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Boudou llegó a París para la cumbre del G-20

El ministro de Economía arribó a Francia para participar de una reunión entre titulares de Bancos Centrales del G-20, orientada a la búsqueda de soluciones para la crisis de deuda que afecta a varios países europeos, y amenaza con provocar una recesión mundial.

Amado Boudou arribó a París para participar de una reunión de ministros de Economía y titulares de Bancos Centrales del G-20, orientada a la búsqueda de soluciones para la crisis de deuda que afecta a varios países europeos, y amenaza con provocar una recesión mundial. Para el país hay cuestiones claves en la cumbre como frenar ofensiva de EEUU, retomar charlas con el Club de París y deberá enfrentar, junto a Brasil y Rusia, la embestida de varios miembros que buscan topes para los commodities.

Los ministros de los veinte países más industrializados y emergentes, que se reúnen con vistas a la cumbre de Jefes de Estado y gobierno del que se celebrará a principios de noviembre en Cannes, comenzarán a debatir esta noche durante una cena de trabajo en la Cité de l’ Architecture (Ciudad de la Arquitectura), dentro del palacio Chaillot, junto a la torre Eiffel. El agravamiento de la crisis europea dejó en segundo plano las prioridades de la presidencia francesa de turno del G-20 marcadas por Nicolás Sarkozy, como la reforma del sistema financiero global y monetario, y trasladó el foco a la necesidad de adoptar medidas urgentes para “estabilizar” la zona euro.

Sin embargo, antes de que comience la cita, París se hizo eco de las declaraciones de la canciller alemana, Ángela Merkel, quien desde Alemania advirtió que además de resolver la situación de “los bancos en riesgo sistémico”, la prioridad sigue siendo “la regulación de los mercados financieros”. En ese sentido, Merkel aseguró que “no es posible que aquellos que, desde fuera de la zona euro, urgen a que actuemos contra la crisis -en referencia clara a Estados Unidos, el FMI y China-, rechacen al mismo tiempo un impuesto a las transacciones financieras”, como impulsa su país, a pesar de que también hay reticencias dentro de la propia Unión Europea (UE). Los desacuerdos dentro de la zona euro sobre éste y otros asuntos urgentes, como la recapitalización de los bancos y la estabilización de Grecia, provocaron que desde Estados Unidos, pasando por el emergente Brasil, China y Tokio, se reclamara a los líderes europeos un plan de acción contundente para evitar que la crisis se propague y afecte la frágil recuperación de la economía mundial.

Durante la reunión, los ministros podrían avanzar en algunas cuestiones como el otorgarle más “poder de fuego” al FMI (Fondo Monetario Internacional) para intervenir ante nuevas crisis en el mercado financiero. Fuentes cercanas a las discusiones del G-20 señalan que los países emergentes, los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) estarían dispuestos a contribuir con el FMI para ayudar a manejar la crisis europea.

De todas formas, no se esperan anuncios importantes en París, puesto que éstos quedarían reservados para la cumbre de jefes de Estado y gobierno del 3 y 4 de noviembre, en Cannes. Además, el foro de ministros del G-20 ha quedado condicionado por la reunión del Consejo Europeo del próximo 23 de octubre, cuando los líderes del Viejo Continente tienen previsto avanzar en su plan para luchar contra la crisis de deuda, ante una eventual quiebra de Grecia.

Para la Argentina, no será una reunión más. El Gobierno se juega cuestiones clave para los próximos cuatro años. Boudou debe contrarrestar la ofensiva de los Estados Unidos, que busca convencer a otros países desarrollados para que sumen su voto en contra de la Argentina ante el Banco Mundial y el BID. También tiene que retomar las relaciones con el Club de París para negociar un eventual acuerdo con los Estados miembros antes de fin de año. Además, junto con Brasil y Rusia, debe enfrentar la embestida de varios países que buscan un precio tope para los commodities, incluyendo soja, trigo y maíz.

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