Ciudad

Casi como en el Viejo Oeste

Un tren que circulaba por la zona sur fue detenido de manera intencional para robarle parte de la carga. En poco tiempo, una multitud se acercó al lugar llevándose bolsas y carros cargados con maíz.

Un tren que circulaba por la zona de Dorrego al 4700 fue detenido ayer por la mañana de manera intencional cuando, según la versión policial, personas no identificadas le cortaron las mangueras de freno, parando de manera automática al largo convoy que atravesaba esa parte de la ciudad. Acto seguido, fueron abriendo una a una las boquillas de 22 vagones cargados de maíz, dejando una cantidad enorme de ese cereal desparramado por el piso que fue recogido por una multitud de vecinos que fueron acercándose hasta la zona. Así las cosas, la novedad fue corriendo de boca en boca y familias enteras, con bolsas en las manos y carros tirados a caballo se llevaron su porción de la carga, algunos para usarla en su casa como alimento para animales y otros para venderla a terceros interesados en comprar este producto. 

El subjefe de la comisaría 21ª David Jaime, explicó a este diario que “alguien, en una acción temeraria frenó el tren de manera intencional”. “Fue una locura porque la máquina estaba en movimiento y aparte a esa hora llovía, por lo que arriesgó su vida ya que si se caía podía terminar bajo las ruedas de acero. Estamos hablando de un tren de aproximadamente 60 vagones. Esta persona cerró el grifo de los frenos de aire e inmediatamente frenó el convoy. A partir de allí fueron abriendo las boquillas de unos 22 vagones cargados con maíz”, relató.

“Por lo que sabemos el tren salía de Rosario y transitaba por las vías descendentes que siguen hasta Buenos Aires. La intención del robo no es clara pero la gente que se fue acercando fue recogiendo parte de la carga desparramada principalmente para llevarla y darle de comer a sus animales, principalmente gallinas. Apenas nos enteramos de la situación nos acercamos al lugar y nos encontramos con una gran cantidad de gente con bolsas y carros. Lo que hicimos fue una acción destinada a evitar cualquier hecho de violencia. La idea fue preservar la seguridad del maquinista y de la misma gente para evitar un mal mayor”, continuó el oficial de la Policía.

El destino de la carga fue distinto, según cada caso. Muchas de las personas se la llevaron a sus domicilios en bolsas o carros tirados a caballo para utilizarla de manera doméstica mientras que otros comercializaban los paquetes a distintos precios a compradores que se acercaron al lugar para poder conseguir el maíz a un precio mucho menor al que tiene en el mercado.

Uno de los chicos que se acercó a la zona contó –junto a otro de su misma edad, que rondaría los diez años– que habían caminado unas ocho cuadras para poder llevarse algunas bolsas cargadas hasta su casa. “Es para darle de comer a mis gallinas”, contó. Cerca de allí, una mujer junto a sus hijos comentó: “Vine con un táper para juntar el maíz. Nos rebuscamos con esto. Estoy con todos mis hijos, uno de ocho, otro de nueve y otro de seis años. Hoy fueron a la escuela, nos enteramos de esto y vinimos acá a juntar maíz. Voy a tratar de ver si me puedo llevar unas 20 bolsas. Vinimos a buscar esto para darle de comer a nuestros hijos. La idea es irnos cuando no quede nada. Es mejor que las vías queden limpias porque si no los vagones se patinan y se caen”.

El tren detenido junto a la villa y las familias enteras recogiendo la carga desparramada en una jornada destemplada y gris devolvieron una triste imagen que habla de necesidades básicas insatisfechas en un amplio sector de la población. Los chicos recogiendo el maíz y cargando pesadas bolsas dejaron nuevamente al descubierto que la pobreza late y rodea a la ciudad de Rosario.

Comentarios