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A 18 meses

Caso David Moreira: surgen más pistas sobre el linchamiento

La madre del joven asesinado en barrio Azcuénaga y su abogado tuvieron una reunión con el fiscal para interiorizarse sobre el avance de la causa. Mientras el letrado se manifestó confiado en lograr justicia, la mujer mostró escepticismo.


A un año y medio de la muerte de David Moreira, el joven de 18 años linchado en Barrio Azcuénaga, su madre volvió a Rosario. El objetivo fue entrevistarse con el fiscal Florentino Malaponte, a cargo de la causa, para conocer sus avances. Concluido el encuentro, se realizó una marcha a Tribunales donde los manifestantes recordaron a David y mantuvieron el reclamo de justicia. Entre ellos estaban los maestros de primaria de David, que profundizaron en la problemática de chicos que habitan en las zonas periféricas y enfrentan situaciones de violencia. También se hicieron presentes Alberto Perassi, organizaciones sociales y dos concejales electos por Ciudad Futura.

Durante una hora se extendió la reunión que el fiscal mantuvo con Lorena  Torres, la madre de David, y su letrado, Norberto Olivares. Si bien el abogado se retiró con una buena impresión de la reunión, ya que el fiscal mantuvo su intención de llevar el caso a juicio, la madre de la víctima se mostró incrédula con el resultado de la causa. Lorena sostuvo qué sinceramente no sabe que pensar: “Pasó un año y medio y hasta acá hemos llegado, todavía no se logró nada. Yo desde un principio dije que quería creer en la Justicia, y hoy por hoy no sé si puedo decir lo mismo. Yo puedo decir que hay justicia de Dios y si no hay justicia terrenal me queda el consuelo de esperar la Justicia de Dios” afirmó.

Viaje

Lorena se refirió a la partida de su familia hacia Uruguay. “Fue para resguardar a mis hijos de todo esto y sacarlos de este círculo que a ellos les estaba haciendo mucho daño”. Afirmó que en Uruguay halló lo que su país no le dio: “Encontré una tranquilidad y un apoyo para mis hijos que acá no encontraba ellos allá estuvieron resguardados y la gente me ayudó mucho, aunque no me conocían, a sacar mis hijos adelante”, sostuvo aunque recalcó que ama su país. En relación con los vecinos de Azcuénaga afirmó: “Fue una actitud muy cruel, si creen en Dios que puedan sentarse, reflexionar y pedirle perdón” detalló.

Los avatares de la causa

Por su parte el abogado Norberto Olivares se retiró con la impresión general que la Fiscalía tiene la voluntad de acusar. Expresó que Malaponte continúa en su postura de calificar el hecho como un homicidio en agresión ya que la autopsia hace referencia a politraumatismos. El fiscal explicó a la madre que mantiene esa postura porque hay indeterminación de personas y un golpe mortal, aunque ellos siguen sosteniendo la existencia de un homicidio calificado y detalló que aún resta una nueva reunión con el fiscal regional Jorge Baclini para resolver esta cuestión, sostuvo el abogado.

Olivares resumió que en el caso hay dos personas imputadas que se encuentran en libertad por disposición de la Cámara Penal y detalló que se trabaja en evidencia vinculada con Facebook que podría traer otros sospechosos a la causa. Si bien detalló que por pedido fiscal no puede profundizar en la información, se trata de conversaciones posteriores de personas que participaron en la golpiza. Otro dato relevante fue la presentación de un testigo a un año del hecho. Este vecino clarificó la secuencia del crimen. Refirió que David sufrió una primera golpiza, después se sentó al lado de un árbol y luego intentó escapar. Pero fue atrapado otra vez y allí recibió la tunda mortal. Por su parte, la madre de un imputado se negó a realizar una pericia de voz ordenada judicialmente y la Fiscalía desistirá de la medida, refirió el abogado, aunque detalló que la conversación telefónica que involucra a uno de los sospechosos será llevada a juicio.

Visibilizar a los pibes

Entre los manifestantes había algunos docentes, entre ellos la maestra de primaria de David y el vicedirector del colegio. Elba lo recuerda con cariño: destacó su timidez y su sonrisa retraída. Si bien la víctima cursaba el secundario cuando fue linchado, la noticia causó conmoción en su colegio primario ya que era vecino del lugar y sus hermanitos asistían a la Escuela Nº 456 que lo supo contener en su niñez. Los docentes sintieron la necesidad de actuar, de hacer algo desde su lugar: “No podemos dejar en silencio a un chico que fue alumno de nuestra escuela”, refirió Elba quien describió su muerte como una noticia muy triste y repudiable.

Los docentes llevaron en sus pechos unos pequeños carteles blancos con la leyenda “Basta de matar a nuestros alumnos” y Nancy –otra docente de la escuela– sostuvo que tienen otros alumnos que fueron asesinados.

Recordó a Ulises Contreras, un pibe de 16 años asesinado de un escopetazo en pleno barrio Ludueña, y a Marcelo Biscoglio. La docente habló de las cualidades de estos chicos que terminaron su vida drásticamente: “No sólo fue David, no queremos dejar de remarcar, ni olvidar que pasaron gran parte de su vida en nuestras manos, en la escuela”. Nancy explicó que hay un grupo de docentes abocados a recabar su historia escolar para que también sus compañeros los recuerden.

Por su parte Adrián, vicedirector de la Escuela Nº 456, detalló que estas historias se repiten en un montón de instituciones escolares de la periferia de Rosario. “Por eso un grupo de docentes nos juntamos en Amsafé reconstruyendo la biografía escolar de estos pibes”. Adrián detalló que realizaron un mapa de los hechos del que se desprende que los crímenes ocurren en los barrios más conflictivos como Tablada, Empalme Graneros o Ludueña. “Son los barrios donde pudimos localizar la mayor cantidad de asesinatos; eso da muestra que esto es producto de la desigualdad: no se asesina a cualquier pibe, se asesina a pibes de los barrios más pobres”, detalló.

Las posibilidades en el barrio no son muchas, las laborales son escasísimas incluso las educativas, detalló, el vicedirector. “Hay un montón de pibes; nosotros hablamos de alumnos, incluso de los que no están en las escuelas, porque sus posibilidades económicas, sociales o familiares no se los permite”, refirió. “No vienen a la escuela, no pueden hacerlo porque están laburando desde pequeños, las chicas cuidando hermanos, haciendo trabajos domésticos, los pibes saliendo con el carro a cirujear o trabajando de soldadito, eso hace que no lleguen a la escuela o que deban abandonarla, que es lo que pasa con un montón de pibes”, sostuvo. Y agregó: “Hay una cuestión, teniendo en cuenta el problema del narcotráfico que hay en la provincia: no hay ningún lugar del Estado donde las familias puedan recurrir cuando tienen un pibe o piba con situación de adicción. Mucho depende del trabajo individual que pueda desarrollar el docente”, concluyó.

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