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Capitán Beto, en órbita

El primer minisatélite argentino era lanzado esta madrugada al espacio desde la base china de Jiuquan, junto con otro artefacto similar de Ecuador. Tecnología simple con incentivo estatal.


satelite

La Argentina tenía previsto poner en órbita esta madrugada su primer minisatélite, el Capitán Beto, completamente desarrollado en el país y a costos muy inferiores a los de satélites tradicionales, anunció el Ministerio de Ciencia y Técnica.

El aparato, de dos kilogramos, cuyo nombre técnico es Cube Bug-1, era transportado por un cohete chino preparado para despegar desde el Centro Espacial de Jiuquan.

El Cube Bug-1 lleva como compañero de viaje al satélite ecuatoriano NEE-01 Pegaso, el primer satélite en la historia de ese país, lo que los convierte en los dos primeros minisatélites de Latinoamérica.

El vector es un cohete Larga Marcha 2, monitoreado desde el Radio Club Bariloche en San Carlos de Bariloche.

Estaba previsto que al alcanzar una altura de 650 kilómetros, el satélite desplegaria sus antenas y comenzaria a orbitar alrededor de la Tierra.

Su primera pasada sobre Bariloche se esperaba para las 9 de mañana.

Todo nacional

El satélite fue concebido, diseñado y fabricado en el país, financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, producido por la empresa Satellogic en colaboración con el Invap, la empresa estatal de alta tecnología.

Tanto el software como el hardware del Capitán Beto son de plataforma abierta y estarán disponibles para aficionados, universidades e institutos de investigación.

Se trata del primer aparato de una nueva plataforma de nanosatélites –como también se los denomina– de industria nacional, con fines educativos y científicos y servirá para demostrar el funcionamiento de esta tecnología en órbita.

“La puesta en órbita del primer satélite de esta plataforma nos pone un paso más cerca de nuestro objetivo de democratizar el acceso al espacio”, dijo Emiliano Kargieman, principal ejecutivo de Satellogic y responsable del proyecto.

Al alcance de cualquiera

Destacó que muchos de los componentes empleados en su fabricación “son tecnología de fácil acceso como la que se utiliza para fabricar teléfonos celulares y computadoras”.

“Nosotros los modificamos para construir componentes espaciales como una computadora de a bordo, una rueda de inercia y una cámara de baja resolución que tomará imágenes de la Tierra y las estrellas”, detalló.

Para Kargieman “la posibilidad de fabricar satélites mil o diez mil veces más baratos que los satélites tradicionales marca un hito en la historia de la industria satelital”.

“Hasta hoy, los costos de cualquier emprendimiento eran tan altos que redundaban en poca innovación para la industria”, remarcó.

El ejecutivo aseguró que el “Cube Bug puede ser diseñado y fabricado por estudiantes universitarios en un cuatrimestre”.

Múltiples aplicaciones

Los nanosatélites poseen múltiples aplicaciones científicas como observaciones de la atmósfera de la Tierra y de las estrellas.

También permiten la prueba de desarrollos tecnológicos como sensores, investigaciones biológicas (reacciones metabólicas, nuevos medicamentos), nuevos materiales como cristales y funciones educativas, detalló la cartera científica en un comunicado.

La plataforma tecnológica para nanosatélites fue financiada en parte por la cartera de Ciencia mediante una inversión de 6,3 millones de pesos.

Consiste en diseños, calificación en tierra y en vuelo de los satélites, generación de proveedores locales de componentes y equipos que permitan a usuarios académicos o institucionales la fabricación y uso de satélites para fines de experimentación científica, imágenes, comunicaciones y demostraciones tecnológicas.

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