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Botnia, una empresa que divide las aguas

El vicecanciller oriental Roberto Conde aseguró que sus científicos tienen una propuesta para monitorear la papelera. Pero aclaró que es "nulo e inoperante" presentar un proyecto por cada país.

No sólo el río divide a Uruguay de Argentina. También lo hacen los criterios científicos para medir la contaminación de las aguas compartidas. Los gobiernos de Cristina de Kirchner y José “Pepe” Mujica volvieron a enredarse en una disputa, que parecía resuelta, por el monitoreo de la planta de celulosa UPM, ex Botnia.

Según el gobierno oriental, las divergencias son profundas, pero no incurables. El foco de la nueva discusión que llevó a Mujica a pedir un plazo de prórroga de 10 días para presentar su propuesta de monitoreo conjunto se alojan en la metodología de control, el instrumental, la normativa y los parámetros de medición de los efluentes que arrojan las industrias instaladas en el margen del Río Uruguay.

En diálogo con una radio montevideana, el vicecanciller uruguayo, Roberto Conde, admitió las diferencias con Argentina, pero confió en que se llegará a un acuerdo. “No se trata que los argentinos presenten su plan y los uruguayos el suyo, porque si no estamos como al principio y en realidad los científicos no nos están ayudando a resolver nada”.

Este miércoles, el canciller Héctor Timerman anunció que los científicos argentinos “tenían listo” su plan y exhortó a los especialistas orientales del Comité Científico binacional a presentar el suyo, tal como acordaron Cristina y Mujica el 28 de julio pasado. Con el paso de las horas, la propuesta vecina no llegó y Timerman apeló al Twitter para fustigar. “Le envié al Presidente Mujica el proyecto de monitoreo argentino para que lo evalúe. Uruguay no presentó nada en 60 días y por eso pidió diez días”, twiteó.

Del otro lado, Conde replicó. “Uruguay tiene también su propio proyecto pero no lo ha presentado como un proyecto terminado porque entiende que eso no sirve para nada. Es nulo e inoperante presentar un proyecto por separado, cada país. Lo que hay que hacer es el esfuerzo total, completo, para que haya un informe, tal como solicitaron los presidentes y está claramente expresado en las notas reversales”, explicó el número dos de la diplomacia uruguaya. Y continuó: “Si en 10 días no está listo el plan único, con las cuatro firmas, se volverá a un punto cero” y “habrá que iniciar una nueva ronda de consultas”.

Lo cierto es que las divergencias surgieron en el comité científico mixto (con dos teóricos de cada país) encargado de la elaboración del plan, por lo que los técnicos argentinos resolvieron presentar ante la CARU su propio proyecto.

Para Uruguay lo importante “Parecen discusiones de detalle pero son extraordinariamente importantes porque no tiene que haber diferencias luego en la interpretación de resultados. No solamente acuerdo en cómo y qué medir, sino también en cómo evaluar”, resaltó Conde.

Desde oriente negaron un posible encuentro o contacto entre el presidente Mujica y Cristina, aunque ratificaron que oficialmente que “el monitoreo ambiental entre Uruguay y Argentina continúa en marcha”.

Si las negociaciones avanzas y se logra un acuerdo, el plan de monitoreo conjunto sería divulgado el 12 de noviembre a través de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU).

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