El Hincha

Súper TC 2000

Canapino y Ortelli ganaron los 200 km de Buenos Aires

La dupla, a bordo de un Chevrolet Cruze, se adjudicó hoy la competencia que se disputó en el autódromo "Oscar y Juan Gálvez".


La dupla compuesta por Agustín Canapino y Guillermo Ortelli, a bordo de un Chevrolet Cruze, se adjudicó hoy los 200km de Buenos Aires del Súper TC 2000 en una accidentada carrera que se disputó en el autódromo “Oscar y Juan Gálvez”.

En segundo lugar terminó Matías Rossi/Ponce De León (Toyota Corolla) y el tercero fue Christian Ledesma/Mauro Giallombardo (Renault Fluence), para completar la carera que tenía pautada 60 vueltas, pero se terminó antes.

En la cuarta posición quedó la dupla Matías Muñoz Marchesi y Augusto Scalbi (Chevrolet), quinto fue el binomio Luciano Farroni y Tom Coronel (Peugeot) y sexto quedó Facundo Ardusso y Franco Vivian (Renault).

La competencia, si bien fue pactada para completar 200 kilómetros, finalmente se cortó antes de tiempo con 44 vueltas disputadas, ya que la lluvia complicó el normal desarrollo de la misma.

La lluvia la convidada de piedra

Arrancó mejor Ortelli en la primera curva, pero el brasileño Brito le arrebató la punta en la segunda, para tratar de comenzar a dominar la carrera.

En la recta, del inicio de la segunda vuelta, Ortelli intentó superar por fuera al brasileño pero un pequeño toque entre ambos puso más “picante” el duelo en la punta.

Sin embargo, en la tercera vuelta apareció un “convidado de piedra” como fue la lluvia, y si bien algunos se anticiparon a cambiar los neumáticos, Ortelli se pasó en una curva y se fue al pasto.

La cuarta vuelta encontró a varios de los pilotos en boxes para cambiar neumáticos, dado que la lluvia se hizo copiosa y los mecánicos debieron trabajar extra en el inicio de la competencia.

El hasta entonces puntero Valdino Brito se pasó apenas en una curva y se vio obligado a cambiar los neumáticos y entonces la punta le quedó a Lionel Pernía (Renault Fluence), pero Ponce de León (Toyota) se hizo dueño del liderazgo en la vuelta siete.

Para la vuelta 17 el más veloz fue Ortelli, quien trató de recuperar terreno desde atrás, pero la carrera la iba dominando por Ponce de León.

Lo preocupante para los pilotos era la intensa lluvia, pero también el agua que se fue acumulando en algunos sectores del circuito 9 del autódromo porteño, lo que puso en alerta a los pilotos.

El tremendo trabajo de Ortelli arriba de su Chevrolet se vio recompensado cuando al entrar a la vuelta 19 y en plena recta superó a Ponce de León por afuera en una maniobra impecable.

Las curvas fueron el principal problema que debieron enfrentar los pilotos, porque el asfalto se complicó con la lluvia y por eso las velocidades en los sectores trabados fueron casi en marchas muy bajas.

En la vuelta 25 fue el momento determinado para poder cambiar el piloto, algo que ante las circunstancias climáticas se hizo un factor clave en la estrategia de carrera.

El ritmo vertiginoso del inicio de competencia, con tiempos de 1m 36seg, comenzó paulatinamente a ser dejado de lado y por eso cerca de la vuelta 25 los cronómetros de punta ya registraron 1m 42seg.

La lluvia se hizo diluvio en la vuelta 22 y las autoridades mandaron a pista al auto de seguridad, porque se hacía peligroso para los competidores, dado que la visibilidad también se vio comprometida y los limpiaparabrisas estuvieron a la orden del día.

La complicación de la lluvia mostró sectores con mucha agua en las curvas y de milagro Ponce de León no se quedó fuera, porque salió de pista y logró volver.

En una maniobra rápida, Ortelli dejó su puesto en el Chevrolet Cruze para que Agustín Canapino se suba y continúe liderando.

La carrera volvió a regularizarse en la fecha 31, con todos los pilotos cambiados en los vehículos, y en ese sentido Canapino siguió yendo primero.

Pese a que dejó de llover, la pista mostró algunos charcos que hicieron complicado el andar de los vehículos, con un Canapino manejando sin sobresaltos mientras la pelea más dura se daba en los puestos de atrás.

Así fue que se vieron escenas inusuales, con autos pasando por una cortina de agua y los pilotos debieron guiarse en muchos casos por las luces rojas de sus rivales que los precedían.

Si bien Matías Rossi con su Toyota dejó en el camino a Giallombardo y se colocó segundo, no le alcanzaron las vueltas para poder ir a la caza de un Canapino que terminó la carrera conduciendo sin complicaciones, llevando el auto dentro de pista y procurando de no cometer errores.

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