Ciudad

Entrevista a Leonardo Caruana

“Nación no puede ser un agente ausente en la salud”

El secretario municipal del área expuso diferencias con las políticas sanitarias a nivel país.


En 2016 la relación entre los gobiernos de Santa Fe y Rosario, ambos del Frente Progresista Cívico y Social, tuvo desencuentros con la administración nacional de Cambiemos. Entre ellos, por las responsabilidades de la cartera nacional de Salud. Licitaciones nuevas y demás problemas retrasaron partidas de medicamentos que debía mandar Nación a los centros de salud santafesinos. El caso que más retumbó fue en octubre cuando no llegaron los remedios para la tuberculosis y también hubo faltante de reactivos para confirmar casos de HIV. Lejos de resolverse la situación parece que se agravó, y esta semana, cuando suelen aparecer los primeros casos de dengue, zika y chikungunya importados, tiene la marca del verano: Nación se retrasó en mandar los materiales para testear a posibles enfermos. Autoridades provinciales y municipales confirmaron que tuvieron que comprar reactivos que debía mandar Nación para testear y hacer los bloqueos sanitarios que impiden la propagación de las enfermedades atadas al mosquito. En 2016 se registraron 1.500 casos, siendo 69 importados. El secretario de Salud, Leonardo Caruana, dialogó sobre esta problemática con El Ciudadano.

—¿Por qué la provincia tuvo que adelantar la compra de reactivos para hacer los test?

—Previendo el retraso que tiene Nación, que tuvimos con otros casos, se decidió avanzar con todas las medidas de prevención. Si no tenés insumos no podes planificar. Nos pareció extraño que cuando nosotros hicimos los días D –operativos de descacharrado y concientización de la población sobre la propagación del vector– en pleno invierno, Nación no hizo lo propio en otros lugares. Cuando llegamos al verano reforzamos la campaña de prevención en las terminales aeroportuaria y de colectivos. Establecimos protocolos de trabajo y seguimiento ecográfico. Después de las lluvias hicimos un fuerte hincapié en el descacharrizado y el uso de repelente a viajeros. No tenemos casos en estudio. El año pasado se empezaron a registrar en febrero.

Sin recursos

—¿Qué consecuencias tiene no contar con los reactivos?

—Si no los tenemos no podemos hacer un operativo de bloqueo que impide que crezca la epidemia. En general los casos son no autóctonos y son de personas que viajaron. El mosquito pica al viajero. La enfermedad llega y se propaga porque tenemos el vector (Aedes aegypti), aun cuando los índices larvarios en los barrios nos dieron bien. Por eso es importante actuar rápido para hacer los bloqueos. La conectividad de la ciudad con otros centros turísticos generar una circulación de enfermedades que nos ponen atentos. Por eso se recomendó a las embarazadas o personas que buscan quedarlo no viajar. Y más, en la salud pública se entrega a cada mujer embarazada un kit con repelente y preservativos, porque la trasmisión también es sexual.

—¿Qué balance hace del primer año de la gestión Cambiemos en salud?

—A un año de la renovación de  las políticas de Salud todavía no tenemos claridad hacia dónde van. Ha habido cambios de gabinete y hemos tenido dificultades en la provisión de insumos sensibles: medicamentos para tuberculosis y anticonceptivos. Si bien la salud es una responsabilidad que cae en el Estado provincial el Ministerio de Salud de la Nación no debe ser un agente ausente. Si no se recae en la salud local. Hay una falta de previsibilidad en provisión que nos preocupa. Esto tiene consecuencias.

—¿Cómo cuáles?

—Además de lo que pasa con dengue, zika y chikungunya, si cambiás un medicamento, por ejemplo, en contra de la tuberculosis, ya generaste un cambio que no se resuelve con los nuevos medicamentos que llegan. El tratamiento cambia en el medio.

Gestión

—¿Cómo se diferencia la gestión local?

—La prioridad es la transparencia en la entrega de datos. Nos extraña ver los boletines epidemiológicos de otros lugares del país. La decisión política del municipio es financiar la oferta de salud pública y estatal; y sostener un sistema que mire el gasto y piense en la inversión, como las obras de los centros de salud más populosos: el Hospital Carrasco, el Policlínico San Martín y el Roque Sáenz Peña. Nos permite pensar otros tipos de atención: guardias con internaciones transitorias, dispositivos de admisión más amplios o parto respetado, entre otros.

—¿Cómo se va a trabajar la prevención en guardias por violencia?

—Si haces una evaluación a través de los últimos años han disminuido los hechos de violencia. Tuvimos algunos pero trabajamos con reformas edilicias y protocolos que hacen que, si bien se dan situaciones, no sean del mismo impacto. Seguimos trabajando con diálogo con los equipos y reformulando la organización. A veces es necesaria la presencia de agentes de seguridad y equipamiento, videocámaras, etc. Por otro lado, se hacen reformas en las guardias y los modos de admisión. Hace 20 años la guardia era un lugar cerrado donde te anotabas y esperabas. Hoy la situación es distinta y tenés que valorar prioridades.

Reclamo atendido

El fin de año despertó descontento en los 300 trabajadores de las guardias en los centros que dependen del municipio: el Hospital de Niños Víctor J. Vilela, el de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), el Roque Sáenz Peña, el Alberdi, el Carrasco, el policlínico San Martín, la Maternidad Martin y el Servicio Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies). Tuvieron que trabajar Navidad y Año Nuevo y, siempre según denunciaron desde la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra) sede local, no cobraron el doble pago por ninguno de los feriados. También se quejaron de que tenían un 25 por ciento del sueldo en negro. En perspectiva esto les resta a los cálculos de aguinaldo y también a los aportes jubilatorios. “Nos reunimos con el sindicato de municipales y el primer conflicto se superó (pagaron el doble ambos días). Los demás feriados están en estudio. Sobre la segunda denuncia es una discusión que se incluirá en las mesas paritarias”, explicó Caruana.

Guiño para producir más

Según fuentes del gobierno local, entre el Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado (LIF) y el Laboratorio de Especialidades Médicas (LEM),  garantizan el 100 por ciento del suero fisiológico y repelente de mosquitos de Santa Fe. También un 60 por ciento de los medicamentos que salen de la salud pública. “Proveemos al programa Remediar (de la cartera nacional) pero tenemos proyectos de ampliación. Uno para que el LIF puede proveer el 25% de la necesidad de suero de los hospitales el país”, agregó Caruana.

Comentarios