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Preocupados

Buscan prevenir violencia en la Rambla Catalunya

Guardavidas que trabajan en el lugar piden más seguridad para el próximo 1° de enero, tras algunos incidentes ocurridos en Navidad.


Con el objetivo de asegurar un adecuado control en la cuestión seguridad en la zona de la Rambla Catalunya para el próximo 1º de enero –tras algunos incidentes ocurridos en la última Navidad–, integrantes de la delegación local del Sindicato Único de Guardavidas se reunieron ayer con autoridades de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana y de la Guardia Urbana Municipal y firmaron un acta acuerdo donde los bañeros dejaron por escrito que se retirarán del lugar en caso de registrarse algún nuevo problema de violencia y no haya presencia estatal para brindar contención a los disturbios. Para hoy se prevé un nuevo encuentro donde se verán las necesidades y se diseñará y coordinará un operativo que sirva para proteger a los que se acerquen a la playa tras los festejos.

Uno de los referentes de los guardavidas, Gustavo Rapp, contó que se decidió firmar un acta acuerdo porque “las promesas siempre se dieron verbalmente”. “Por eso quisimos dejar asentada cuál era nuestra posición y las consecuencias de un incumplimiento por parte del Estado”, señaló.

“Lo que estamos reclamando es seguridad. La seguridad venía haciéndose intermitentemente, bastante bien. Habían logrado bajar el nivel de alcohol hasta el 25. Hasta ese día todo lo que había logrado la Municipalidad con sus controles había funcionado bastante bien ¿Qué pasó ahora? El día de Navidad hubo una ausencia total por parte de las autoridades que vinieron a la mañana temprano, hicieron un «barrido» bien temprano el día 25 y después cuando quisieron armar otro operativo a la tarde fue imposible porque tenían poco personal”, añadió.

Según contó el bañero, mucha gente comenzó a llegar a la playa con sus heladeritas con alcohol. “El tema es que después cuando los querés sacar porque empiezan a hacer lío se te arma una batalla campal. Si vos al control lo mantenés durante la mañana en las bajadas a la costanera y le decís que no pueden venir a beber a la playa, que no se puede tomar alcohol, los tenés controlados pero si los abandonás durante seis horas y a las dos de la tarde querés armar un operativo eso es imposible”, siguió.

“Eso fue lo que pasó el 25, no pudieron hacer el control porque bajaron a las cinco de la tarde e hicieron nada más que un control de tráfico en la costanera, nada más, y la playa fue un pandemonio. Nosotros que somos agentes de prevención y miramos el agua pero también miramos la playa para ver si alguien se hiere con una botella de vidrio o se pelea. La gente viene a nosotros porque somos el único referente de una autoridad que hay en la playa y nosotros lo que estamos es para cuidar el agua, no podemos cuidar la parte de la arena, a eso lo tiene que hacer la GUM con la policía”, remarcó.

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