Policiales

Guerra en las sombras

Cae otro Rey: policía de investigaciones las desviaba para proteger a la banda mixta que integraba

Martín Javier Rey admitió los cargos y fue condenado a 3 años de prisión efectiva en juicio abreviado. En la víspera también recibió condena su hermano, David Rey, por cargos análogos. Sembraban pistas falsas para proteger a la organización de Esteban Alvarado y culpar a sus enemigos, Los Monos


Un agente de la ex Policía de Investigaciones (PDI) resultó condenado a 3 años de prisión efectiva y a 6 años de inhabilitación por formar parte de una banda dedicada “a cometer ilícitos indeterminados”, a cuyos integrantes el uniformado trató de garantizarles impunidad desviando la dirección de la investigación y regando pistas falsas hacia otros presuntos autores, los que a la vez eran enemigos del jefe de la célula. La sentencia contra Martín Javier Rey se acordó en un procedimiento abreviado que este miércoles por la mañana se presentó ante el juez Ismael Manfrín, quien resolvió homologarlo. Los cargos formulados por Fiscalía y admitidos por la defensa son incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento agravado por tratarse de un delito especialmente grave, y además formar parte de una asociación ilícita en concurso real, en calidad de autor.

Rey revistaba como jefe de una de las brigadas operativas de la PDI (actualmente Agencia de Investigación Criminal) precisamente la división de la Policía de Santa Fe que tiene a su cargo planificar y coordinar las investigaciones sobre bandas criminales. La misión que cumplió el uniformado fue exactamente la contraria: los Fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada le atribuyeron tomar parte “en una asociación o banda de tres o más personas” cuyo jefe era Esteban Alvarado, uno de los pesos pesado de las crónicas policiales. Para proteger a este último, Rey iba sembrando información falsa que apuntaba a sus enemigos, Los Monos.

Puntualmente, Martín Rey, según describió Fiscalía, apuntó a sus subordinados la pista de un auto que se utilizó para perpetrar un ataque con armas de fuego contra la casa de una empleada del Ministerio Público de la Acusación. La patente del vehículo se insertó en el informe de procedimiento que se entregó a la Unidad de Gravedad Institucional el 4 de febrero de 2019. “Ese informe da cuenta del seguimiento con videocámaras de los autos que participaron en el hecho y se indicaba que el vehículo Volkswagen UP en el que se retiran los agresores luego de abandonar la moto era el antes indicado. Todo a sabiendas que ese dato era falso, que el dominio correspondía al vehículo de un hombre contra quién Esteban Alvarado pretendía que se dirija la investigación criminal por el homicidio de Lucio Maldonado”, atribuyó la Fiscalía.

Maldonado era un prestamista de 37 años cuyo cuerpo apareció entre los pastizales de colectora de Circunvalación y bulevar Oroño el 13 de noviembre de 2018. Había sido ejecutado con tres balazos. Tres días antes, el sábado 10, le había dicho a su familia que iba a comer un asado al barrio Godoy,

En la investigación del crimen, Martín Rey guió a a los fiscales a cargo a través de pistas falsas hacia personas ajenas al crimen. Así, según acusó Fiscalía, tomó parte de un allanamiento a una vivienda de Rivero al 5200, en zona sudoeste, para “insertar un teléfono que contendría mensajes de texto destinados a ser analizados por los fiscales” y así orientar las pistas por el homicidio –y también las de atentados con balaceras a dependencias del Poder Judicial y el de la casa de la empleada del MPA– hacia dos hombres vinculados al clan Cantero, organización enemiga de la que comandaba Esteban Alvarado. “Todo ello lo llevó a cabo cumpliendo con su rol de proveedor de impunidad de la asociación ilícita liderada por Esteban Alvarado y a sabiendas que su aporte formaba parte del plan común elaborado por éste, cuya finalidad era desviar la investigación por el hecho de homicidio”.

También le achacaron haber sembrado otras pistas que derivaron en un allanamiento el 22 de diciembre de 2018 a las 21.45 en una propiedad de Pueblo Esther: allí, según Rey, se escondía un grupo de personas que eran los presuntos autores de los atentados al Centro de Justicia Penal y de los Tribunales Provinciales cometidos el 10 de diciembre de ese año. La acción, resaltó Fiscalía, se llevó adelante “a sabiendas que no era verdadero y con la intención de desviar la investigación hacia personas relacionadas con la familia Cantero”.

En la trama Martín Rey no actuaba solo: este martes, en la víspera, quien resultó condenado por cargos análogos y también en un procedimiento abreviado fue David Marcelo Rey, conocido como Puchero, subcomisario, también parte de la PDI y hermano del primero. En su caso también los cargos incluyeron formar parte de la asociación ilícita comandada por Alvarado y además haber cometido los delitos de encubrimiento, omisión de promover la persecución e incumplimiento de deberes.

Con los hermanos Rey suman cinco los policías condenados como parte de una banda mixta, “una asociación ilícita que funcionó al menos desde el 16 de Junio de 2012 al 18 de octubre de 2019, cuyo jefe era Alvarado”. Los policías tenían la función, en ese entramado de “encubrir los actos ilícitos de la organización”.

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