Espectáculos

Casano: una historia para ser contada

La bailarina y coreógrafa Eleonora Casano habla del espectáculo "Tango de burdel, salón y calle" que presenta el viernes en el Teatro El Círculo de Laprida y Mendoza. Por Miguel Passarini

Los mundos estéticos e ideológicos que encierra la impronta tanguera desde mediados del siglo XIX hasta el presente, fueron el caldo de cultivo de Tango de burdel, salón y calle, espectáculo que trae nuevamente a la ciudad al elogiado Ballet Argentino, compañía creada por Julio Bocca y Eleonora Cassano, quien en esta oportunidad es la gran protagonista, a la cabeza de un verdadero seleccionado de artistas, integrado por Elio Marchi (guión), Renata Schussheim (diseño de vestuario), Omar Possemato (diseño de iluminación), Ana María Stekelman (coreografía y puesta en escena), Julián Vat (dirección musical) y Raúl Candal (director).  

De este modo, esta noche a las 21.30 en El Círculo (Laprida y Mendoza), y a través de cinco cuadros temporales (nacimiento, decadencia y retorno triunfal a partir de los años 70, entre otros), Cassano despliega los entretelones de una danza a la que siente “más terrenal” que la clásica, “mundos que me acercan a algo más propio”, según reconoció la artista en diálogo con El Ciudadano, quien en escena está acompañada por once bailarines, la cantante Karina Levine y la Orquesta China Cruel, elementos que dan a la puesta un color aún más singular.  

“Este espectáculo fue creado el año pasado para el Festival de Verona (Italia), y hace más de un año que estamos de gira; de hecho, acabamos de llegar de España (también se presentó en Italia y Turquía). Y es un relato a través de la danza de la historia que fue construyendo el tango, desde que los primeros inmigrantes llegaron a la Argentina, pasando por distintos momentos y escenas, hasta desembarcar en un cuadro de tango electrónico. Todo lo coreográfico está acompañado por una orquesta en vivo y una cantante, y es un espectáculo muy rico, muy completo, una historia que merecía ser contada”, relató Cassano, quien adelantó que en marzo la compañía regresará a Europa.

Respecto de cuáles son los elementos que el tango le aporta como medio expresivo a una bailarina de eminente formación clásica, dijo: “Como bailarina e intérprete, tengo la sensación de que la música de tango me pasa por otro lugar. Seguramente, porque toca más la esencia de lo que es mi país, mis costumbres, una realidad igual o parecida a la mía, y esos elementos me permiten interpretar las coreografías por otro lado, quizás desde un plano más terrestre, siendo que el ballet clásico siempre es algo más etéreo. Y el espectáculo nos sirve para confirmar una vez más que es impresionante lo que pasa con el público, porque además nos permite representar personajes reales, reconocibles, y esa es quizás la mayor influencia a la hora de elegirnos afuera, en Europa, desde donde nos convocan permanentemente”.  

El espectáculo se compone de los cuadros “El nacimiento” (1860), para luego dar paso a “Los burdeles” (1900-1920), “Los salones” (1930), “La decadencia” (1940-1970) y “El tango en las calles” (1980-2009). Es, precisamente en este último pasaje del show, donde la bailarina y su equipo bailan “los inquietantes acordes” de Astor Piazzolla”. Al respecto, Cassano dijo: “Es un momento que la música toca las cuerdas del alma, eso es Piazzolla para mí, pura emoción. En un principio, no bailaba música de Piazzolla aunque estaba en el espectáculo, y ahora bailo «Buenos Aires hora cero». Es uno de los momentos más intensos para mí, es un dúo cortito, para nada explosivo, pero la música es maravillosa. Y también es un punto que se valora mucho afuera, porque si bien el tango tiene su lugar ganado en Europa donde hay una movida impresionante, el nuestro no es un show para salir de gira, «for export». Si bien el tango es muy predominante y se cuenta su historia, está todo lo coreográfico muy fusionado con la danza contemporánea, y en ese punto yo hago mi aporte dado que tampoco soy una bailarina típica de tango. Creo que es un espectáculo pensado con una cabeza distinta”.          

La bailarina y coreógrafa, también protagonista de los espectáculos de danza-teatro La Duarte y Felicitas, reconoció que esta propuesta está más enfocada a la danza tradicional: “En este trabajo, si bien se toman elementos relacionados con la interpretación, lo que se ve es pura danza. De todos modos, hace un tiempo que venimos hablando acerca de la idea de reponer La Duarte (basado en momentos de la vida de Eva Perón), porque además de ser maravilloso, es quizás el espectáculo que más me aportó a mí como intérprete: tenía momentos de mucha quietud donde lo que se contaba partía puramente desde la actuación”.  

Finalmente, respecto de su entrañable compañero de ruta, Julio Bocca, quien se encuentra dirigiendo en Uruguay ya retirado de los escenarios, la bailarina dijo: “Lo extraño todo el tiempo, fue una cosa difícil de asumir, pero me voy acostumbrando. De todos modos, el sólo hecho de saber que no voy a compartir más su mirada en el escenario, es muy duro de asumir”.

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