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Caso Ferreyra: se define la situación de los detenidos

La jueza dictará las primeras medidas en el marco de la investigación por el crimen del militante del PO.

La situación judicial de los seis detenidos por el asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra comenzará a resolverse a partir de hoy cuando la jueza Wilma López dicte las primeras medidas al vencer los plazos legales de la causa. “Se dispone de un cuadro muy acabado de lo que ocurrió el 20 de octubre en Barracas durante la protesta de trabajadores ferroviarios tercerizados”, dijo una fuente judicial que descontó el procesamiento de Cristian Favale, el barrabrava sospechado de ser el autor material del disparo que mató a Ferreyra.

Mañana se cumplen diez días hábiles de la detención de Pablo Díaz, el delegado de la Unión Ferroviaria en el ramal Roca de habría convocado al grupo agresor compuesto por afiliados ferroviarios y también barrabravas de clubes del ascenso, como Favale y Gabriel “Payaso” Sánchez.

A menos que los llame a una ampliación de indagatoria o prorrogue el secreto del sumario y corra los plazos, la jueza deberá resolver la situación de todos y levantar el secreto de las actuaciones para que los defensores puedan conocer exactamente los delitos que se imputan a los detenidos.

Los otros detenidos, hasta ahora, son los ferroviarios Juan Carlos Pérez, que en un video aparece llevándose una mano a la cintura como si estuviera armado; Salvador Pipito, que amenazó al equipo de C5N para que deje de filmar cuando empiezan los tiros, y Jorge González, que el día del incidente lucia un cuello ortopédico mientras incitaba a los atacantes.

Cuatro de la treintena de testigos que declararon ante la fiscalía a cargo de Cristina Caamaño dieron descripciones coincidentes con el aspecto físico de Favale –morrudo, pelo corto y barba candado– sobre el hombre que disparó la bala mortal.

Detenido en la cárcel de Ezeiza y medicado por su situación emocional, Favale también fue identificado por uno de los detenidos que integraba la patota agresora como el “Harry”, que se jactó de haberle “dado en la panza” al militante que cubría la retirada de los tercerizados.

Según trascendidos, además de los videos televisivos un testigo protegido relató con detalle el rol de cada integrante del grupo agresor, incluyendo la orden disparar del jefe del grupo.

Las pericias balísticas revelaron que el grupo agresor disparó armas de varios calibres además del 38 que mató a Ferreyra ya que los heridos Elsa Rodríguez y Nelson Aguirre recibieron tiros de calibres más pequeños. En cambio, no está probado que el grupo agredido haya respondido a los tiros, como declararon varios de los sospechosos del crimen de Ferreyra. La investigación no ha avanzado hasta ahora en una línea ascendente de los eventuales instigadores “ideológicos” del crimen.

En tanto, el dirigente del Partido Obrero Jorge Altamira reclamó al gobierno nacional que denuncie “políticamente” a los responsables del asesinato de Ferreyra. Cuestionó la “complicidad política” con “la burocracia sindical” de la Unión Ferroviaria.

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