, se unieron a la perfección con la “química entre los actores”, tal como remarcó el director.

En tanto, cerca de finalizar un 2017 exitoso, Falco celebra y proyecta para el año que viene el estreno de una serie de ficción para la señal pública Educ.Ar, y en la versión final de Remanso, para poder comenzar su producción.

Falco

El realizador Agustín Falco es egresado del Instituto Superior de Cine y Artes Audiovisuales de Santa Fe y miembro de la cooperativa audiovisual Muchasiesta. A lo largo de su carrera realizó el corto Fábula, Historias Breves 7, 21 sesiones y fue asistente en el largo El Fausto Criollo, de Fernando Birri. Cauce es su primer largometraje.

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La película se verá este jueves, a las 18.30, y el  jueves, a las 20.30, en la sala Arteón ubicada en Sarmiento 778. La segunda pasada contará con la presencia del director y de Juan Nemirovsky.