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Reflexiones

Brasil también tiene un vicepresidente de Temer

Lanzada ya a la pelea por la supervivencia política en el proceso de juicio político que se ha iniciado en su contra, Dilma Rousseff comienza a ver cómo se materializa una de sus mayores pesadillas: el alineamiento de una poderosa coalición en torno a su vicepresidente, Michel Temer.


Lanzada ya a la pelea por la supervivencia política en el proceso de juicio político que se ha iniciado en su contra, Dilma Rousseff comienza a ver cómo se materializa una de sus mayores pesadillas: el alineamiento de una poderosa coalición en torno a su vicepresidente, Michel Temer.

La estrategia de éste, quien reemplazaría por seis meses a Dilma en caso de que la Cámara de Diputados vote afirmativamente la acusación ante el Senado (y de modo definitivo si éste la depone), ya obtuvo el apoyo de los tres principales referentes del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aseguró este domingo el diario O Estado de Sao Paulo.

Se trata de un hecho llamativo, ya que el senador Aécio Neves, el también senador José Serra y el gobernador de San Pablo Geraldo Alckmin son competidores dentro de la interna del PSDB para la candidatura presidencial en 2018. Todos ellos ya fueron candidatos y perdieron, el primero contra Dilma el año pasado y los otros contra Luiz Inácio Lula da Silva, el segundo en 2002 y 2010 y el tercero en 2006.

Cada cual con su juego

Hasta ahora, Serra era el único que respaldaba la idea de una presidencia interina de Temer, líder del ala hasta ahora aliada al Partido de los Trabajadores en el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el más poderoso del país. Es más, es un secreto a voces en Brasil que podría pasarse al PMDB en busca de una candidatura presidencial, ya que se siente en desventaja frente a sus dos rivales internos.

En tanto, Alckmin quería que la presidenta siguiera en el cargo “desangrándose” hasta 2018, cuando él termina su mandato. Aécio, por último, jugaba la carta de deshacerse tanto de ella como de Temer. La esperanza de Neves pasaba por el pedido del PSDB para que se anulara el resultado de las elecciones de octubre de 2014, en las que él perdió contra la fórmula Rousseff-Temer, a la que se acusó de haber financiado su campaña con dinero desviado de Petrobras. Si el Tribunal Superior Electoral (TSE) le da la razón, el mandato de ambos quedaría anulado y Neves podría ser consagrado ganador de la contienda, un hecho que no tendría paralelos en toda la historia de Brasil. Pero todo eso puede quedar en el aire si el “impeachment” avanza.

En ese sentido, la prensa brasileña viene informando de movimientos del jurista Temer para que el TSE despegue las cuentas de campaña de Dilma de las suyas propias, lo que podría llevar a que su mandato quede preservado en caso de condena y a asegurar, también por esa vía, su acceso al poder. Otra innovación notable.

Dueños de la maquinaria

El PMDB es dueño de la maquinaria política más importante de Brasil, pero la falta de líderes atractivos y libres de sospechas de corrupción siempre lo priva de la posibilidad de poner un presidente, confinándolo a ser aliado de los gobiernos de turno. Sólo lo logró hasta ahora con José Sarney, en la apertura democrática, quien accedió al poder debido a la prematura muerte de titular de la fórmula, Tancredo Neves, abuelo de Aécio. El acceso de Temer al poder, aunque sea de manera interina, daría al PMDB la visibilidad necesaria para colocar en 2018, por fin, un candidato propio y con buenas chances. En Brasilia, algunos imaginan un acuerdo de apoyo por estas horas a cambio de la sucesión futura entre el vice actual y Serra. Dilma y sus asesores más cercanos ven los diálogos de Temer con sectores de la Justicia y de la oposición como una conspiración y prueba flagrante de deslealtad. Es más, trascendió que se ha encontrado con importantes hombres de negocios, a los que llegó a presentarles un plan económico marcadamente pro empresa.

Una unión de fuerzas entre el PSDB, otros partidos de oposición y la totalidad del PMDB podría resultar letal para la mandataria en el proceso de “impeachment” que comenzó formalmente ayer.

La Cunha en el gobierno

Se llega a esta instancia por la decisión del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, líder del ala anti-Dilma del PMDB, de activar el juicio político debido a la decisión de diputados del Partido de los Trabajadores de acompañar las acusaciones de corrupción en su contra que se ventilan en el Consejo de Ética del cuerpo.

En medio de estos fuertes recelos, alimentados por el silencio de su número dos sobre la apertura del “impeachment”, Dilma dijo el sábado después de un acto en Recife: “Espero la integral confianza de Michel Temer. Tengo la certeza de que él la dará”.

Un dato que preocupa especialmente al palacio del Planalto es la anunciada renuncia del ministro de Aviación Civil, Eliseu Padilha, considerado un incondicional de Temer. Consciente de las amenazas, Dilma dijo en esa aparición pública que aún no recibió la notificación formal, por lo que “no sé si Padilha tomó una decisión definitiva”.

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